jueves, 15 de diciembre de 2011

EL CHOCOLATE DE LA TÍA MONJA DEL CONDE DE GARCÍEZ



No debía de ser fácil hacer testamento para un aristócrata del siglo XVIII.  Sin contar con las mandas piadosas, encargos de misas y otras obras pías, había que desmadejar, con la ayuda de un notario de confianza, una nube de sucesiones en mayorazgos, vínculos, patronatos, deudas antiguas, pleitos más antiguos todavía, particiones, mandas a viejos criados, redenciones de censos, reclamaciones de ayudas de costa a la Corona,  y otras cuestiones de suma importancia. El conde de Garcíez, siempre muy señor, no olvidaba los asuntos menudos y ordenó en su testamento, otorgado en 1763,  que su tía, monja en el Convento de Santa Clara de Baeza, recibiese, durante el resto de su vida, dos arrobas de chocolate cada año. Sentiría la muerte del Conde la linajuda monja. Pero la tristeza podría atemperarse, entre rato y rato, con  la jícara, la mancerina y el soconusco. Otra muestra más de la afición española al chocolate.

8 comentarios:

  1. La slecturas de testamentos siempre me parecen, dentro de su complejidad, interesantes, pues nos aportan datos sociales y cotidianos jugosos, aunque a veces imposibles de incluir en artículos e investigaciones sesudas. Quizás con lo que más me divierto, en cierto casos, sea con los inventarios y sus prolijas enumeraciones.
    Saludos

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  2. Vaya monja más golosa jejejeje. Sería para endulzarse la dura vida monacal de clausura. Y es que eso de casarse con Dios debe ser muy, pero que muy, duro, siempre orando y dándose con el cilicio. Imagino que cuando las monjitas se ponen a hacer mazapanes y dulces y polvorones se darán un homenaje de vez en cuando con un bocaíto.
    Saludos.

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  3. ¿Y esas palabras tan hermosas y sonaras? Jícara, macerina y soconusco... mmm casi parecen dulces, de chocolate, por supuesto.

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  4. No le puedo negar don Retablo que muchas veces me hace acudir al diccionario para saber del significado de algunas palabras desgraciadamente ya desaparecidas o poco usadas y que son algunas de una musicalidad (no sé si estará bien empleada la palabra) muy bella.

    Saludos.

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  5. Estoy de acuerdo con usted. Son muchos los datos interesantes recogidos en archivos o lecturas de libros viejos, sobre los que nos habría gustado publicar algún escrito, y que no daban para un artículo. Creo que el blog es un medio estupendo para tal cometido.

    Reciba mis saludos doña Carmen.

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  6. No todos los conventos eran de vida rigurosa ni estaban sometidos a reglas muy estrictas. Y hacía bien, la tía del Conde en tomar chocolate todos los días que, con eso, no ofendía a Dios. Además, seguro que invitaba y hacía tertulia.

    Mis saludos don Juan.

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  7. Son palabras antiguas que ya no usa nadie. Y que evocan el pasado mejor que largas concienzudas lecturas.

    Muchas gracias por su comentario y reciba, señora, mis saludos

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  8. Es lo que consideraba en relación al interesante comentario de la señora Mujerárbol. Yo también recurro, y casi con entusiasmo, a los diccionarios cuando me encuentro con alguna palabra arcaica.

    Mis saludos don Eduardo.

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