VENCEJOS
Ahora que los campos de trigo y cebada están para mirarlos, y pasar las horas muertas en su contemplación, conviene recordar que los cordeles, ligaduras o ramales, a veces de esparto, que sirven para atar las mieses reciben el nombre de vencejos. Era una palabra de uso extendido todavía en los años cincuenta y así la recogieron Manuel Alvar, Gregorio Salvador y Antonio Llorente en su monumental Atlas lingüístico etnográfico de Andalucía. También García Yebra escribió muy bien al respecto. El vencejo es, además, una criatura del cielo que hace prodigiosos alardes de potencia y agilidad en su vuelo. Decía Sebastián de Covarrubias, a inicios del XVII, que es "ave peregrina, que se va a otra region los inviernos, y buelve los veranos" y la asociaba con las ataduras antes citadas "porque tiene los piezecillos cortos, pero las uñas muy largas, y lo que aprieta lo tiene fuertemente". No puedo decir si tiene o no mucho fundamento esta explicación pero es una maravilla y eso basta. Además, en el Diccionario de Autoridades (1739) se afirma que, en lenguaje de germanía, a la pretina también se le da el nombre de vencejo. Aquí, en la altura de mi observatorio, si se está callado y atento, se escucha, como un regalo, el roce de sus alas cuando pasan cerca.
Por aquí, tierra ausente de espartos, usamos la palabra vencejo para designar al pájaro que tan poética descripción le dedica Covarrubias.
ResponderEliminarUn saludo
Anotado, doña Carmen. Y perdone usted el retraso en la respuesta.
EliminarMuchas gracias.
Existen las ataduras intergeneracionales, que son heredadas de los antepasados y no dejan libre al descendiente en su vivir, en su vuelo.
ResponderEliminarPor aquí les llamamos "soguillas", como a las trenzas pequeñas que las niñas llevan en el pelo.
ResponderEliminarEs muy bonito, y antiguo, lo de llamar soguillas a las trenzas.
EliminarMil gracias y perdone la tardanza en mi respuesta.
Tampoco por tierras de Valencia hay mucho esparto, pero si vencejos, Unas aves prodigiosas que permanecen volando siempre. Hasta duermen volando, Sólo en tiempo de cría, en sus nidos, descansan de sus evoluciones aéreas. Las descripciones que de ellos se hacía en tiempos de la vida antigua son deliciosas.
ResponderEliminarSaludos.
Son, en efecto, admirables, señor DLT. A estas alturas ya estarán por África.
EliminarMuchas gracias y perdone usted el retraso en mi respuesta.
Estimado Señor Aponte, tiene al blog con falta de cariño. ¿ Para cuando otro post?. Saludos Cordiales.
ResponderEliminarTiene usted toda la razón. Ha sido fruto de mi indolencia. Muy pronto volveré a publicar.
EliminarLa agradezco mucho sus palabras. Y perdone, como en los casos anteriores, mi tardanza en responder y en publicar.