tag:blogger.com,1999:blog-66016955128160895182024-03-10T03:46:37.455+01:00RETABLO DE LA VIDA ANTIGUA. Cuaderno sobre las vidas, costumbres y mentalidades de los españoles de ayer. Escrito por Ángel Aponte MarínRetablo de la Vida Antiguahttp://www.blogger.com/profile/06053388976073396278noreply@blogger.comBlogger587125tag:blogger.com,1999:blog-6601695512816089518.post-62590707585223726872024-01-19T12:27:00.004+01:002024-01-19T12:49:56.275+01:00DEL UTILLAJE NECESARIO PARA BARBAS Y BIGOTES BARROCOS<p style="text-align: justify;"><span face="Arial, sans-serif" style="font-size: x-large;"><span><br /></span></span></p><p style="text-align: justify;"><span face="Arial, sans-serif"></span></p><div class="separator" style="clear: both; font-size: x-large; text-align: center;"><span face="Arial, sans-serif"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEifcAe6Zk6E9zcdFw7qnlbWwxxbIEDkJOGKmiKxU8P5tqomjLkoZGg5rZYLX8Do7toUku6X8zie3Jjh2a1EZVPdT_ROt12zpAT11vnqac48eoe33DOFuy_Jp0FuOmzRNLJdOV0wS_LGuJzHZSYO0zIzAlgWqhkQ_nqna8TwZJxwuYWn_acB4VZUWWSM-fim/s368/Screenshot_20240119-124353_ReadEra.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="315" data-original-width="368" height="274" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEifcAe6Zk6E9zcdFw7qnlbWwxxbIEDkJOGKmiKxU8P5tqomjLkoZGg5rZYLX8Do7toUku6X8zie3Jjh2a1EZVPdT_ROt12zpAT11vnqac48eoe33DOFuy_Jp0FuOmzRNLJdOV0wS_LGuJzHZSYO0zIzAlgWqhkQ_nqna8TwZJxwuYWn_acB4VZUWWSM-fim/s320/Screenshot_20240119-124353_ReadEra.jpg" width="320" /></a></span></div><span face="Arial, sans-serif"><span face="Arial, sans-serif"><span><p style="font-size: x-large; text-align: justify;"><span face="Arial, sans-serif" style="font-size: x-large;"><span face="Arial, sans-serif"><span><br /></span></span></span></p><span style="font-size: medium;">La </span></span></span><span style="font-size: medium;"><span face="Arial, sans-serif"><span>afición por ir bien puesto y aderezado en bigotes, perillas y barbas era muy del gusto de los españoles del siglo XVII. Llevar unos bigotes bien retorcidos constituía todo un arte y conseguirlo suponía una tarea no exenta de riesgos. Bien lo supo aquel valiente, cuyos mostachos parecían dagas de ganchos y esponjas de vino, que se expuso <a href="https://retablodelavidaantigua.blogspot.com/2012/01/bigotes-retorcidos.html">a la inexperiencia barberil de Estebanillo González</a>. A punto estuvo de morir abrasado, como san Lorenzo, por el efecto de unos hierros al rojo que el pícaro aplicó imprudentemente sobre sus bigotes. No se le puede reprochar demasiado que, en su justa irritación, llamase a Estebanillo</span></span><span face="Arial, sans-serif"> "hijo de cien cabrones y de cien mil putas". </span><span face="Arial, sans-serif">Este gusto por los barroquismos capilares era compartido por todos, desde el Rey Felipe IV a la gente del trueno. También, por supuesto, por la nobleza. En el inventario y almoneda de los bienes de don Felipe de Silva, virrey y capitán general de Cataluña, aparecen cepillos, perfumadores, pomos para aguas de olor, en concreto “un pomito de plata para tener agua de olor”, “dos cagicas de mondadientes, una escobilla de vigotes y una cestica toda de plata de ojuela”. Los españoles fuimos <a href="https://retablodelavidaantigua.blogspot.com/2012/02/precursores-del-dandismo.html">precursores del dandismo </a>siglos antes de que Beau Brummell estuviese en el pensamiento de Dios. Hay, además, un apartado, en el inventario del Capitán General, con el título <i>Recaudo de hacer la barba </i>en el que se incluyen varias </span><span face="Arial, sans-serif">cajas; una con once navajas y dos cuchillos, otra </span><span face="Arial, sans-serif">“con tres yerros de vigotes, quatro pares de tigeras y unas piedras de amolar” y o</span><span face="Arial, sans-serif">tra más con dos pares de tijeras y dos hierros de bigotes más u</span><span face="Arial, sans-serif">na peinera vieja de tafetán verde con ocho peines. Asimismo, en las cuentas del </span><span face="Arial, sans-serif">duque del Infantado, cuando fue virrey en Mesina, constaba con frecuencia el gasto de un huevo fresco y vino "para lavar los bigotes al duque mi señor". Todos estos caballeros, como es natural, dormían con unas bigoteras para que no se les chafasen las guías del bigote. Tiempos de elegancia, poderío y decadencia.</span></span></span><p></p><span><div style="text-align: justify;"><span face="Arial, sans-serif"><br /></span></div></span>Retablo de la Vida Antiguahttp://www.blogger.com/profile/06053388976073396278noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-6601695512816089518.post-23114049602754527882023-09-08T12:37:00.049+02:002023-09-08T12:51:37.451+02:00ESTA PRECIOSÍSIMA ALHAJA DE LA LIBERTAD CIVIL<br id="docs-internal-guid-389d191e-7fff-5c56-7a6c-6d7226491208" /><p dir="ltr" style="text-align: justify;"><span style="font-size: large;">Los ilustrados españoles querían modernizar España sin fantasías, proyectos disparatados y utopías pastoriles. La imposibilidad de este proyecto histórico no se debió a oscuras conspiraciones de jesuitas, frailes y aristócratas reaccionarios, sino a la Revolución Francesa que sacó a Europa de quicio y, una vez desencajada, alteró fatalmente la evolución de las más avanzadas monarquías de la época. </span></p><p dir="ltr" style="text-align: justify;"><span style="font-size: large;">Los males de España, en vísperas de la Revolución, no eran muy distintos a los de Francia. Ésta era más rica, a