SOBRE LOS BAÑOS DE MAR
En estas tardes de verano paso el rato con antiguos tratados y guías para bañistas. En todos se mencionan mil prevenciones y advertencias. Don Ventura de Bustos y Angulo, médico y dentista de Madrid, cuyo lema era «en el bañar no conviene prevaricar», estimaba en sus Baños de río, caseros y de mar (1816), que los chapuzones estivales eran útiles para templar los ardores del sol, «que tanto vician y alteran los humores». Otros tratadistas aseguraban que servían para aplacar los espíritus fuliginosos o de la naturaleza del hollín, propios de la estación. SEGUIR EN THE OBJECTIVE