LA HONDA Y LOS LOBOS
Los días cortos del invierno son buenos para hablar de lobos. En Los hornilleros, de González- Ripoll, se describe la aventura de dos pastores de antes de la guerra. Pasaron una noche cercados por una manada en algún lugar de la Sierra de Segura. Eran los lobos "sombras escurridizas, como terneros con la cuca". Uno de los pastores, atento y firme -como héroe de la Antigüedad- mantenía a raya a las fieras con la honda. A cantazos. Saltaban chispas, visibles en la noche cerrada, al impactar las piedras contra las rocas del monte.
Suena terrible...
ResponderEliminarUna imagen terrorífíca verse rodeado de lobos hambrientos, parece y es de otro tiempo pero no demasiado lejano.
ResponderEliminarCasi extinguido parece que el lobo va recuperando posiciones.
Saludos.
Pues nada: habrá que hacerse con una buena honda y un montón de piedras para ahuyentar a esos "lobos" que amenazan con devorarnos a todos.
ResponderEliminarUn saludo.
Sí qué debía de ser comprometida la situación.
ResponderEliminarSaludos señor de Dissortat.
De hace menos de cien años. El lobo está unido a nuestro pasado de manera constante. Y cada español tiene un pastor, o muchos, en sus antepasados.
ResponderEliminarSaludos don Eduardo.
Incluso aquí, la Historia nos aporta ejemplos para afrontar los peligros y las horas difíciles.
ResponderEliminarSaludos don Cayetano.
Imagino esta historia en pleno monte de Béjar, donde se hacía periódicamente caza de lobos hasta hace cincuenta años.
ResponderEliminarSaludos
Bien que no gustaría leer un trabajo suyo sobre esta cuestión. Sería, sin duda, magnífico.
ResponderEliminarSaludos doña Carmen.