LAS MINAS DE ALMADÉN O EL INFIERNO EN VIDA

 Comenzaron a explotarlas los Fúcar en el siglo XVI. La falta de trabajadores para las minas de azogue de Almadén se suplió con condenados a galeras y a presidio. Así fue hasta 1801. De todo había, pero no todos habían cometido delitos atroces. Hay razones para pensar que eran el infierno en vida.

El vestuario de los presos, según las ordenanzas de 31 de enero de 1735, se componía de una casaquilla colorada, una chupa y calzones, todo confeccionado con paño de Torremilano. La dieta diaria de los esclavos o forzados, así se les llamaba, que trabajaban en la mina o realizaban trabajos duros consistía en tres libras de pan, dos cuartillos de vino y una libra de carne. A los destinados a las herrerías y otras tareas, consideradas menos penosas, y a los convalecientes, se les suministraba una “comida menor”, limitada a dos libras y media de pan, cuartillo y medio de vino y una libra de carne. Los enfermos y los exhaustos recibían una alimentación más variada: una libra de pan, tres cuarterones de carnero, tocino, garbanzos, bizcocho, pasas, huevos y especias, todo sujeto al criterio de los médicos y cirujanos. En Pascua de Navidad y por San Miguel, los dos únicos días de descanso que tenían al año, todos recibían ración doble. Esto era lo establecido en las ordenanzas citadas, lo que debía ser. Otra cuestión es que se cumpliese.

La cárcel de Almadén se comunicaba con las minas por una galería subterránea. Era un espacio propio de un grabado de Piranesi. Contaba, según describió Rafael Salillas en 1913*, con “un laberinto de calabozos de singular angostura”, conocidos con los nombres de El Limbo, La Gloria, El Purgatorio y El Infierno. Estas celdas conservaban, cuando las vio el citado estudioso, argollas y anillas de sujeción sobre ciertos asientos para inmovilizar el cuello, las manos y los pies de los cautivos.


*Salillas, Rafael, La Cárcel Real de esclavos y forzados de las minas de Almadén y las características legales de la penalidad utilitaria, Imprenta Alemana, Madrid, 1913.


Comentarios

  1. tal y como corresponde al mercurio que de allí se extraía y que tanto interesó a los judíos que las compraron (su explotación) en el siglo diecinueve

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