jueves, 12 de diciembre de 2019

EL MONTE SIN BELLOTAS (1662)

En el otoño de 1662, los ganaderos de cerda de mi concejo estaban muy apesadumbrados. Ellos, señores de reses tan galanas - alegría, gloria y ornato de los montes de Jaén- dieron cuenta al Cabildo municipal de las penurias que padecían por ser “año esteril y no la avía [bellota] en todo este Reino y comarca sino era la que se había reconocido en la dehesa de la Mata”. Fue un tiempo de sequía o, al menos, de lluvias tan tardías como menguadas. El 24 de noviembre de ese año, por Santa Catalina, en el citado Cabildo se consideró prudente oficiar rogativas a la Virgen de la Capilla “respecto de estar el tiempo tan adelante y el pueblo afligido no aver acudido a tiempo los temporales”.
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Archivo Municipal de Jaén, Actas, 1662, cabildos de 6 de octubre y 24 de noviembre.