LO INAGOTABLE
"Vagaba por los ámbitos vacíos
del humilde y herboso cementerio,
el aroma de muerte que despide
la tierra de los muertos."
José María Gabriel y Galán, "Lo inagotable", Castellanas (1902).
La fotografía pertenece a Baños de la Encina, Tenerife y otras cosas y se publica en Retablo de la Vida Antigua gracias a la cortesía de don Diego Muñoz- Cobo
Una poesía y una imagen muy adecuadas para estos días.
ResponderEliminarUn saludo.
Cierto que los cementerios tienen un algo particular, sobre todo si hay poca gente en ellos, en el día de hoy cuesta más apreciarlo por la abundancia de gentes y flores.
ResponderEliminarUn cordial saludo
Tan decadente, pero tan bello...
ResponderEliminarSaludos.
Perfecta poesía para un día como hoy. La foto, impactante.
ResponderEliminarUn saludo!
Entrada muy apropiada en estas fechas. Problemas informáticos me mantendrán en funcionamiento muy precario durante unos días.
ResponderEliminarUn saludo.
Gabriel y Galán es un poeta prácticamente olvidado e imprescindible para el conocimiento de la vida rural de hace cien años.
ResponderEliminarSaludos señor de Valverde.
Yo también prefiero que estén poco frecuentados. Pero no deja de ser conmovedor que, a pesar de la voluntad de ocultar la muerte, la gente siga acudiendo a ellos cada 1 de noviembre.
ResponderEliminarSaludos don Eduardo.
Es lo que me decidió a publicar la fotografía. Es de 1950, cuando el patio de armas del castillo de Baños de la Encina era utilizado como cementerio. La foto fue publicada por el blog dedicado a Baños y, por la amabilidad de su autor, don Diego Muñoz _Cobo, aparece en el Retablo.
ResponderEliminarSaludos señor Dissortat.
Igual creo yo, doña Coral. Al final todo es olvido.
ResponderEliminarEspero que los problemas se resuelvan pronto por el bien de sus lectores, acostumbrados a sus excelentes escritos.
ResponderEliminarSaludos señor DLT.
Hablar de muertos y cementerios no es algo privativo como veo de escritores románticos al estilo de Bécquer o Espronceda.
ResponderEliminarUn saludo.
Es verdad. Gabriel y Galán tenía que tratar necesariamente este tema. Él mismo murió joven, como los románticos.
ResponderEliminarSaludos don Cayetano.