jueves, 24 de noviembre de 2016

VAGABUNDO NOCTURNO DE PROFESIÓN



"Vagabundo nocturno de profesión, conozco todos los ruidos, las sombras y las luces nocturnas: sé cuántas formas toma la sombra de los árboles y de las casas, según la luna las traza, las prolonga ó las recoge, desde que sale hasta que se pone. Sé los infinitos ángulos y triángulos que trazan los hierros de los faroles, los brazos de las cruces y las siluetas de las chimeneas; conozco todos los cuadros de luz que estampan sobre el oscuro y húmedo empedrado de los balcones alumbrados de las casas en que se vela ó se baila, de las puertas que se abren para despedir a los contertulios á la luz de la bujía, farol ó linterna; todos los huecos de sombra de los postigos abiertos y cerrados con precaución y á oscuras para recibir ó despedir a los amantes; todos los rumores de las pisadas que se acercan ó se alejan con resolución ó con miedo, de las del adúltero escurridizo ante la hora de la vuelta del marido; del jugador ganancioso y del hijo de familia retrasado; del ratero y de la buscona, del centinela y del médico; mis leyendas están llenas de esas noches, y yo tengo ciertas pretensiones de ser un poeta nocturno, rico de nocturna y pormenorizada observación; todas mis comedias comienzan de noche y de noche se han concluido".

 (José Zorrilla, Recuerdos de tiempo viejo, 1880)

*La ilustración: Carl Gustav Carus, "Mondscheinlandschaft" (1830) vía @JuananUrkijo

miércoles, 16 de noviembre de 2016

LOS LOBOS DE 1641

Jaén está rodeado por montes hacia el sur y hacia el este. Por esos parajes, altos y desolados, corrían las manadas de lobos. A veces, en inviernos muy fríos, se acercaban mucho y merodeaban por el cerro de Jabalcuz, a poco más de una legua de la ciudad. Leo los datos de una vieja ficha, corresponden al  año 1641 y proceden de las actas de su Cabildo municipal. El siete de enero, Alonso Serrano presentó "un lobo muerto, de que trajo pellejo y cabeza al cabildo" y fue premiado por los caballeros veinticuatro con 44 reales. El ocho de marzo, el mismo, obtuvo ocho ducados "por dos lobos que mostró a la Ciudad y juró a Dios averlos muerto en el término de la ciudad". El 11 de marzo, Serrano otra vez, abatió otro lobo más recibiendo los 44 reales correspondientes. El 24 de abril, Miguel Gutiérrez, vecino de Jaén obtuvo 6.000 maravedíes por cuatro lobos cazados en la muy cerrada y extensa dehesa de Matabegid. Más adelante, el mismo cazador recibió 132 reales por tres lobos que aparecen descritos como "grandes". Serrano y Gutiérrez debían de ser alimañeros o cazadores profesionales. El diez de junio, Francisco Coello se presentó con ocho lobillos y un lobo grande por los que obtuvo 76 reales. Dos días después, Salvador de Parraga, vecino de Pegalajar, entró en el Cabildo con una camada de cuatro lobos y le dieron 16 reales.

sábado, 5 de noviembre de 2016

LECTURAS DE CLASE MEDIA


Don Felix Manuel Martínez vivió en los felices días del reinado de Carlos III. Su ocupación era la de oficial mayor de la Notaría Eclesiástica de Jaén. Estaba casado con doña Isabel Juana Cantero. No es aventurado presumir que llevaron una vida comedida y, como podremos deducir por lo que indicaremos más adelante, cristiana. Él dedicado a sus expedientes, a ir y venir al Obispado, al trato con clérigos graves y juiciosos. Ella, en la decorosa vida de una mujer de su condición, ni popular ni aristocrática. Nada más sabemos de ellos salvo los títulos de sus libros. Tenían una biblioteca modestísima, de una docena de volúmenes o poco más. En aquellos tiempos los lectores no tenían muchos libros pero, en cambio, los leían muchas veces. Inventariaron los libros y fueron tasados en 106 reales. Don Felix Manuel era propietario de ocho, algunos de gran utilidad para su ejercicio profesional. Se mencionan: "un libro de Sigüenza de claúsulas", "uno de a folio, vida de San Borxa", "Melgarejo, práctica de escribanos", "Curia Eclesiástica", "Familia regulada", "Política de Bovadilla", "Carta del Padre Feijó", un libro de cuentas -¡quién lo pudiera leer!- y otros pequeños, de los que lamentablemente no se registraron los títulos. La obra de Pedro de Sigüenza -abogado famoso, vecino de los Yébenes y natural de Ajofrín- era Traslado de claúsulas instrumentales, útil y necesario para jueces, abogados y escribanos de estos reynos, procuradores, partidores y profesores en lo de Justicia y Derecho. El de Jerónimo Castillo de Bobadilla era Política para corregidores y señores de vasallos, muy leído en la España de los siglos XVII y XVIII. De Feijoo nada diremos por innecesario, dada su celebridad. La vida de San Francisco de Borja mencionada podría ser la escrita por el Padre Cienfuegos. El libro del Padre Arbiol, franciscano que vivió entre 1651 y 1726, se titulaba La familia regulada con doctrina de la Sagrada Escritura y Santos Padres de la Iglesia Católica. El primer capítulo del libro nos da el tono de toda la obra y de nuestros dos personajes: "Excelencia del estado del santo matrimonio y los muchos santos y santas, que ha tenido la Iglesia de Dios en él". Respecto a los libros de doña Isabel Juana, el escribano anotó uno del Padre Alonso Rodríguez, jesuita, que debe de ser Exercicio de perfección y virtudes christianas. En el inventario se da cuenta de "otro de a media quartilla de la Pasión", "dos tomos del Corazón de Jesús" y la "Ymitación de Christo de Qempis", éste "en pasta". La devoción al Corazón de Jesús y probablemente a san Francisco de Borja además de la lectura del Padre Alonso Rodríguez indican cierta afinidad con la espiritualidad de la Compañía de Jesús.