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Mostrando entradas de 2013

LA DEVOCIÓN Y LA CORTESÍA

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Cerramos el año con una historia de grandeza y desdén. Sor Margarita de la Cruz era hija del emperador Maximiliano I y de Margarita de Austria. Ingresó en el Monasterio de las Descalzas Reales -a los 18 años- el 25 de enero de 1584, profesó el 25 de marzo de 1585 y murió el cinco de julio de 1633. En su personalidad se unen la brillantez de la Casa de Habsburgo y el desprecio hacia el mundo. A pesar del paso de los siglos no dejan de sorprendernos estos personajes que, pudiéndolo tener todo, decidían apartarse de todo -salvo de Dios- entre los muros de un monasterio. La ejemplaridad de la vida y la muerte de sor Margarita servía a la Monarquía tanto como las compañías que se batían en los campos de Europa. Don Francisco de Quevedo le dedicó, con motivo de su muerte, un soneto que Pablo Jauralde Pou considera deslumbrante: " ¡Oh cuán cesáreas venas, cuán sagradas/ frentes se coronaron con tu velo!/ Y espléndido el sayal venció en el suelo / púrpura tiria y minas de oro hilada...

LA NAVIDAD DE 1750 Y EL TRIGO DEL MAR

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El año pasado publicamos en Retablo de la Vida Antigua unas líneas sobre   los villancicos   compuestos por don Juan Manuel de la Puente para los seises de la Catedral de Jaén en 1750. Se cantaron en los maitines del día de Navidad de dicho año. Eran tiempos calamitosos pero no faltó, en esa mañana navideña, el sentido del humor, a pesar del mal gobierno de las tripas y de las parcas cenas de la víspera. Como recordarán mis minoritarios y selectos lectores, los cantores soñaban con panecillos y hogazas, al tiempo que hacían una abierta declaración, sin melindre alguno, del hambre que tenían.  Dentro de la más festiva tradición católica, alternaron en los maitines lo sacro y lo temporal, lo espiritual y lo mundano, la tradición piadosa y la preocupación por los males del Reino.También, y es lo que vamos a tratar en esta ocasión, se lamentaban los seises de la mala calidad del cereal que, en situaciones de extrema necesidad, se mandaba traer de Sicilia, del norte de...

NORMAS BÁSICAS DE CORTESÍA Y BUENA CRIANZA

El Padre Santiago Delgado de Jesús y María, escolapio, en su Catecismo de Urbanidad (1817), daba unas sencillas orientaciones sobre la manera adecuada de saludar a Grandes de España, títulos del Reino y otras personas principales. En primer lugar, era obligado permanecer de pie, con los talones juntos y las puntas separadas, "con inclinación noble del cuerpo, y no de la cabeza". Después,  los ojos y el semblante debían expresar conformidad y complacencia, salvo en situaciones de dolor y pésames.  En términos generales, eran muy valiosos los siguientes consejos: nada de mirar con descaro, de arriba a abajo o a los ojos del interlocutor. La distancia se mantendría lo suficiente para no ofender al personaje en cuestión "con el aliento, o saliva". El sombrero se sostendría "con un ala por debajo del brazo, copa arriba y el pico delantero pegado al pecho con cierto ayre ". Nada de jugar con pies y brazos, con el vestido, o de hacer gestos vulgares. Inaceptabl...

EL MAL AÑO DE 1604

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1604 fue un año de esterilidades por falta de aguas. No llovió en el Obispado de Jaén hasta el mes de marzo de manera que se sembró poco y tarde. Apenas hubo cosecha y el precio de una fanega de trigo llegó a los ochenta reales. El obispo don Sancho Dávila hizo traer de fuera hasta 8.000 fanegas "con harto empeño suyo para el sustento de los pobres, repartiendo por sus manos el pan a todos los que a su puerta llegaban, y embiando grandes socorros a personas honradas, y vergonçantes , que no avian de acudir a ella a pedir limosna". Tengo por seguro que estos pobres vergonzantes -hidalgos sin blanca, viudas y doncellas de linajes esclarecidos- recibían la limosna como si fuesen ellos los que otorgaban el favor. Así eran y Dios no pide imposibles. También daba pan a los pobres una hidalga muy limosnera de Villanueva de Andújar llamada doña María Notario de Lara. Además, erigió, a su costa y en su pueblo, una casa para fundar allí  un convento de religiosas de la Inmaculada Co...

NAVAS

Escribe Mariano Benavente y Barreda en su Grandeza y Miseria de la caza mayor en España (1994) que una nava es una llanura elevada y   yerma, rodeada de montañas y cerros. También se entiende por nava la tierra baja y llana. Según el citado autor la nava corresponde, con mayor frecuencia, al terreno llano entre montañas, y afirma que es término "de gran solera hispana, de origen sin duda prerrománico y que constituye el primer elemento de muchos topónimos que se refieren a fincas serranas: Navalcaballo, Navalcardo, Navalasno, Navalaborrica, Navamartina, Navalayegua". Por otra parte, el navero es el que vive en las navas o en pastos a poca altitud. Afirma Benavente y Barreda que es nombre dado, no sin cierto matiz despectivo, a esta gente por aquéllos que viven en serranías más arriscadas y cerradas.

