PAISAJE ILUSTRADO
Entre La Peñuela y Guarromán, no muy lejos de Despeñaperros, está el arroyo de Carboneros. Era un lugar terrible pues allí, según Pablo de Olavide, se cometían aquellos crímenes que inspiraban "más terror a los pasajeros". Dice el ilustrado que el paraje "aún se mantenía poblado de miembros cortados puestos por orden de la Justicia para escarmiento".
¡Qué lugar más terrible! Espero no pasar por allí por si las moscas.
ResponderEliminarBuenas noches y un saludo
Son muchos los parajes de nuestra geografía donde por desgracia se cometieron mil vilezas en nombre de cualquier cosa.
ResponderEliminarUn saludo.
Cuando he pasado por aquellos contornos, camino del Sur, como se ha venido haciendo desde hace siglos, desconocía esto que usted nos cuenta. Qué sensación tan distinta pensar en ello, a la del dulce sabor de los pasteles de hojaldre, cuyo nombre no recuerdo, propios de Guarromán, que probé en uno de mis pasos por allí.
ResponderEliminarUn saludo.
Ahora, afortunadamente y en este aspecto, no es lo mismo que en el siglo XVIII.
ResponderEliminarSaludos doña Amaltea.
Y no sólo aquí don Cayetano. La condición humana es así.
ResponderEliminarSaludos.
Hay unos pasteles denominados alemanes. Quizás eran esos los que usted recuerda.
ResponderEliminarSaludos señor DLT.
Por eso cuando ves la noticia de que una banda en Madrid se comió a quienes mataron sabes que el progreso es siempre relativo, que en cualquier momento el bárbaro sale, nos sale. Saludos cordiales este sábado de misericordia, en fin...
ResponderEliminarEs la condición humana. Creo que Hobbes tiene más razón que Rousseau. Desde la salida del Paraíso ha sido así.
ResponderEliminarMis saludos doña Aurora.
Pues qué lugar más terrible que debió de ser ese. Esa mala aficción de reprender con castigos tan cruentos, esos que llamaban "de escarmiento" y sin miramientos de si el acusado es realmente culpable o no, nunca traen nada bueno.
ResponderEliminarUn saludo!
Eran otros tiempos.Y los bandoleros algo muy distinto a la imagen que de ellos se daba en los folletines.
ResponderEliminarMis saludos doña Coral.
Hay que diferenciar al bandolero del delincuente
ResponderEliminarEl bandolero era un delincuente desde el momento en que cometía delitos tales como el robo en despoblado, muertes, extorsiones y secuestros, aparte de otras barbaridades. Lo de menos era el contrabando que constituía, también, un delito.
ResponderEliminarUn saludo y gracias por su comentario, Torre Augusta.