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Mostrando entradas de noviembre, 2015

LOS LOBOS DE POZOBLANCO EN 1614

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En las cuentas del concejo de Pozoblanco, en Sierra Morena y en el Reino de Córdoba, correspondientes al año 1614, según consta en su Archivo Municipal, se registran unos libramientos por valor de 8.112 maravedíes destinados al pago "de personas que an matado lobos y zorras". Las libranzas, tal y como aparecen en el documento consultado y en el mismo orden, fueron las siguientes: A Miguel Ruiz: 1.500 maravedíes por un lobo. A Luis Gómez: cuatro ducados por una camada de lobos. A Juan Gómez: 1.500 maravedíes por un lobo. A Diego García Redondo: 1.500 maravedíes por un lobo. A Juan Ruiz El Mozo: 1.500 maravedíes por un lobo. A Alonso Alamillo y Juan Bautista: 612 maravedíes por nueve zorras. La caza de lobos y zorros se financiaba a través de un repartimiento al que contribuían los concejos integrados en la mancomunidad de las Siete Villas del Valle de los Pedroches.

EL BRASERO DE GONZÁLEZ BRAVO

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"El Ministro de la Gobernación, Don Luis González Bravo, meditaba en su poltrona, con los pies en la tarima del brasero y el gorro turco sobre la oreja. Meditaba , y se enfriaba el chocolate con churros, que solía tomar en las horas de madrugada". (Ramón del Valle-Inclán, La Corte de los Milagros, 1927)

LA COFRADÍA DE ÁNIMAS DEL PURGATORIO EN VILCHES DURANTE EL SIGLO XVIII(y II)

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Detalle del cuadro de las Ánimas del Purgatorio de la Iglesia Parroquial de  San Miguel Arcángel de Vilches.  Las manifestaciones y practicas de piedad religiosa de la cofradía, según los estatutos de 1779, eran las heredadas de siglos anteriores. La religiosidad ilustrada no había llegado a la España rural ni, en general, a los medios populares. Se preferían las formas de devoción más tradicionales e inteligibles. La visión del Purgatorio recogida en los citados estatutos -quizás redactados por el bachiller Pérez y Cano de la Vega- podría haberse escrito en el siglo XVII:  "Y a la verdad esta piadosa Madre [la Iglesia] considera a las almas en este lugar reducidas a el estado más triste y menesteroso, y rodeadas de llamas tan activas, como las del infierno. El humo las obliga a derramar perennes lágrimas; pero lágrimas sin fruto para templar aquellos ardores. Sugetas a una perpetua vigilia no tienen otro lecho, que los dolores; ni otro desaogo, que los gemido...

LA COFRADÍA DE ÁNIMAS DEL PURGATORIO EN VILCHES DURANTE EL SIGLO XVIII(I)

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La devoción a las Ánimas del Purgatorio fue una de las más populares y extendidas en la España de los siglos XVI al XIX. La Iglesia Católica considera que los que mueren, sin estar absolutamente limpios de pecado, deben pasar por un estado previo de expiación y purificación antes de ir al Cielo. La estancia en el Purgatorio, al menos en aquellos siglos,  era cuantificable temporalmente y podía reducirse mediante indulgencias y méritos ganados en vida o, también, por las oraciones y buenas acciones que los vivos dedicaban a las almas en pena. No era propio de buenos cristianos olvidar los padecimientos de los que habían muerto y tenían todavía que saldar antiguas deudas. Con tal fin se constituyeron cofradías dedicadas a las Ánimas Benditas. En Vilches, un pueblo del norte de la provincia de Jaén, cercano a Sierra Morena, esta devoción estaba muy extendida. La cercanía a la comunidad carmelita de La Peñuela y la presencia de beatas adscritas a dicha orden pudieron influir en s...

FESTEJOS POR LA CANONIZACIÓN DE SANTA TERESA EN JAÉN

En 1622, recién iniciado el reinado de Felipe IV, fueron canonizados santa Teresa de Jesús, san Ignacio de Loyola, san Francisco Javier y san Isidro Labrador. Estos grandes sucesos se celebraron con toda suerte de oficios religiosos y festejos. Estaba bien alegre España y Jaén no fue una excepción. Tanto los jesuitas, que demostraron un gran entusiasmo, como los carmelitas descalzos se afanaron por dar el mayor realce a la ocasión. Desde la beatificación de santa Teresa, en  1614, esta orden celebraba fiestas en su honor durante el mes de octubre.  En 1618, los Carmelitas de Jaén gastaron nada menos que cien ducados en fuegos artificiales que, lamentablemente, no se pudieron disfrutar por el mal tiempo que hizo durante aquellos días*. Cien ducados era mucho dinero y la Santa los habría empleado probablemente en otros menesteres. También los temporales obligaron a que se suspendiese un festejo de dieciséis toros. La tauromaquia no era una novedad en las celebraciones carmelitan...