BARBOS

Son peces de aguas mansas, difíciles de pescar por la enojosa desconfianza que muestran ante los cebos. Tienen a veces un tono amarillento. Poderosos cuando resisten al tirón del sedal, pueden vivir, sin mayores problemas en estanques, tablas y albercas. Cuando son viejos nadan con lentitud y solemnidad, indiferentes al mundo desde sus modestas querencias. Son poco apreciados en las artes culinarias. No siempre fue así. Tiempos hubo en que los humildes barbos eran servidos en mesas reales y principescas. Francisco Martínez Montiño, cocinero en la corte de Felipe III, los incluía en la relación de platos adecuados para el mes de mayo. Debían, en su autorizada opinión, prepararse fritos, con tocino y picatostes. Por cierto, en  Guzmán de Alfarache,  de Mateo Alemán, se habla de una huéspeda, de muy mala catadura, que "quedó toda enharinada, como barbo para frito". Luis Cabrera de Córdoba afirmaba que el duque de Mayenne,  embajador extraordinario del Rey de Francia en la Co...

UN BALLENERO DEL SIGLO XVIII

El cinco de febrero de 1793 atracó en el puerto de La Coruña la goleta La Ballena. Pertenecía a la Compañía Marítima. Estaba matriculada en Montevideo y procedía de Maldonado. Portaba 11.763 cueros salados de lobo de mar, 534 vergas de grasa de ballena, 2.147 barbas de ballena en bruto y catorce mantas de guanaco. Correo Mercantil de España y sus Indias, 21-2-1793

UNA ALCOBA DE CIRIOS

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El reinado de Alfonso XII inició, con la Restauración, el primer período de estabilidad de la España contemporánea. Tras la detestada y desprestigiada Isabel II, es justo reconocerlo,  Don Alfonso   no dejó mal recuerdo .  Fue un rey magnánimo, de buena voluntad  y joven.  A pesar de reinar más de once años nunca dejó de ser un monarca llegado del exilio. El exiliado es una sombra, decían los romanos, y el destierro siempre imprime carácter. No era, sin embargo, un hombre triste y le faltó, en muchos de sus comportamientos, la gravedad que corresponde, y se espera, de los reyes. Mucho más necesaria que la llaneza y el gracejo. Podría haberse recluido en los recovecos del Palacio de Oriente como un príncipe shakesperiano o un Austria taciturno, hastiado del mundo y atormentado por el destino del Reino. Cuadra más con la imagen del Rey que lo que se contaba de sus andanzas y aventuras. Su memoria, a pesar de todo, queda redimida por su buen corazón y por d...

LOBEROS

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Estos alimañeros cazaban lobos y capturaban camadas de lobeznos. Después los mostraban por cortijadas, caserías y casas de ganaderos para recibir alguna que otra recompensa. Al final, los llevaban a los ayuntamientos y recibían la correspondiente gratificación. Moreno Castelló hace constar que, en el último cuarto del XIX, se pagaban en tierras de Jaén unos diez reales por cada lobo abatido. Una vez librado el dinero, se cortaba una oreja del animal para evitar que se volviese a presentar como recién cazado. Se encuentran muchos datos, al respecto, en los archivos de Jaén. Cuando los lobos campaban por los montes concejiles, villas y lugares de sierra.  Matabegid, La Pandera, Valdepeñas y Los Villares aparecen citados con especial frecuencia. Precisamente Moreno Castelló menciona este último pueblo, Los Villares, donde vivía, un hombre dedicado a cazar lobos. Detectaba sus guaridas por el olor y por los pelos que los animales dejaban. Para capturar los lobeznos, en ocasione...

El TIEMPO DE NOVIEMBRE EN 1792

"En las provincias de Ávila, Burgos, Valladolid, Palencia y Salamanca se ha experimentado un tiempo templado y favorable; en las de Toro, Zamora, Soria, Aragón y Cataluña le ha hecho vario con algunas lluvias, lo que en estas dos últimas no es provechoso a la vendimia,que todavía sigue en algunos pueblos. En Galicia han cesado las aguas, y en Guadalajara se ha empezado a sentir el frío". Correo Mercantil de España y sus Indias, jueves 8 de noviembre de 1792

ROPA DE GALEOTES

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El triste atavío de los condenados a galeras constaba, según se recoge en Guzmán de Alfarache , de dos camisas, dos pares de calzones de lienzo, una almilla colorada, un capote de jerga y un bonete colorado. Una almilla era un jubón de abrigo, con mangas y ajustado al cuerpo. Sobre esta prenda iba el capote. A todos, antes de amarrarlos al banco, se les rapaba la barba y la cabeza como remedio -ineficaz- contra piojos, pulgas y otros insectos que poblaban esos tristes paraderos. Por su buena relación con el cómitre, el personaje de Mateo Alemán pudo mejorar su estampa con "un vestidillo a uso de forzado viejo, calzón y almilla de lienzo negro ribeteado, que por ser verano era más fresco y a propósito". Esto le permitiría al pícaro mejorar su estado de ánimo y, de paso, agudizar su ingenio para salir de tan complicado destino. La buena presencia siempre ayuda en cualquier trance. Para resguardar, de mala manera, a los forzados del sol y de la lluvia, se cubrían los bancos c...

