LANCETAS
Gregorio Marañón consideraba bárbara la costumbre de practicar sangrías. Y la lanceta era el instrumento para tal recurso. En los tiempos de Velázquez se podía adquirir una, con guarniciones de concha, por tres reales y medio. El cirujano giennense Jacinto de Arteaga tenía, según consta en una escritura notarial, de 1691, "un estuche de lancetas guarnecidas en plata y unas piedras de afilar y otras herramientas sacamuelas de dicho mi arte". Arte que no oficio mecánico. En esto Arteaga no admitía dudas. Lo de las herramientas para sacar muelas no sugiere un trance especialmente grato. En otro lugar, pero para el caso es lo mismo, Lord Chesterfield aconsejaba a su hijo extremar la higiene dental para evitar, entre otros inconvenientes impropios para un caballero, los horrorosos dolores provocados por una dentadura en mal estado. Pero volvamos a España y a recordar precios, así una caja de cirujano costaba cinco reales y un real menos la de barbero. Los artilugios para d...