viernes, 11 de noviembre de 2022

EL NACIMIENTO DE ALFONSO VIII

 Nació el once de noviembre de 1155. Era viernes y quizás fue una jornada soleada, de hojas en el suelo y membrillos en las huertas, como corresponde al veranillo de San Martín. Era hijo de Sancho III y de Doña Blanca Garcés y también tataranieto del Cid por linaje de madre. A los tres años quedó huérfano de padre y madre aunque no solo en el mundo. De su prodigiosa parentela ya escribí alguna cosilla hace un tiempo. Leo en el gran estudio de Carlos Vara, dedicado a Las Navas de Tolosa, un documentado análisis del personaje. En esa grave y victoriosa y jornada estuvo al frente de los ejércitos cristianos y demostró una vez más su valor y empuje. Cita el mencionado estudioso al cronista Núñez de Castro que hace una descripción de Don Alfonso y así sabemos que fue "de estatura más que mediana, de rostro hermoso, en quien sobresalió lo encendido; la frente sin desproporción, abultada, el cabello de color de la barba, tibiamente negro, los ojos garzos, la nariz inclinada a grande, sin desmesura que ocasionara fealdad". Fue un hombre tan del siglo XIII que, según la tradición, conoció a san Francisco de Asís en Burgos. Nació en otoño y en otoño murió en Garci Muñoz, el seis de octubre de 1214, cerca ya de los sesenta años. El año anterior fue de muchas muertes, hambres y calamidades en Castilla.

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