ARTE TORMENTARIA

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Cuando Carlos V entró en Valladolid en 1522, acabada ya la guerra de las Comunidades, trajo un buen tren artillero compuesto, entre otras, por las siguientes piezas: Un trabuco llamado Magnus Draco, con cabeza de serpiente o de dragón. Tenía grabado el retrato de Felipe el Hermoso y sus armas. Era de 26 palmos de largo y la boca de un palmo. Dos tiros famosos, El Pollino y La Pollina, de 16 palmos de largo y palmo y medio de boca. Otro tiro tenía por nombre Espérame que allá voy, de 17 palmos de largo y casi dos de boca. Dos tiros llamados Santiago y Santiaguito, eran de 26 palmos de longitud y con la boca de un palmo, adornados con los lises del Rey de Francia. Quizás fue capturado a los franceses en alguna jornada y fueron rebautizados al uso de España. Otro tiro se llamaba  La Tetuda, de 17 palmos   de largo y casi dos de boca. El nombre -lo tengo por cosa segura- debía de ser invención de soldados Y para acabar,  El Gran Diablo, con 18 palmos...

SOBRE EL COSTE DE LA VIDA EN TIEMPOS DEL QUIJOTE

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Los productos de primera necesidad, y en particular los alimentos, eran  mucho más caros  en el siglo XVII que ahora. Igual ocurría con el vestido, el menaje doméstico y el utillaje de trabajo. Aparecen como objetos valiosos en los inventarios y testamentos. La abundancia de la sociedad industrial y la superabundancia de la postindustrial habrían resultado inimaginables  para las gentes del tiempo de Cervantes. Un paseo por unos grandes almacenes producirían, quizás, más asombro que los más sofisticados aparatos electrónicos o los viajes en avión.                                         En el primer tercio del siglo XVII un campesino en Jaén percibía, por día de trabajo, unos dos reales y medio que equivalían a 85 maravedíes con los que se podía adquirir, diariamente, lo siguiente: Un pan de un kilo (34 maravedíes). Un cuarto de litro de vino (6 maravedíes) Un c...

FIN DE SIGLO

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"Considero antihigiénico meditar de continuo sobre la muerte. Haciéndola blanco perpetuo de nuestro cariño acaba, como la mujer amada, por enamorarse de nosotros. Y se nos lleva temprano, con sus alas de búho, hacia la gruta tenebrosa e insondable". Santiago Ramón y Cajal, Charlas de café, 1921.

EL TIEMPO DE SOLDADOS Y TOREROS

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La afición a los relojes  es una inclinación de linaje barroco. En el siglo XVIII la reflexión sobre el tiempo, siempre en la esencia del pensamiento occidental, se unió a la búsqueda de la precisión, tan propia de la mentalidad ilustrada. En aquellas cabezas, rematadas con pelucas, residía una constante e incorregible pasión por contar, medir y clasificar. No era sólo asunto de gabinetes de científicos y curiosos. Don José Carrillo de Albornoz, conde de Montemar  (1671-1747) recomendaba en un tratado militar: "llevará el Capitán [de Caballería] relox, anteojo de larga vista, tintero, y papel, y algún pedazo de cerilla, o estadal, por ser todo preciso para salir con ayre de la comisión que se le encarga". Seguro que nuestro brigadier, don Pedro de Rivera , era de la misma opinión. Miraría su reloj y otearía con su largavista los grandes espacios americanos en su viaje de 13.000 kilómetros. El morral de un oficial del siglo XVIII bien podía contener redes, cajas y lentes d...

HABSBURGO

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Patrick Leigh Fermor reflexiona sobre los Habsburgo en   El tiempo de los regalos . Algo nuevo, decía, se introdujo en la dinastía con el matrimonio de Felipe el Hermoso y Juana la Loca. No fue sólo la unión de reinos, estados, señoríos y ciudades sino también la entronización de la solemnidad:  el ritual monárquico , las vestimentas negras y "la altanera puntillosidad española". Siglos decisivos aquéllos, "cuando las quijadas largas y delgadas y los labios inferiores colgantes dominaban en ambas capitales e infantas y archiduques eran casi intercambiables", entonces "las capas oscuras con cruces escarlatas de Santiago y Calatrava empezaron a mezclarse con los vistosos penachos y las prendas acuchilladas de los lansquenetes". Para muchos la entronización de los Habsburgo supuso la ruina de España, el origen de nuestra implicación en los terribles laberintos de la política continental. Los procuradores de Cortes lo sabían bien y así lo manifestaban. ...

TOROS, AVIADORES Y PARACAIDISMO

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JEAN MAUVAIS El 16 de agosto de 1913 se lidiaron en Jaén reses de Romualdo Jiménez, de La Carolina, por José Sánchez Hipólito y Francisco Díaz Pérez Pacorro.   Antes de iniciarse el festejo, el aviador Jean Mauvais hizo unas acrobacias en su aeroplano que fueron muy aplaudidas. Mauvais fue un piloto de gran reputación y un tipo valiente. Entre sus hazañas cabe destacar el primer vuelo campo a través realizado en España. Fue el 23 de octubre de 1910, desde Madrid a Guadalajara y la correspondiente vuelta con parada intermedia. Digno era de compartir el pan y la sal con los otros héroes, con los que se jugaban la vida en el ruedo. Existía cierta tendencia a combinar arriesgados vuelos con festejos taurinos en aquellos años. Así, en la feria de San Lucas de 1923 hubo dos corridas de toros con sus respectivas demostraciones aeronáuticas. El 18 de octubre se torearon reses de Narciso Darnaude, antes de Gregorio Campos, Nacional II y Nicanor Villalta. Actuó de sobresaliente ...

