domingo, 31 de marzo de 2013

INDULTOS POR LA PASIÓN DE NUESTRO SEÑOR

En La España del Antiguo Régimen existía la tradición de indultar a determinados reos en Viernes Santo.  Según Tomás y Valiente, estas medidas de gracia no eran aplicables a los condenados por delitos considerados especialmente graves: lesa Majestad -divina y humana-, contrabando, homicidios alevosos y sacrílegos, incendios, pecado nefando, cohecho, hurto, incendios, blasfemia, malversación de fondos públicos, resistencia a la Justicia y desafíos. Con todo, es dudoso que tales limitaciones se cumpliesen de manera rigurosa. El indulto sólo tendría efecto si los reos eran previamente perdonados, de forma expresa, por las víctimas o la parte ofendida.  Era una práctica frecuente en los casos de muertes violentas, lesiones y delitos contra el honor y la honestidad, pues se concedían perdones, entre particulares, a cambio de dinero o bajo ciertas condiciones. Por una disposición de Juan II el número de beneficiados por el indulto del Viernes Santo no podía superar la veintena por año. A mediados del XVIII la Cámara de Castilla, en nombre del Rey, ordenó que el número de reos indultados fuese de dos cada año. Es posible que los concejos aplicasen similares medidas de gracia para culpables de faltas y delitos menores, como pendencias, contrabando de poca monta o fraudes. Puede ser el caso del preso indultado en Huelma, Jaén, en 1686 y que aparece recogido en los protocolos notariales del Archivo Histórico Provincial de Jaén.

12 comentarios:

  1. No estoy nada convencido de que me parezca justo, pero bueno, eran cosas del Antiguo Régimen, pero creo que todavía en Málaga se conserva una tradición parecida, ¿sí no?

    Saludos, Retablo. (No sé cual es su nombre, y me cuesta mucho dirigirme a usted como Retablo. Aunque yo aparezco como Dissortat, y muchos me llaman así, casi todos saben que mi nombre es Jordi)

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  2. Al final supongo que esto de los indultos se acabó convirtiendo en una cuestión de dinero (como todo). Sin embargo, el indulto es algo tan viejo como el mundo. En el evangelio queda constancia de ello, cuando Pilato ofrece liberar a Jesús o Barrabás. Y los griegos ya tenían su voto de Atenea... Un saludo.

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  3. Buena costumbre esa. Esto me recuerda a la película en la que se indulta a Barrabás, siguiendo la historia de Jesús.
    ¿A quiénes indultaríamos ahora? ¿A pequeños delincuentes o a grandes estafadores y corruptos?
    Un saludo.

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  4. Lo de los indultos siempre me ha producido sensaciones muy contradictorias. Por una parte, la gracia es hermosa, por otra...
    Desde Barrabás a nuestros días hay cosas incomprensibles. Y, cuando las comprendes, aún es peor.
    Saludos de su lectora.

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  5. El indulto no siempre es justo, pero a veces viene a remediar alguna que otra injusticia.
    Saludos

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  6. Creo que con lo dura que era la legislación penal del Antiguo Régimen,además de la nada fiable práctica procesal,el indulto real representaba un mínimo alivio para los reos.

    Saludos señor de Dissortat.

    (Por cierto, mi nombre es Ángel)

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  7. Está muy bien elegido el ejemplo, y más para las fechas recientes. También cabía la posibilidad de indultos reales por sucesos de distinta naturaleza, en especial los relacionados con la Familia Real o la Corona.

    Saludos señor Anónimo Castellano.

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  8. Buena pregunta, don Cayetano,y de indudable vigencia.

    Saludos.

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  9. No se puede expresar mejor, doña Olga. El indulto como muestra de magnanimidad es distinto al empleado como moneda de cambio y apaño entre poderosos.

    Reciba usted mis saludos.

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  10. Es una posibilidad, doña Ambar, que debe ser mantenida para casos excepcionales. Nunca para crear un sentimiento de impunidad y de privilegio.

    Reciba usted mis saludos.

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  11. La costumbre todavía está vigente en algunas cofradías, como bien nos informan puntualmente en los medios de comunicación. Menos mal que por la enumeración que nos has hecho se supone que a Bárcenas, si un día le ponen a la sombra, no es susceptible de este perdón...
    Un saludo

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  12. Nada nos resultaría extraño en estos tiempos.

    Saludos doña Carmen.

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