PUERTAS
"Una puerta no es igual a otra nunca: fijaos bien. Cada una tiene una vida propia. Hablan con sus chirridos suaves o bruscos: gimen y se expresan, en las largas noches de invierno, en las casas grandes y viejas, con sacudidas y pequeñas detonaciones, cuyo sentido no comprendemos [...]
(Azorín, Las confesiones de un pequeño filósofo, 1904).
Fuente de la ilustración: aquí.
(Azorín, Las confesiones de un pequeño filósofo, 1904).
Fuente de la ilustración: aquí.
Azorin era un sabio.
ResponderEliminarSaludos.
Bien cierto es, abrir la buena puerta nos puede llevar a un camino inesperado.
ResponderEliminarFeliz domingo.
Sin duda, don Cayetano.
ResponderEliminarSaludos.
Es enigmático Azorín.
ResponderEliminarSaludos, doña Mari-Pi-R (y buen ánimo en lo que queda de lunes).
Cruces de caminos, puertas que se abren y cierran, decisiones que tomar a ciegas, cambios en la vida, infortunios y desdichas, alegrías y felicidades. Somos errabundos dentro de nuestro destino, juguetes de la fortuna, peones de un ajedrez. Con saberlo, basta.
ResponderEliminarUn saludo
Profundas palabras las suyas, doña Carmen. Y muy siglo XVII.
EliminarSaludos y gracias.
Efectivamente, sabias palabras, muchas son las puertas de cuyos pomos somos dueños; pero hay una cuyo traspaso no se puede eludir, también de ella aunque no lo diga, habla el maestro.
ResponderEliminarUn saludo, nuevamente con los comentarios rehabilitados.
El gran Azorín habla de la muerte, sin duda.
EliminarMe alegra mucho volver a leer sus comentarios, amigo DLT.
Muchas gracias.
¡Magistral texto escogido, esperemos siempre toparnos con las puertas adecuadas!
ResponderEliminarGracias, y más vale que nos pase lo que usted dice.
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