DE ROGATIVAS Y DEVOCIONES CONTRA LA PESTE
Ante la amenaza de epidemia se recurría a dos medios. En primer lugar, los concejos tomaban medidas preventivas para evitar la expansión del contagio; después, y esto no era menos importante, se decidían las de carácter espiritual, representadas por las penitencias y rogativas. En Jaén durante el siglo XVII, se recurrió al amparo de la Virgen de la Capilla y de los santos especializados contra la peste: san Sebastián, San Roque y san Nicasio. De san Sebastián se decía en Alcalá la Real que era “patrono e defensor de cloración de los aires e pestilencia e reparador de las ruynas”.La popularidad de estos santos queda demostrada por la existencia de muchas ermitas que, bajo su advocación, se erigieron en la provincia. Era, en muchos casos, la consecuencia de votos pronunciados por los concejos al superar alguna epidemia. Estos votos, que obligaban al mantenimiento del culto en dichos santuarios y a una fiesta anual, a veces se olvidaban para ser otra vez reanudados, en medio del espanto ...