HABLEMOS DE ESPAÑA

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Hablemos hoy de España. Desventurada y gloriosa, vitalista y, a veces, dormida. Ha pasado a lo largo de su historia por situaciones que parecen insólitas, irreales. En el fondo no tan diferentes a las vividas por otras naciones europeas como Francia, Inglaterra, Portugal o Alemania. España no es un capricho del azar en el tiempo. En esto no tenían razón los regeneracionistas. Tampoco los del 98, ni Ortega, ni la larga relación de pesimistas que han pensado sobre la vieja nación española. Sin embargo, si se me permite, indicaré una cualidad que considero muy particular de España: su carácter imprevisible. En mi modesta opinión, fue un rasgo de su ser que no captó, entre otros, Napoleón. Bueno, en su genialidad indiscutible sí lo hizo, pero cuando ya era demasiado tarde. El conde de Toreno cita una carta que Bonaparte escribe a Murat, una vez informado de los sucesos del Motín de Aranjuez, el 29 de marzo de 1808. En principio no dejaba de ser un asunto relativamente menor en la gr...

CAPA CORTADA

Parece ser una particular forma de agresión e injuria: en 1785 se acusó a Juan José Pardas y a Micaela del Árbol de agredir al alcalde del pago de la Torre de Juan Ramos, en Jaén, en particular "por haverle dado de palos y cortádole la capa por barias partes". También salieron maltrechos dos individuos más. Los sucesos se produjeron en el puesto.de vino que la citada Micaela -mujer de armas tomar y capaz de acciones expeditivaS- regentaba en la Carrera que era, para mayor pesadumbre del ofendido, calle muy concurrida por personas de todo estado y condición.

EL PRECIO DEL AZÚCAR EN EL SIGLO XVII

Era un producto muy caro en el siglo XVII. Se vendía en boticas y droguerías. En 1681 una libra, casi medio kilo, costaba en Quesada tres reales y medio y una onza se vendía a doce maravedíes. Como elemento de comparación, para valorar su alto precio, es conveniente saber que, en la misma villa, el jornal de un trabajador del campo era de dos reales. En tiempos de Felipe IV una onza de azúcar candé valía diez maravedíes. En esa época, buena parte del azúcar comercializado en España procedía de Motril, Salobreña, Lobras y Adra. Su precio por arroba era el siguiente:  el principal a 45 reales; el de guitas  a 41 reales; el que llaman quebrados  a 37 reales y el mascabado  o moreno a 25 reales. Además de los citados, en Jaén se vendían, en 1627, otros tipos de azúcar como el de retama,  a 40 reales la arroba, el azúcar candé de Lisboa, a cinco reales la libra, y el candé "de la tierra", procedente de la costa de Granada, a tres reales y medio la libra. Los datos ...

GANAR A VARAS EL CIELO

Tercio de varas, vara de corregidor, vara de alcalde mayor, varas de alguaciles, vara alta de justicia, meterse en camisa de once varas -españolísima afición- toros vareados, varetazo -que es lo que te propina el toro con la pala del asta- una vara de bayeta negra para las exequias reales, vara o garrocha, la vara del Conde Duque, la vara de cochinos que pasa -alegremente- camino de la montanera, dar la vara, vareadores de aceituna, cabo de varas, vareto, que es el ciervo joven, la vara de mimbre, varilarguero o picador de vara larga, recibir un varapalo, envarado como hidalgo pobre y solemne. En fin:  la vara y lo español. Gracián en El Héroe , elogia, creo, a Felipe II "el bueno, el casto, el pío, el celoso de los Filipos españoles" que "no perdiendo un palmo de tierra ganó a varas el cielo". Ganar a varas el cielo: conquistar la Gloria casi metro a metro, bregando, estragado de batallar para al final, muy al final, salvarse. No es desdeñable aportación teológic...

CAIMANES RELLENOS DE PAJA Y OTRAS FIERAS

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En siglos pasados se colgaban caimanes, cocodrilos y otros reptiles ,  debidamente adobados, en los templos. Recuerdo, entre otros ejemplos, el de la Catedral de Sevilla o el existente en la Iglesia Parroquial del Viso del Marqués, entre Sierra Morena y La Mancha. En Estebanillo González se recoge la siguiente frase: "trayéndolo lleno de paja, como caimán indiano". Sería costumbre conseguir o transportar, desde remotos rincones del Imperio, ejemplares amojamados de tales animales. Molestias y gastos menores cuando era grande la afición por lo exótico y las ganas de exponerlos en estrados y gabinetes, para asombro de curiosos y amistades en general. Siempre el propietario de la pieza, de haber estado en Indias, podía fantasear ante la concurrencia y presentar lo comprado como pieza cobrada en situaciones comprometidas, como la reflejada en la ilustración. También se exponían, en lugares sagrados, como exvotos. Pedro García Martín , en un estudio sobre la Mesta, recogió un s...

