LOS BAÑOS DEL MANZANARES
Los pobres de Madrid no podían ir a las playas pero tenían, al menos, los baños del Manzanares. Según Francos Rodríguez eran primitivos y “excesivamente democráticos”. Contaban con alquiler de casetas y esteras. Prevalecía un ambiente de entremés y de zarzuela, ruidoso y alegre, en el que pregonaban, a grandes voces, helado mantecado y había merenderos que preparaban callos por encargo. Así lo hace constar don Ricardo de la Vega en su obra Los baños del Manzanares (1875) . A finales del XIX estaban ya en decadencia.