TOROS CÉLEBRES
Guindo fue un toro de Vázquez, lidiado en la plaza de Aranjuez el doce de junio de 1831. Tras haber tomado dos varas del picador Cristóbal Ortiz, sin mayor novedad, tomó otra de Juan Pinto para saltar después la barrera, así por las buenas y sin tomar carrera, salvar las maromas y llegar hasta el tendido 2. Lejos de pararse fue hasta la grada 4 y consiguió acceder al tendido 6 donde los voluntarios realistas trataron de detenerlo con bayonetas y sables. El toro dejó un crecido número de contusos y es de imaginar la desbandada provocada en su carrera. Al final mataron al toro los Mirandas y el Tiñoso, ya en el tendido 5, para ser degollado, cerca de las maromas, según Leopoldo Vázquez en sus Efemérides taurinas (1880), "por un matachín" o jifero. Tengo por cosa cierta, dada la dureza de costumbres de la época, que los liberales presentes, ya fuesen espectadores, curiosos, aficionados o entendidos, estuvieron a favor del Guindo, dueño y señor del tendido 6, y de sus tarascadas a la maltrecha hueste de los serviles. Fue, podría decirse, un modesto presagio del final del absolutismo.
Eran bravos los toros, desde luego. Y el que hoy nos trae parece haber sido además muy viajero. Por algo consiguió pasar a la historia.
ResponderEliminarMe imagino a los liberales jaleando al toro :)
Feliz fin de semana, monsieur
Bisous
Eso se llama coger al toro por los cuernos. ¡Menudo bicho!
ResponderEliminarUn saludo.
Buena la montó Guindo entre los más conservadores y fernandinos de aquellos tendidos...como bien dice alguna sonrisa debieron esbozar los liberales.
ResponderEliminarUn regio saludo.
Ciñendome a asuntos taurinos, el toro más famoso y del que mucha gente recuerda su nombre es Islero, que mató a Manolete y que dió lugar casi hasta "un dicho" para los que son acusados, sin razón, de muchas cosas.
ResponderEliminarÚltimamente también muy famoso es ese "gladiador" de nombre Ratón, que campea por las plazas valencianas haciendo siempre sangre.
Un cordial saludo.
La acometividad de un toro bravo no la puede parar ningún déspota.
ResponderEliminarSaludos Dame Masquée.
Y eso que los toros, cuando saltan al callejón o a los tendidos, suelen indicar mansedumbre.
ResponderEliminarSaludos don Cayetano.
El Guindo demostró cierta querencia hacia los liberales en ese caso.
ResponderEliminarSaludos Carolus Rex.
Islero está, en efecto, entre los nombres míticos dentro de la tauromaquia. También lo es la ganadería a la que perteneció, Miura. Lo de Ratón es otra historia.
ResponderEliminarSaludos don Eduardo.
Jajajaja, muy graciosa la anécdota. Imagino la "hazaña" de los serviles realistas tras matar antes a liberales. Los liberales del momento, ya esperando la estirada de pata del rey felón (como los demócratas en 1975 cuando Franquito), verían esto como un anticipo en verdad. En esos años creo que aún toreaba el gran diestro Pedro Romero, el genio de Ronda.
ResponderEliminarSaludos.
¡Vaya toro! No tenía límites, debió de provocar pánico en la plaza.
ResponderEliminarUn saludo.
Vaya con este "Guindo". Debió ser res de gran bravura y fuerza. Después de ser picado tres veces, pero enfervorecido por la sangre de los caballos, le quedo fuerza para alcanzar el tendido a la captura del realista. A mí también me resulta fácil imaginar los aplausos y risotadas de los liberales jaleando al astado arremetiendo contra los fernandinos. Muy simpático su artículo de hoy señor del Retablo. Buenas noches.
ResponderEliminarParece que este toro tenía claras sus ideas políticas... ¡Un toro digno de recuerdo este Guindo, si señor!
ResponderEliminarA propósito de toros que dejaron memoria, le diré que en mi pueblo, Jerez, aunque parezca extraño, muchos consideran todavía un insulto que se les llame "Maestro". La cosa viene de cuando se celebró la primera concurso de ganaderías, a mediados del siglo pasado. En ella se indultó, por su nobleza y trapío, a un toro que llevaba ese nombre. La gente, que poca historia sabe, en vez de sentirse halagada, se enfada... porque en la memoria colectiva local el nombre ha quedado ligado a los cuernos.
Un cordial saludo.
La correría de Guindo como un anticipo de lo que estaba por venir. Eso hace pensar en que, a veces, se producen extrañas coincidencias entre lo trivial y fortuito -Guindo- y el cambio de régimen político. Habrá que prestar atención por si, entre tanto espectáculo, algún evento nos da la pista de lo que nos espera en el futuro.
ResponderEliminarY es que antes sí que eran bravos los toros, como éste de Aranjuez. Un saludo cordial tras un tiempo sin pasar por aquí.
ResponderEliminarEn efecto,Pedro Romero por aquellos años será nombrado maestro de la Escuela de Tauromaquia de Sevilla y moriría, ,con muchos años pues nació a mediados del XVIII, en 1839.
ResponderEliminarReciba mis saludos don Juan.
La gente debió de pasar un rato terrible y con la adrenalina por las nubes.
ResponderEliminarSaludos señor de Valverde.
En aquellos tiempos, y hasta la obligación de poner petos a los caballos, los toros tomaban muchas más varas.
ResponderEliminarMis saludos señor DLT.
Es muy curioso este dato don Francisco. Pocos animales dejan tan larga memoria como los toros bravos.
ResponderEliminarY es usted muy afortunado por ser de Jerez.
Mis saludos.
Es verdad que hay sucesos simbólicos, metahistóricos. En 1831, además, el absolutismo comenzaba a rajarse, utilizando aquí un término taurómaco.
ResponderEliminarSaludos doña Amaltea.
Eran más que nada toros de muy difícil lidia. El debate sobre la bravura del toro de antes es constante en la Historia de la tauromaquia.
ResponderEliminarSaludos señor Hidalgo y me alegro de volver a leer sus comentarios.