CAIMANES RELLENOS DE PAJA Y OTRAS FIERAS
En siglos pasados se colgaban caimanes, cocodrilos y otros reptiles, debidamente adobados, en los templos. Recuerdo, entre otros ejemplos, el de la Catedral de Sevilla o el existente en la Iglesia Parroquial del Viso del Marqués, entre Sierra Morena y La Mancha. En Estebanillo González se recoge la siguiente frase: "trayéndolo lleno de paja, como caimán indiano". Sería costumbre conseguir o transportar, desde remotos rincones del Imperio, ejemplares amojamados de tales animales. Molestias y gastos menores cuando era grande la afición por lo exótico y las ganas de exponerlos en estrados y gabinetes, para asombro de curiosos y amistades en general. Siempre el propietario de la pieza, de haber estado en Indias, podía fantasear ante la concurrencia y presentar lo comprado como pieza cobrada en situaciones comprometidas, como la reflejada en la ilustración. También se exponían, en lugares sagrados, como exvotos. Pedro García Martín, en un estudio sobre la Mesta, recogió un suceso acaecido en Valvanera, La Rioja, el 8 de septiembre de 1570: se oficiaba misa mayor cuando un pastor irrumpió en el oficio dando voces y diciendo "abia muerto al Demonio con su cayado". Condujo a la estupefacta parroquia al lugar del lance. Había allí una culebra "de cuatro varas de larga y media de grueso, toda llena de escamas, como de azero, una cabeza monstruosa, y unos dientes terribles". Acabaron de matar al reptil, pues todavía vivía, y lo arrastraron al convento en cuyo claustro colgaron la piel. Muy imponente debía de ser la sierpe para que un pastor riojano del siglo XVI se impresionase de esa manera. Hay otro suceso del que da cuenta Jerónimo de Barrionuevo en sus Avisos. En 1655, cuando en el monasterio de San Quirce "limpiaban un poço o cisterna" apareció "entre la putrefacción, que era mucha, un animal a modo de caimán, con sus conchas y garras, tan grande como un lebrel, que mataron luego y colgaron en la Iglesia".
Desde luego, el desconocimiento por este tipo de reptiles tenía que ayudar a que se les tomase como demonios y merecieran, por tanto, ser colgados en una iglesia.
ResponderEliminarMe imagino que no los pondrían en el altar mayor... También tenían que ser curiosas las labores de taxidermia de la época.
Realmente curioso. Un saludo.
De pequeño, cuando iba a Sevilla (mi ciudad natal) siempre me llamaba la atención el caimán o cocodrilo que , según creo recordar, estaba en un extremo del patio de los naranjos que daba acceso a la catedral. Y digo yo... ¿qué pintaba allí el reptil?
ResponderEliminarUn saludo.
Son costumbres que no dejan de resultar insólitas. Imagínese lo que pensarían al respecto los calvinistas,
ResponderEliminar¡ cocodrilos en los templos!
Saludos, Anónimo Castellano
No era para menos su asombro, don Cayetano.
ResponderEliminarSaludos cordiales.
En la entrada de la iglesia de San Juan de Ribera de Valencia, hay un cocodrilo colgado a la entrada.
ResponderEliminarEl de Sevilla, como conté en la entrada que dedique a ella, fue un presente del sultán de Egigto a Alfonso X, que prentendió la mano de la hija mayor del rey castellano. Hay otro colgado en una pared en la iglesia del Patriarca de Valencia, objeto de historia y leyenda al mismo tiempo. Algo de él diré cuando me decida a publicar una entrada sobre mi propia ciudad. Desde luego son llamativos y objeto de sorpresa para los visitantes encontrar estos lagartos en los templos, cuyo origen y finalidad es muy variada.
ResponderEliminarUn saludo.
En el Convento de Valentuñana, muy cerca de Sos del Rey Católico, hay un cocodrilo formando parte de una pequeña exposición que hay en el claustro. Al menos estaba hace unos tres años.
ResponderEliminarUn saludo
La imaginación y la falta de cultura de las gentes de esas época seguramente hizo ver terribles animales o monstruos donde no los había o llevaron a confundir algunas especies con otras...era también la magia de un mundo añun por descubir.
ResponderEliminarUn saludo
Siempre me resulta interesante lo que cuentas. Yo he visto caimanes expuestos en escaparates de algunos comercios dedicados a la venta de bolsos o zapatos.
ResponderEliminarSaludos
Un valioso ejemplo, señor de Dissortat,para añadir a la relación de ejemplos.
ResponderEliminarMis saludos.
Espero con gran interés su entrada sobre cocodrilo de Valencia. Al parecer el del Viso del Marqués también procede de Egipto.
ResponderEliminarSaludos, amigo DLT
Lo tendré muy en cuenta, don José Luis. Muchas gracias por el dato. Y enhorabuena por su blog, de tan notorio buen gusto.
ResponderEliminarMis saludos.
En muchas cosas todavía eran medievales en el fondo de sus almas.
ResponderEliminarMis saludos, Carolus Rex
Muchas gracias por su amabilidad, doña Ambar. La verdad es que un cocodrilo no es cualquier cosa. Ni en el escaparate de un comercio.
ResponderEliminarMis saludos.