EL PICADOR Y LOS BANDOLEROS
Hubo en tiempos de Carlos III un picador llamado Juan Miguel. Aparece como tal en la plaza de toros de Sevilla, el 8 y 10 de mayo de 1764, junto a Fernando del Toro, Mateo Medina, Eduardo Casivero y José Daza. Le pagaron a nuestro personaje, en aquella ocasión, 1.200 reales y once toros de gratificación. Dice el marqués de Tablantes que era, Juan Miguel, hombre muy valeroso en la plaza y fuera de ésta. Una vez fue asaltado en Sierra Morena por una partida de ladrones. El picador, allí en despoblado y en solitario, no se amilanó ante gente de tan mala condición. Mató al jefe de los bandoleros, a uno más y puso en fuga al resto. El valor era su oficio y su destino.
Digo yo que si en vez de picador hubiera sido matador, no lo habría hecho mejor. Supongo que por la "faena" se hizo merecedor de la oreja del bandolero.
ResponderEliminarUn saludo.
Y más en aquella época que eran dados a hacer cuartos a los ajusticiados.
ResponderEliminarSaludos y gracias don Cayetano.
Espero que no lo hiciese con una pica, sino con un trabuco o un pistolete, armas que solían portar los bandoleros en sus asaltos.
ResponderEliminarSaludos
Ya debía de ser un tipo de una pieza el picador. Que esos bandidos eran de lo peor que había. Sabe Dios los medios que utilizaría para salir del apuro tan airosamente.
ResponderEliminarSaludos doña Carmen.
Lo de los 1200 reales lo entiendo e imagino que sería una buena cantidad pero lo de los once toros de gratificación....¿serían vivos o muertos?
ResponderEliminarUn jornal ascendía a unos pocos reales. 1.200 era una cantidad respetable. Los toros regalados procedían del festejo y ya estaban muertos.
ResponderEliminarSaludos doña Ambar
¿Y qué se hacía con 11 toros muertos? Me figuro que se usarían para comer pero ¿se los daban todos a la vez? Me parece una cantidad ingente de producto perecedero...
ResponderEliminarDebía ser hombre de temple Juan Miguel, acostumbrado a lidiar el miedo en la plaza, cuando el picador debía entonces acabar en el suelo casi siempre, cuando su montura sin defensas era abatida por el morlaco.
ResponderEliminarUn saludo.
Los toros eran vendidos a tajones,rastros y demás despachos de carnes. Cada res, sin desollar ni en canal, podía costar entre 600 y 800 reales, lo que es una cantidad más que respetable.
ResponderEliminarSaludos doña Carmen.
Costalazos tendría muchos en el cuerpo. Sin embargo, los picadores paraban los toros con maestría y sus caballos no siempre eran derribados o heridos.
ResponderEliminarSaludos señor DLT.