jueves, 14 de agosto de 2014

LA SED DEL SOLDADO

En los inviernos las vigilias heladas y en los veranos caminatas por baldíos y otros despoblados. Lo mejor era salir a punta de día, decía el conde de Montemar, y amanecer con Dios. Y para la sed: "Si sobre la marcha se encontraren algunas fuentes, particularmente en verano, hará un poco de alto el Batallón para dejar beber a los soldados, mandándoles llenen sus botas, o calabazas para el además camino; y si tuvieran noticia que en toda la marcha no hay agua, deberán hacer la prevención dicha antes de salir del lugar donde han hecho noche".

Conde de Montemar, Avisos militares, 1718, Imprenta de Pedro Marín, Madrid 1773.

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