CASAS DE CONVERSACIÓN
Tenemos una imagen equivocada del Barroco español. No todo eran calaveras, bayetas negras y agoreras meditaciones sobre las postrimerías. Las comedias, las zarzuelas, el rasgueo de las vihuelas, los toros y cañas, las luminarias y los fuegos artificiales también fueron parte de nuestro gran siglo XVII. La necesidad de oxigenar la vida no es monopolio de ninguna época. Tampoco las ganas de hablar que no faltaban a los españoles de entonces. Calderón menciona, en su También hay duelo en las damas las gratas noches de invierno “en buena conversación”. Los caballeros del siglo XVII se reunían en las llamadas casas de conversación. Allí se departía, se celebraban ocurrencias, se chismorreaba, se despellajaba al prójimo, se diseccionaban linajes, se celebraban concursos para resolver charadas y demás pasatiempos. También se organizaban rifas de guantes, baratijas, medias y hasta de bebidas y alimentos selectos. Además, por supuesto, los asiduos se entregaban al naipe aunque de u...