SOBRE PASTORES Y TRASHUMANCIA
Siempre fui muy aficionado a las cosas del pastoreo y al mundo de la trashumancia. Tengo yo recuerdos muy lejanos al respecto, de cuando llegaban los rebaños a la dehesa de mi abuelo, a Navalcardo, procedentes de las sierras de Cuenca, Teruel y Guadalajara. Eran los años sesenta y los primeros setenta. Me sentaba yo con ellos, cabe la lumbre, en un escabelillo de corcho. Eran muy serios y de expresión grave. Pocas veces he estado, a lo largo de mi vida, en mejor compañía. Afuera, en navas y collados, invernaban las ovejas, resonaban las esquilas y husmeaban los lobos. Ahora, la prestigiosa Fundación Joaquín Díaz, tiene a bien publicar, en su Revista de Folklore, un artículo que he escrito sobre pastores trashumantes en Vilches, provincia de Jaén, entre los siglos XVII y XIX. Atentos a sus nombres, fueron testigos de la España antigua. Les dejo el enlace por si les interesa.
https://funjdiaz.net/folklore/pdf/rf434.pdf
https://funjdiaz.net/folklore/pdf/rf434.pdf
¡Tienen muchas cosas interesantes que contar los pastores siempre mirando al Cielo!. Gran Persona el Señor Joaquín Díaz, y además Sabio, de lo que no existe ya. Sí sobran supuestos entendidos de muchas cosas, sean escritores, filósofos o a saber...pero que solo hablan palabras vacías como vacíos están ellos o puede ser que no saben ni lo que hablan. Recuerda el Señor Díaz cuando un día le llegó una carta de una chica que le impresionó...era de la cantante Cecilia...ella sería hoy en día la misma, personas amablemente originales casi ni existen tampoco...en fin. Saludos Cordiales.
ResponderEliminar¡Desde luego cuánta Superficialidad y demasiados superficiales en la vida!, mejor las conversaciones de los pastores. ¡Tanta importancia a los vestidos y a las palabras empleadas que queden bien! y uno se queda...¿ pero han dicho algo?...siempre hablan y hablan lo mismo o escriben lo mismo durante tantos años...que aburren. Saludos Cordiales.
ResponderEliminarMuchas gracias, Anónimo. Joaquín Díaz, una figura señera. Sin duda.
EliminarBuena compañía y mejor aprendizaje el escuchar las historias y experiencias de estas personas dedicadas a triscar por los montes y tratar con las gentes.
ResponderEliminarUn saludo
Hará cincuenta años de esto que cuento y queda en mi recuerdo para siempre.
EliminarMil gracias, doña Carmen.
Aún subsiste ese mundo, pero muy disminuido. El discurrir de los grandes rebaños transhumantes del pasado, hasta el siglo XIX, de cuarenta, cincuenta mil o más aun, cabezas debía ser algo impresionante.
ResponderEliminarSaludos.
No puedo asegurarle el número de reses que llegaban todos los años a Navalcardo pero le aseguro que eran grandes rebaños.
EliminarMil gracias, señor DLT.
Don Ángel, muchísimas gracias por el enlace. Es muy interesante.
ResponderEliminarUn abrazo.
Muchas gracias, doña Consuelo. Un abrazo también para usted.
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