LOS JACOBINOS, EL INQUISIDOR Y EL LECTORAL

Don Agustín Rubín de Ceballos fue obispo de Jaén e inquisidor general. Murió el 11 de febrero de 1793. Al parecer, la decapitación del Rey de Francia , a manos de los jacobinos, le produjo tal pesadumbre que enfermó y le costó la vida. Al menos eso dijo, en sus exequias, el canónigo magistral de la Catedral de Jaén, don Juan Julián de Titos: Fatigado de mil cuidados, oprimido y consumido de las muchas y grandes aflicciones interiores, que le causaban las novedades de estos tiempos, siendo la que hizo más impresion en su Leal y Catolico corazon, el horrendo suceso, acaecido en Paris el 21 de Enero, no pudo resistir la fuerza del accidente. No es raro, la gente antes se dejaba morir por malos ratos, melancolías y desengaños. Don Agustín intuía que, con la tragedia de Luis XVI,  acababa el siglo XVIII y con éste el viejo orden monárquico, católico y estamental. Cuando se decapitaba a un rey, a un ungido, el mundo se tambaleaba. Aunque fuese el Rey de Francia. Lejos quedaban los e...

DEL USO CORRECTO DE LA SERVILLETA

En el prontuario de urbanidad de don Juan Manuel Calleja (1847) se indica lo siguiente: "desdóblase la servilleta, y se coloca según la coloquen los demás, porque antes se fijaba una punta al pecho y la opuesta se ponía bajo el plato; pero ahora es moda ponérsela encima de las rodillas, en donde de nada sirve." Naturalmente, en el uso antiguo, el tamaño de la servilleta sería muy grande y de embarazoso gobierno en la mesa. Además, los descuidados y torpes, quedarían en evidencia por lo expuesto de las manchas, migas y demás sustancias  No podemos imaginar a esos espíritus graves, trágicos y alucinados del XIX, Donoso Cortés,por ejemplo, con la servilleta al cuello, sujeta bajo el plato. Eso era para otro tipo de personas.

LA ELEGANCIA Y LA SANTIDAD

La religiosidad barroca fue, en no pocos casos, dada al exceso. Hasta la negación de la propia estima, rasgo compartido en las prácticas ascéticas, tenía sus límites. Comer, con delectación, pan enmohecido o beber agua con sabandijas no era, ni es, recurso obligado para salvar el alma. Dentro de la propia Iglesia, en pleno siglo XVII, se ponían medios, aunque de dudosa eficacia, para evitar estas conductas extravagantes. El Santo Oficio y los tribunales episcopales no quitaban el ojo de encima a los predicadores descompuestos, a la milagrería y a las disparatadas manifestaciones de devoción. Estampas, medallas, relaciones de prodigios y otros artículos de dudosa ortodoxia, de gran aceptación popular, circulaban por la España del XVII, a pesar de las instrucciones de prelados e inquisidores. No debió de faltar, ya en esos años, cierto hartazgo respecto a tales extravagancias y novelerías. Dios nunca ha pedido h...

APUNTES DEL SUBURBIO

Madrid y septiembre de 1889, paseaban, por las inmediaciones de la Estación de Delicias, Valentín Heredia y Galo Rojo, alias El Jairaque. Debía de ser un día de temperaturas sofocantes. Al pasar por la charca de Pico Pañuelo,decidieron darse un baño. El primero en lanzarse al agua fue Galo Rojo. Tuvo tan mala fortuna que se quedó en el fondo, atrapado por el cieno. Hizo intentos denodados por salvarse pero no pudo. Su compañero no dudó en acudir en su auxilio y también murió ahogado. Cuando las autoridades tuvieron noticia del suceso, iniciaron las tareas de búsqueda de los cadáveres. Fue muy penosa la faena por la profundidad.  Se llegó a pedir al Ministerio de Marina una barca que llegó tarde y no se pudo utilizar. Llamaron a los operarios de alcantarillas, con sus cuerdas y ganchos.  A las nueve de la noche sacaron al pobre Heredia y a las una de la madrugada a Rojo. Nada se veía ya. La gente, ...

VESTIR COMO UN REACCIONARIO

En una obrilla titulada Los percances de un carlista, de D.M.B Aguirre (1840), se describen las vestimentas de un carlista y de un partidario del Estatuto Real. El carlista, acérrimo y arruinado por sus donativos a la Causa, se llamaba don Pantaleón. Según el autor vestía "con trage bastante anticuado". Don Canuto Remolacha,"servil más ilustrado", era partidario del Estatuto Real  y se presentaba "con trage más elegante pero exagerado en estremo: gran lente; grandes picos en el cuello de la camisa; gran alfiler en la chorrera; peluca muy rizada". Otro personaje, también devoto de Don Carlos, llamado don Eleuterio, aparece con calzón corto, zapato con hebilla y casaca de moda. Todas estas prendas se asociaban al Antiguo Régimen . Lo estirado, rígido, acartonado y grotescamente anticuado se muestra como rasgo común de los adversarios del esparterismo y,  en general, del liberalismo progresista.  En la obra citada se rep...

