LAS MINAS DE ALMADÉN O EL INFIERNO EN VIDA
Comenzaron a explotarlas los Fúcar en el siglo XVI. La falta de trabajadores para las minas de azogue de Almadén se suplió con condenados a galeras y a presidio. Así fue hasta 1801. De todo había, pero no todos habían cometido delitos atroces. Hay razones para pensar que eran el infierno en vida. El vestuario de los presos, según las ordenanzas de 31 de enero de 1735, se componía de una casaquilla colorada, una chupa y calzones, todo confeccionado con paño de Torremilano. La dieta diaria de los esclavos o forzados , así se les llamaba, que trabajaban en la mina o realizaban trabajos duros consistía en tres libras de pan, dos cuartillos de vino y una libra de carne. A los destinados a las herrerías y otras tareas, consideradas menos penosas, y a los convalecientes, se les suministraba una “comida menor”, limitada a dos libras y media de pan, cuartillo y medio de vino y una libra de carne. Los enfermos y los exhaustos recibían una alimentación más variada: una libra de pan, tres c...