NOBLEZA Y TAUROMAQUIA
El ejercicio de la tauromaquia era signo de nobleza en el siglo XVII. En 1624 se tomaba información sobre la ascendencia y el linaje de don Pedro de Benavides, un hidalgo de Linares que pretendía ingresar en la Orden de Santiago. Un testigo, para acreditar la condición aristocrática del pretendiente, "dixo que sabe andar a caballo" y que lo "a bisto en fiestas lidiando toros y que ha tenido y tiene caballos y los ha tenido y le ha visto jugar cañas y alancear un toro". El regidor Benito Pimentel, afirmó que "es grande hombre de a caballo". Don Pedro era nieto de Sancho de Benavides El Bueno, buen nombre para un abuelo de otros tiempos, y deudo del conde de Santisteban del Puerto, aquél de tan esclarecida memoria que comenzó su carrera militar con una pica al hombro. Los datos constan en el expediente de ingreso en la Orden de Santiago de don Pedro de Benavides Burman, Archivo Histórico Nacional, Ordenes Militares, Caballeros de Santiago, expediente 981.