LE PETIT CHÂTEAU
No es cosa de cuento de hadas precisamente. Va del tercio del duque de Alburquerque que sirvió en Rocroi. Los franceses lo llamaron le petit château por su firmeza. Recuerda este nombre, el escrito en francés, a las palabras de Bossuet, dedicadas al Gran Condé, vencedor en tan gloriosa y desastrosa jornada:
"Quedaba aquella temible infantería del ejército de España, cuyos grandes batallones compactos parecían torres, pero torres que podían reparar sus brechas, que permanecían inexpugnables en medio de un ejército derrotado lanzando fuego por todas partes. Tres veces el joven vencedor se esforzó por romper aquellos intrépidos combatientes y las tres fue rechazado por el valeroso conde de Fuentes, a quien se veía, llevado en una silla, y a pesar de sus enfermedades mostrar que un alma guerrera es dueña del cuerpo que anima."
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Allí estuvieron. Cada uno en su sitio. Como es debido.
Jacques Bénigne Bossuet, Oración fúnebre en honor de Luis de Borbón, príncipe de Condé, 1687
Los Tercios de Flandes eran temidos en toda Europa por su valentía en la hora de la batalla. Otra cosa es que los soldado sfuesen reconocidos en su esfuerzo como es debido por el propio rey.
ResponderEliminarUn saludo
Es difícil saberlo, doña Carmen. A veces,como decía Alfred de Vigny, los reyes tienen, a veces, demasiada prisa. No podía escapar sin embargo, a un hombre tan inteligente (que lo era) como Felipe IV la importancia de sus tercios.
ResponderEliminarMis saludos.
Estaba convencido de haber comentado su artículo, porque recuerdo haberlo escrito. Dije más o menos que sólo los grandes hombres son capaces de imponer su voluntad y firme determinación sobre sus limitaciones físicas. Y no es la primera vez que los momentos más difíciles sirven a veces para convertir a cualquier persona en personaje admirable. La España de otros tiempos ha tenido varios de ellos.
ResponderEliminarUn saludo.
No he recibido su primer comentario aunque,afortunadamente, éste sí. Y casos como el del conde de Fuentes, o el de Blas de Lezo, por ejemplo, son ejemplares. No los imagino doliéndose de sus limitaciones físicas sino mandando y afrontando riesgos a cuerpo gentil.
ResponderEliminarSaludos señor DLT y muchas gracias.