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Mostrando entradas de mayo, 2016

DE LA POLÍTICA MONETARIA DE FELIPE IV ( y 2 )

La reducción del vellón, planteada en 1628, dio lugar a unos debates muy enconados en el seno de los cabildos municipales consultados por la Corona. En estas controversias, en términos generales, se defendieron dos posiciones. Unos caballeros eran partidarios de indemnizar a los poseedores de la moneda que iba a ser depreciada y otros, en cambio, eran de la opinión contraria. A favor de la primera opción se alinearon Madrid, Toledo, Burgos, León, Salamanca, Guadalajara, Murcia, Córdoba, Valladolid, Ávila y Jaén. En contra se manifestaron Sevilla, Segovia, Soria, Toro, La Coruña, Jerez de la Frontera, el Señorío de Vizcaya y Ávila. Conozco, de manera directa por haber consultado las correspondientes actas, las deliberaciones de los  componentes del Cabildo municipal de Jaén. En el cabildo celebrado el 10 de junio de 1628, el corregidor don Andrés de Godoy Ponce de León pidió a los caballeros veinticuatro que tratasen sobre la conveniencia de la bajada del vellón. Les concedió el pla...

DE LA POLÍTICA MONETARIA DE FELIPE IV (I)

La Casa de Austria trató de paliar sus penurias mediante la emisión de moneda de vellón. Consistía en reducir la cantidad de plata en las monedas acuñadas, sustituyéndola por cobre y, de esta forma, aumentar el dinero en circulación sin emplear una mayor cantidad de metal precioso. Este sencillo remedio, a modo de alquimia, permitió, a corto plazo, que la Real Hacienda dispusiese de una liquidez mayor. Si faltaban reales se acuñaban más y todos felices. Sin embargo fue un ardid pernicioso. La emisión de vellón puso en circulación un dinero envilecido del que todos se querían desprender, provocó una evidente subida de los precios que agravó la tendencia inflacionista vivida en España desde el siglo XVI y, como por ensalmo, la plata dejó de circular. La moneda de vellón pronto fue rechazada por toda la sociedad española del siglo XVII. Todos querían pagar con cobre y cobrar en plata. Ya, de manera relativamente temprana, el jesuita Juan de Mariana condenó, con los más duros términos, est...

EL CAPITÁN VERDUGO, LA CERVEZA Y LOS PELIGROS DEL AGUA

Francisco Verdugo sirvió a Felipe II durante muchos años. Sentó plaza de soldado en 1557, cuando la guerra con Francia, nada menos que en San Quintín, demostró coraje y dotes para la vida castrense. Le dieron, entonces, una ventaja de ocho escudos. Desde unos orígenes oscuros, a fuerza de trabajos y peligros, llegó a mucho. Desde 1581, durante catorce años, estuvo en su puesto como gobernador y capitán general de la provincia de Frisia. Dicen que fue el más duro, cínico, frío y desilusionado capitán español del siglo XVI. Y bueno como el que más en lo suyo, añadiríamos nosotros. Decía, con escarmentado realismo, que "al fin las victorias vienen de Dios y él las da a quien es servido, pero también es necesario que los hombres se ayuden y provean de su parte sin dexar cosas a la ventura". Su mando en Frisia le ocasionó muchos desvelos y desengaños: "ha sido gran desgracia mía haber empleado catorce años, los mejores de mi vida, tratando con la gente que en este discurso he...

EL VIAJE DE FELIPE IV Y LOS RECIOS TEMPORALES DE 1624

Con motivo de esta primavera lluviosa voy a recordar el viaje de Felipe IV a Andalucía en 1624. Un viaje real era empresa de mucha dificultad, trabajo y gasto. No era para iniciarlo a la ligera. Había muchos libramientos que contabilizar, numerosas partidas que barajar en una Real Hacienda quebrantada y unas arcas locales empeñadas y plagadas de trampas. Los concejos por donde pasaba la comitiva real tenían la obligación de aportar víveres, arreglar caminos y preparar aposentos. El dispendio era enorme y a todos estos gastos se unía la obligada organización de festejos y regocijos para honrar al Rey. Cada pueblo o ciudad festejaba su llegada como podía. Algunas demostraciones eran modestas e incluso ingenuas, como en Santisteban del Puerto donde, según Joaquín Mercado Egea, prepararon una iluminación con lamparillas y un cordel de cohetes "que venía uno y respondía otro". En Jaén, entre otros espectáculos y homenajes, hubo salvas artilleras desde el Castillo de Santa Catalin...

ALFONSO XIII EL SPORTMAN

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En 1905 Alfonso XIII viajó a Inglaterra. Con motivo de su visita a Windsor, un periódico local - The Windsor Chronicle- no dudaba en elogiar a Don Alfonso: "El Rey de España es un sportman como no hay igual en Europa. Es un maravilloso y diestro jinete, un excelente automovilista, un hábil tirador de rifle y revólver; un soberbio esgrimidor y un excepcional boxeador, según el estilo inglés, para la propia defensa". Fueron alegres aquellos años eduardianos. _______________________ La fotografía es posterior, de los tiempos de Primo de Rivera, y procede de BNE (CC). Un documento de Alfonso XIII en plena actividad deportiva en  http://www.rtve.es/alacarta/videos/archivo-real-alfonso-xiii/alfonso-xiii-jugando-polo/2833071/

VIAJAR EN COCHE NO ERA PARA JOVELLANOS

Jovellanos tenía a veces un carácter un tanto descontestadizo. Veamos su opinión sobre los viajes en coche de caballos. No les podía negar ciertas ventajas: "es ciertamente una cosa muy regalada", decía, pero "no muy a propósito para conocer un país". La causa: "la celeridad de las marchas ofrecen a la vista una sucesión demasiado rápida". Además, "el horizonte que se descubre es muy ceñido, muy indeterminado, variado de momento en momento y nunca bien expuesto a la observación analítica". C.S Lewis, otro gran conservador, coincidirá, en cierta medida, con las apreciaciones de Jovellanos cuando, en Surprised by Joy (1955) ,  afirmó que uno de los efectos más deplorables de los transportes modernos es que acababan con las distancias -"uno de los dones más preciados que hemos recibido"- y que un joven de su tiempo viajaba cientos de kilómetros con una sensación de liberación menor que la que experimentaban sus abuelos en un viaje de quin...