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Mostrando entradas de octubre, 2016

SALUDO CON INCLINACIÓN NOBLE

El escolapio don Santiago Delgado de Jesús y María en su Catecismo de urbanidad (1817) prescribe que a Grandes, títulos del Reino y personas principales se les debe saludar con los talones juntos, las puntas separadas, "con inclinación noble del cuerpo y no de la cabeza". Es lo que ejecuta, con soltura y corrección, Alan Rickman en su intrepretación austeniana del coronel Brandon, en Sense and Sensibility.

JURAMENTOS DE UN SOLDADO

Entre los numerosos personajes del  Entremés de la casa de posadas, de Francisco de Castro (1672-1713)   aparece un soldado viejo. Acudía con asiduidad a la estafeta de Toledo a buscar nuevas de Flandes y hablaba de las cosas de la guerra en la Puerta del Sol. También leía las gacetas que se publicaban los jueves. Se desvivía por tener noticias de lo que pasaba en las más lejanas monarquías. Cuando era de noche se cobijaba en una mala posada, donde dormía en compañía de otros pobretones. Soñaba quijotescamente, acompañado de voces y aspavientos, con acciones de guerra en Ceuta. Lanzaba grandes juramentos:  "por la batalla Naval, /  por el sitio de Viena, / por la rendición de Buda,/ y las paces de Nimega". No haya risas, nos inspira un gran respeto este soldado de tiempos derrotados. Incluso en lo que había de exagerado, de excesivo, en su conducta pervivía soterrada una sombra de lo que fuimos.

COCINA DE CAZADORES

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Don Pedro de Morales Prieto en su libro Las monterías en Sierra Morena a mediados del siglo XIX , (Madrid, 1902) relata con todo detalle una expedición de caza que tuvo lugar en el otoño de 1864. Don Pedro hilvana, con gracia y amenidad, la expedición cinegética de unos reputados cazadores de Arjona, en la provincia de Jaén, en los montes de Sierra Morena. Participaron varios hidalgos y hacendados, un cura -pundonoroso y gran tirador-  además de un nutrido y variado concurso de arrieros, escopetas negras, podenqueros y demás servidores. También estuvieron allí unos perros valientes y únicos, recordados con sus nombres y señas, sobre los que ya hablaremos algún día. Entre las notas, obtenidas en su grata lectura, daré cuenta, en esta ocasión, de las relacionadas con los calderos, sartenes, pucheros y demás asuntos de intendencia. Para que todo estuviese en orden, poco antes de la partida, se dispuso que un arriero se adelantase, camino de la sierra, llevando, en gran abundanci...

SOBRE LA DEVOCIÓN A LA VIRGEN DEL ROSARIO EN JAÉN DURANTE EL SIGLO XVII

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Ilustración: Biblioteca Nacional de España CC No había día grande en el calendario sin solemnidades religiosas en la España del siglo XVII. En Jaén se celebraba y su gobierno municipal no dudaba en emplear sus recursos para darle el debido lucimiento. En alguna ocasión, en el Cabildo municipal, se recordó que tal celebración "se botó en hacimiento de gracias a Nuestro Señor, en memoria de la batalla nabal que ganó el señor Don Juan de Austria contra el Gran Turco". La jornada tuvo lugar, como es sabido, un siete de octubre, día de la Virgen del Rosario. La noticia de la victoria se recibió con alegría y alivio en toda la Cristiandad y se pronunciaron cumplidos votos para agradecer, de por vida, a Nuestra Señora del Rosario su amparo en la batalla. No era un compromiso que se pudiera olvidar o tomar a la ligera. Aquellos hidalgos que se sentaban en las casas del Cabildo conocían bien lo vivido en 1571. La devoción a la Virgen del Rosario estaba muy vinculada a los domini...