ARRIEROS, VARAS Y AMULETOS
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Moreno Castelló en sus recuerdos de cazador, durante los años de la Restauración, describe a dos arrieros que formaban parte de una expedición cinegética en Sierra Morena, en el término de Andújar: "atendían a todos y llevaban unas veces en la mano y otras sujetas entre el cinto de cuero y la faja, sendas varas, con las que de vez en cuando castigaban al burro descuidado". El arriero, que llevaba los equipajes del autor, puso sobre la albarda un par de mantas - la eterna manta de los españoles antiguos- y una zalea, ciñendo todo el aparejo con un cordelillo. La caballería iba sin jáquima, con un cordel ajustado al cuello del que colgaban "unos cuernecillos y diges, que he visto mucho en las arrierías y que supongo que usan como higas, amuletos ó medios de preservar a los animales que los llevan, de todo mal". Así es. Estos amuletos los ha visto también el que esto escribe, en los mulos, burros y demás ganado asnal del término de Jaén. Hasta bien entrados los añ...