EL MAL GENIO DE UN RACIONERO

Pedro de Segura era racionero en Jaén. De vez en cuando se zafaba de los cabildos catedralicios. Serían largos para él y siempre era preferible ir al campo con los galgos,sestear en la solana de su casa o tañer la vihuela. A lo mejor, Pedro de Segura, prefería dedicar su tiempo a leer a Virgilio, auxiliar a desgraciados  o a rezar. No sabremos nunca si era santo o pecador, piadoso o perdulario. Es lo que tiene el haber vivido hace casi cinco siglos. Su manga ancha le costó la benévola multa de un real y ser llamado a capítulo. En junio de 1543 se presentó el Racionero ante el Cabildo. No pudo sufrir las amonestaciones ni el gesto severo, o divertido, de los prebendados. Se disparó como una escopeta y a voces dijo que a otros no los castigaban porque eran gordos y a él sí porque era flaco lo ejecutaban . El deán de la Catedral le mandó callar y el racionero siguió enfurecido, destemplado.y crecido. Fue sancionado a un mes de falta y a no entrar a los cabildos en diez años. Diez año...

INCIDENTES EN LA PLAZA DE TOROS DE SEVILLA EN 1748

El 13 de mayo de 1748 un soldado del Regimiento de Flandes cumplía su servicio en la plaza de toros de Sevilla. Reinaba un ambiente bronco. Había que bregar con un público intratable y díscolo. En estas circunstancias, unos espectadores decidieron bajar al ruedo, espada en mano, para herir al toro. Con el objetivo de evitarlo, el soldado repartió unos espadazos entre los más desobedientes. Al parecer se pasó en en el castigo. El paisanaje se enojó y la emprendió a limonazos contra el infante que, sin amilanarse, arremetió -con más furia todavía- contra sus agresores. Esta vez repartió estopa por los tendidos de media plaza. Era tal su enfado que tuvo que ser apaciguado por sus compañeros de armas.  El griterío debía de ser infernal. Parecía que todo iba a quedar ahí. Transcurrió la lidia y cuando se jugaba el último toro los asistentes pensaron que era el momento de saldar viejas deudas. Comenzaron a buscar al soldado en cuestión -cosa que consiguieron- y, encabezados por un clér...

LA MESA DE MORATÍN

Don Eduardo de Vicente, autor del excelente blog Crónicas de Tordelaguna, escribía un inteligente comentario a mi anterior entrada, sobre los gustos culinarios de don Leandro Fernández de Moratín. Aportaré algunos datos más al respecto, tomados de su epistolario. Son, naturalmente, cuatro trazos. Le gustaban a don Leandro las trufas de Aquitania -sobre las que escribió Néstor Luján- y el salchichón de Bolonia. No desdeñaba los pollos, la leche y el carnero de La Alcarria. Quedó gratamente impresionado por lo bien abastecida que estaba Valencia de todo tipo de pescados, quesos, longanizas, calabazas asadas, frutas, palmitos, verduras, rábanos gruesos como un brazo, chufas y altramuces. En la Nochebuena de 1814 su cena estuvo bien provista de sopa de almendras, queso, aves, chorizos, turrón y limoncillos de Valencia. Bebía vino y escribió palabras elogiosas para los caldos de Nájera. Durante su estancia...

COCINA PARA CAMINANTES

Moratín no tenía buena opinión de la cocina popular. Menos todavía de la que se dispensaba en las ventas. Advertía a Juan Antonio Melón, en 1825: "Guárdate de los hartazgos de callos, huevos duros, tarángana, sardina frita, chiles, pimientos en vinagre, queso y vinarra, que tanto apeteces por esos ventorrillos, rodeados de moscas y mendigos y perros muertos". Buena pitanza, sin duda, para levantar una partida. Da lo mismo  la facción, obediencia o bandera. O para conducir, con buen ánimo, una yunta. Es más, sería todo un festín en aquellos años. Dieta inapropiada, lo debemos admitir, para paladares refinados y digestiones achacosas. A Moratín, afrancesado y doliente, no le podía gustar tal minuta. Tampoco se dejó llevar por la nostalgia, en materia culinaria, durante su mal llevado exilio en Burdeos. Su rechazo a los huevos duros y a las sardinas aparece en alguna carta más.

MÁS VALE PARAR

Ahora que los rastrojos relucen como oro de los galeones del Rey. Ahora que no hay otra sombra que la de las alas de milanos. Ahora que, acogidos a sagrado, pasamos el mediodía al amparo de la encina y cruje el monte al arrancarse la liebre, hora es -cortés lector del Retablo de la Vida Antigua- de esperar tiempos en que otros aires, y otra luz, nos anuncien el final del estío.

SILENCIO

Ser de pocas palabras era considerado un rasgo propio del caballero y, en general, de la persona de buena crianza. La locuacidad destemplada era incompatible con la gravedad, propia de hombres de obligaciones y justo criterio. Alonso de Barros (1552-1604), en Desengaño de cortesanos: Ni vi silencio y cordura, juntos en fiesta y convite . [...] Ni mucha conversación, que conserve gravedad . [...] Ni se conoce al que es necio, si es sufrido y callad o. [...] Ni ay moço desvegonçado, que en el hablar mucho dude. [...] Ni es tan malo el resbalar, del pie, como de la lengua.

