martes, 20 de septiembre de 2022

UNA REGLA SEGURA DE PRUDENCIA

Nunca tuvo la Monarquía de España tan buenos ministros como en nuestro siglo XVIII. Eran secos y de poca gracia pero habían estudiado mucho, tenían gran capacidad de observación, decían las verdades a palo seco y, por lo general, erraban poco. Fueron, por lo general, hombres rectos y de vida sencilla. Campomanes es un buen ejemplo de lo dicho y lo que pensaba sobre el gasto desmedido y descontrolado sirve, antaño y hogaño, para las naciones y para las familias:

Es una regla segura de prudencia que ninguno debe gastar más de lo que puede sin empeñarse y principalmente en los soberanos es indispensable, so pena de aniquilar a sus vasallos, que son todas sus riquezas, y hallarse sin recurso en la mejor ocasión. La falta de esta máxima es lo que ha acabado con los más poderosos imperios y tiene destruidas las grandes monarquías de la Europa; y a mi ver, más destruyeron a España los dos brillantes reinados de Carlos V y Felipe II que los oscuros de Juan II y Carlos II."

 (Cartas político-económicas al conde de Llerena, Edición de Antonio Rodríguez Villa, 1878).

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