sábado, 23 de enero de 2016

EL OTRO SIGLO XVIII

El campo no era lugar seguro en el siglo XVIII. Es evidente que los casos de asaltos, contrabando y bandolerismo marcaron el tono de la vida en caminos y despoblados. La inexistencia de unas fuerzas de seguridad profesionales y dependientes de la Corona, las imperfecciones de las leyes reales y de los mecanismos procesales, además del miedo -o la tolerancia en algunos casos- de caciques, regidores, alcaldes y escribanos perpetuaron esta situación. Éste panorama tardó mucho en cambiar. Fueron necesarias la consolidación del Estado liberal, la fundación de la Guardia Civil y la adopción del telégrafo. Y, con todo, costó mucho. Los crímenes, en general, fueron muy frecuentes en la España rural de tiempos pasados. Otra cuestión es la imagen idealizada que, tantas veces, se tiene del pasado.

No fue sólo un siglo de ilustrados y gabinetes. Hubo un XVIII bronco y peligroso. Escribo al respecto, y sirva de muestra, sobre algunos casos de robos de ganado durante esos años en Historia Giennense.