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Mostrando entradas de diciembre, 2016

REPIQUES, VOLTEOS Y PUÑOS DE LECHUGUILLA

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Decía Paul Johnson que el sonido de las campanas era el más bello de la civilización. Es difícil negarlo. Durante siglos los campanarios de la Europa cristiana han marcado horas y oficios religiosos, anunciado victorias y desastres, nacimientos y muertes, coronaciones, procesiones, rogativas y fiestas de aldea. Las campanas, también, han guiado a los caminantes en las noches de niebla y de nieve. Es natural que hayan tenido nombre -como los cañones y los buques- y que en sus bronces se hayan grabado fechas, conjuros y jaculatorias. En las Constituciones Sinodales que en 1624 mandó hacer, para el gobierno de su diócesis, el cardenal y obispo de Jaén don Baltasar de Moscoso y Sandoval se recogen algunas disposiciones sobre las campanas y sus toques. Sospecho que buscaban imponer cierto orden tridentino en lo que era, a veces, improvisación y capricho. Correspondía a los sacristanes la obligación de tocarlas para los oficios divinos y también para "la oración a vísperas, a nublado...

CAPUCHINOS CARLISTAS (1834)

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Entre las conspiraciones giennenses, ya sean reales o atribuidas, a favor de Don Carlos debemos reseñar la fraguada, según la prensa liberal, en el convento de Capuchinos. Los frailes de esta orden tenían cierta solera en la militancia absolutista. Declarados partidarios del Trono y del Altar, eran continuadores de la labor proselitista del beato fray Diego José de Cádiz que estuvo en Jaén, en los tiempos de la guerra contra los revolucionarios franceses. Los capuchinos de Jaén también tomaron partido, por Dios y la Monarquía, en la Guerra de la Independencia. En los combates en los combates habidos en Jaén, durante los días 1, 2 y 3 de julio de 1808, un lego capuchino llamado Pedro de Alhendín mató, con certera y serena puntería, a siete soldados franceses. Otro fraile de la misma orden, Juan Bautista de Cádiz, con su apasionada oratoria y con la cruz en la mano, convocaba a los vecinos a que, como buenos católicos y buenos españoles, resistiesen y tomasen las armas contra Napoleón. ...

FRAILES CARLISTAS Y FRAILES CRISTINOS (1834)

Esta historia trata de tiempos inciertos. Los que se vivieron en 1834, al principio de la Regencia de María Cristina. España entera estaba en ascuas por la guerra civil. También en Jaén se vivía un ambiente de exaltación. La cercanía de partidas realistas en los montes cercanos contribuía a agitar los ánimos de liberales y realistas. En enero de 1834, en las inmediaciones de Pegalajar, a pocas leguas de la ciudad, se descubrió la presencia de un centenar de hombres armados afectos a la causa de Don Carlos. En mayo de 1834 los liberales denunciaron que, con la tolerancia de las autoridades, en el convento de San Juan de Dios "celebraban sus reuniones los tenidos por carlinos en la opinión pública". En aquellos primeros tiempos de la causa legitimista llamaban carlinos a los carlistas. Una parte de los frailes de San Juan de Dios, sin embargo, era declaradamente partidaria de Doña Isabel y cantaba "himnos a la Reina y alegrías de esta naturaleza" y la otra se pronunc...