HELADOS DEL SIGLO XIX

En la España del siglo XIX tuvo gran difusión la obra de Manuel de Rementería y Fica, <<Manual del cocinero, cocinera, repostero, pastelero, confitero y botillero con el método para trinchar y servir toda clase de viandas, y la cortesía y urbanidad que se deben usar en la mesa>> , publicada en París en 1835. Para Manuel M. Martínez Llopis, es una copia de un libro de cocina francés, sin que constase en las distintas ediciones -que fueron bastantes- su verdadero autor. En dicha obra se aportan numerosas recetas de helados. En España tenían notable difusión desde los siglos XVII y XVIII. Se servían en las mesas de casa grande y, para el público en general, en las botillerías que eran sitios muy animados en los que se servían horchatas, limonadas y garrapiñas. Podemos mencionar los siguientes tipos -entre los citados por Álvarez de Rementería- junto a algunos de sus ingredientes: Helado...

VIAJAR Y PADECER

Lo de viajar por afición no es costumbre muy vieja. Gente inquieta nunca ha faltado: espíritus desasosegados, aventureros y curiosos de andar y ver, como diría Ortega. Viajaban los soldados, los misioneros, los embajadores y los mercaderes. Pero, en general, la vida de viaje era fuente de incomodidades, peligros y mal asunto para la bolsa, a merced de ladrones, venteros desaprensivos. Cuestión aparte, y no menor, el bregar con cabalgaduras revenidas, resabiadas, coceadoras y mordedoras, de carácter intratable,fuente de disgustos y origen de costaladas en caminillos ruines y rastrojeras. Así se ponía uno en camino por servir al Rey, para ganarse el cielo o el pan,para pleitear, huir de los alguaciles o escapar de una situación muy comprometida pero, en muy pocos casos, por gusto. Habría sido cosa de locos. Como le pasó a Don Quijote aunque él, bendita sea su memoria, salió de su aldea por las imposiciones propias de la Cab...

IGNACIO EL CORTESANO

Contaba Juan Alfonso de Polanco de san Ignacio de Loyola en sus años de mocedad: "como todos los jóvenes que viven en la corte y se hacen fanáticos por las cosas militares, era bastante libre en los asuntos amorosos, del juego y del honor". Ribadeneyra describió al Santo, antes de su conversión, como "un soldado desgarrado y vano", atento al cuidado de sus manos, su jubón y su birrete. Eran los rasgos propios del hombre de armas, aristocrático, del siglo XVI. Algo de este sentido de la elegancia le debió de acompañar siempre. Después vendrá la acción de Pamplona, el 21 de mayo de 1521, y será llamado a servir bajo otra bandera. Precisamente por las heridas recibidas en la pierna izquierda, le quedaron dos deformidades, segun Ribadeneyra:" un hueso que le salía debajo de la rodilla feamente" y la cortedad de la propia pierna. Le  extrajeron en la cura "veinte pedazos de huesos". No podía el santo "andar ni tenerse sobre sus pies". Al se...

EL ESCAPULARIO DEL CARMEN

La devoción hacia el escapulario de la Virgen del Carmen es una de las más populares dentro de la religiosidad barroca. El lego del Carmen de Agustín Moreto se centra en la vida de san Francisco de Sena que fue, antes de su conversión, espadachín. En una reyerta perdona la vida a su adversario que le pedía clemencia por la Virgen del Carmen. El valentón, que ya llevaba camino de santo, no puede negarse y se la concede: "En mi seña no imagino/ de cristiano, si no es ya / esta atención, que me da / su escapulario divino/ que aunque duro el corazón/ tanto al vicio se ha entregado/ que de Dios vive olvidado/ conserva esta devoción". Tristes tiempos los nuestros, en los que los más endurecidos jayanes ya no inician su camino a la santidad ante la vista de un escapulario. Inocentes parecen, a nuestra vista, los malos antiguos. No olvidemos, además, a los traperos de Madrid de finales del siglo XVIII, fieles devotos de la Virg...

LA MAJESTAD Y LA QUIETUD

La majestad no reside en la riqueza, ni en los palacios. Tampoco en el boato. No es fácil saberlo por ser la majestad un misterio. Y los misterios, de acuerdo con su naturaleza, se resisten a ser desvelados. La majestad es, además, un don que la sangre real no siempre depara. Quizás una de sus moradas sea la quietud. Es la sencillez hermanada con la grandeza Recordemos a Felipe IV, vestido con la ropilla negra y, sobre el pecho, el Toisón. Sostiene el gobierno de la Monarquía sin cetros ni armiños, a solas con su grandeza y su quebrantada conciencia. Sobre estas cuestiones escribo en Suma Cult ural

PERSECUCIÓN DE VAGOS

Fue propia de la mentalidad ilustrada la defensa de la ética del trabajo y la persecución de la vagancia. En siglos anteriores, los mendigos -siempre que no fuesen vagabundos o desconocidos- no eran considerados como parásitos ni, necesariamente, como maleantes. Había, incluso, una ociosidad respetable a la que aspiraban todos los que tenían pretensiones nobiliarias. Con el siglo XVIII todo comenzó a cambiar. Así, en 1771 el corregidor de Mancha Real, Reino de Jaén, fue la pesadilla de Tomás de Ávila. Era éste un mozo de veintidós años de edad al que el Corregidor "mal instruido de algunos vecinos" apresó y puso a buen recaudo "haviéndole agregado al real servicio". Dispuso el representante de la autoridad real que se convirtiese en soldado. El motivo era considerar a Tomás de Ávila "en la clase de vago y mal entretenido". La madre del susodicho negó, ante la Real Chancillería de Granada,  tal acusación pues, muy al contrario, el potencial recluta era ...

EL REFRESCO DE LOS MAESTRANTES

En los siglos XVII y XVIII se llamaba refresco al alimento moderado o refrigerio que se tomaba para reparar fuerzas o a modo de colación. Había un  refresco sencillo compuesto de queso y vino. Era propio de  gente del campo. Otro tipo, más refinado, se servía con  bebidas   frías, dulces y chocolate. El beber frío era obligado y muy del gusto de todos los españoles de la época, muy dados a frecuentar las botillerías. La polémica sobre si era bueno o perjudicial ingerir bebidas heladas se mantuvo durante siglos. Para enfriar las bebidas se traía nieve de las sierras cercanas y se vendía en los mercados -como producto de primera necesidad y a precios populares- durante el período estival. En los  Anales de la Plaza de Toros de Sevilla  del marqués de Tablantes se dan cumplidas referencias de los refrescos ofrecidos por los maestrantes a los invitados a los festejos taurinos. En 1730 consta que " los diputados gastaron en su balcón 50 libras de dulce a tres re...

ÁGUILA EN RIOCUCHILLO

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En el diario La Iberia  de 15 de septiembre de 1889 se publicó la siguiente noticia: "En Riocuchillo (Jaén) un cazador mató hace pocos días una magnífica águila que mide tres metros de extremo a extremo de las alas, con la particularidad de tener el pico cortado por la mitad de la parte superior, sin duda de algún balazo que le dieron hace mucho tiempo". Para mayor información del público se indica en la noticia que el cazador vendió el ejemplar por quince pesetas "á un aficionado, que la ha mandado disecar".

ESGRIMA DE PALO-BASTÓN

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Antes todos llevaban bastón . Había manuales que mostraban las más depuradas técnicas para utilizarlo, como medio de defensa, en las ocasiones que se pudieran presentar. En el Manual de esgrima de espada y palo-bastón  de don Antonio Álvarez García, oficial de Infantería y profesor de esgrima, publicado en 1887 se dice: "En las cuestiones ocasionadas en un momento, se ven  muchas veces luchar dos personas empleando el palo-bastón; dando el triste espectáculo de salir ambos vencedores y vencidos, por ignorar su útil esgrima". Era un lamentable espectáculo que debía evitarse. Un caballero debía esgrimirlo, si no había otro remedio, con soltura, precisión y elegancia. No como una estaca gañanesca. Un célebre especialista en estas artes fue Sherlock Holmes que en  La aventura del cliente ilustre,  (1924) declaraba a su interlocutor, describiendo un lance: "como sabe no se me da mal la esgrima con bastón. Conseguí parar casi todos los golpes. Pero dos hombres result...

LIBRE COMPETENCIA Y QUIEBRA MUNICIPAL EN 1701

En 1701 Lucas Rodríguez y Sebastián Soriano, vecinos de Baños de la Encina, en el Reino de Jaén, denunciaron ante las autoridades municipales de dicha villa, a Juan Rodríguez de Espinosa. La acusación consistía en que "está vendiendo en la casa de su morada de todos cuantos géneros hay de especiería, siendo así que nos los otorgantes somos los arrendadores de los puestos de tiendas y no vendemos porque el susodicho nos haze mala obra y todos los demás vezinos desta villa acuden a comprar a dicha su casa".  El problema era complejo. Los concejos estaban en una situación de quiebra desde finales del siglo XVI. Sus principales fuentes de ingresos eran las sisas, los arbitrios y el arrendamiento de propios y bienes comunales. También intervenían en otros campos de la actividad económica. Los comerciantes, por ejemplo tenían, con frecuencia, que arrendar tiendas y puestos al propio municipio. Debían vender a precios altos para obtener un margen de ganancia, para poder vivir y ad...

MÁS SOBRE ARRIERÍA

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Ilustración: BNE CC Según una relación de precios de Jaén, fechada en 1627, el alquiler de un mulo de silla, con la paga del mozo de mulas incluida, ascendía a cuatro reales la jornada. Los servicios de un mulo de albarda o de carga costaba a razón de dos reales y medio por día. Al no existir todavía un servicio de diligencias , el alquiler de mulos o el ajustar viaje con un arriero constituían gastos obligados. Las recuas formaban, a veces, caravanas, encabezadas por una acémila, llamada cebadero, a la que seguían hasta cuarenta caballerías mayores y menores. Debían de ser dignos de ver estos cortejos por los caminos. La compra de un mulo era una inversión de indudable calado. El precio más alto pagado por uno, según mis notas de archivo, es de 200 reales. Digno de formar en el tronco del más lustroso carruaje . Debía de ser poderoso y conocido en los ambientes de aficionados y tratantes a estas caballerías. Es una pena que no haya quedado recuerdo de su nombre. 200 reales o el ...