pesar de la ruina de las finanzas reales, y más poblada aunque, quizás, la sociedad española era más estable. Las diferencias estamentales, todavía vigentes, eran menos ofensivas que en Francia. España tenía, además, una monarquía universal, un imperio bien gobernado y un potencial naval en ascenso. Sus posibilidades eran incalculables. Todo quedó en nada. </span></p><p dir="ltr" style="text-align: justify;"><span style="font-size: large;">Pedro Rodríguez de Campomanes era consciente de lo que estaba mal en España. En marzo de 1787, dos años antes de la Revolución, expresaba, en sus cartas al conde de Llerena, una reflexiones que resultan admirables por su lucidez y audacia. Afirmaba que para acabar con la pobreza del Reino había que simplificar el gobierno y “alargar la libertad del pueblo cuanto dictase la prudencia” pues la libertad “es el alma del comercio y de la felicidad de una nación". Había que extender "esta preciosísima alhaja de la libertad civil todo cuanto sea compatible con la felicidad y la quietud pública”. Difundir la libertad era, además, una medida de prudencia política pues “los hombres tratados como esclavos suelen concebir y lograr el arriesgado proyecto de hacerse temer de sus señores”. Nada de lo ocurrido en Francia desde 1789 debió de causarle sorpresa. </span></p><p dir="ltr" style="text-align: justify;"><span style="font-size: large;">Campomanes era también partidario de liberalizar la propiedad de los bienes raíces -vínculos y mayorazgos- y de “aminorar o extinguir los privilegios heredables", lo que habría supuesto un paso decisivo hacia la igualdad legal. Había que reformar, sanear y dar por caducado lo que caducado estaba. Sin regicidios, sin comités de salud pública y sin guillotinas. Hecho esto, declaraba, “espero en Dios que la España mudaría de semblante”. No pudo ser.</span></p>Retablo de la Vida Antiguahttp://www.blogger.com/profile/06053388976073396278noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6601695512816089518.post-41286150896972477472023-06-26T19:43:00.001+02:002024-01-19T12:35:34.936+01:00LOS BAÑOS DEL MANZANARES<p style="text-align: justify;"><span style="font-size: large;"><span style="-webkit-text-size-adjust: auto; font-family: Arial; font-variant-east-asian: normal; font-variant-ligatures: normal; font-variant-position: normal; text-size-adjust: auto; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">Los pobres de Madrid no podían ir a las playas pero tenían, al menos, los baños del Manzanares. Según Francos Rodríguez eran primitivos y “excesivamente democráticos”. Contaban con alquiler de casetas y esteras. Prevalecía un ambiente de entremés y de zarzuela, ruidoso y alegre, en el que pregonaban, a grandes voces, helado mantecado y había merenderos que preparaban callos por encargo. Así lo hace constar don Ricardo de la Vega en su obra </span><span style="-webkit-text-size-adjust: auto; font-family: Arial; font-style: italic; font-variant-east-asian: normal; font-variant-ligatures: normal; font-variant-position: normal; text-size-adjust: auto; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">Los baños del Manzanares </span><span style="-webkit-text-size-adjust: auto; font-family: Arial; font-variant-east-asian: normal; font-variant-ligatures: normal; font-variant-position: normal; text-size-adjust: auto; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">(1875) . A finales del XIX estaban ya en decadencia.</span></span></p>Retablo de la Vida Antiguahttp://www.blogger.com/profile/06053388976073396278noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-6601695512816089518.post-59136232529859274222023-03-07T12:01:00.008+01:002023-03-07T12:07:56.808+01:00SERMONES CUARESMALES EN 1638<div style="text-align: justify;"><span style="font-size: large;">En 1638 el corregidor de Jaén, don Francisco de Bazán, se lamentaba, ante los caballeros veinticuatro y jurados, de la falta de un lugar decente para escuchar los sermones propios de la Cuaresma. Esta práctica piadosa, decía, era absolutamente necesaria para edificación de las conciencias, enmienda de descarriados y “así de los ezesos generales como particulares con gran sentimiento de todos y para que tenga remedio conbeniente”. Proponía que los sermones tuviesen lugar en las casas del Cabildo “con que se escusan encuentros y embaraços que yendo a otras partes se les puede ofrecer”. Se refería a los desagradables roces, siempre agrios, que se producían con el cabildo catedralicio por cuestiones de etiqueta, protocolo, bancos y cojines. </span></div><div><span style="font-size: large;"><br /></span></div><div><span style="font-size: large;"><span>Justo es reconocer que los caballeros del gobierno municipal se escapaban de los sermones, en la medida de lo posible y lo decoroso. No se resignaban a ser desairados en público y ubicados en un lugar de medio pelo, con la manifiesta satisfacción de prebendados, tonsurados y pueblo llano en general. Si con este motivo evitaban una larga pieza de oratoria sagrada pues mejor aunque, </span><span>con esta deserción, incurrían en la desaprobación del clero local pues, según</span><span> don Francisco de Bazán, “los predicadores en los púlpitos exclaman que [ni] la Justicia ni la Ciudad asisten a oír la palabra evangélica, no considerando el dejarlo de hazer por no tener lugar que sea conforme y decente a la dignidad que los unos y otros representan.”</span></span></div>Retablo de la Vida Antiguahttp://www.blogger.com/profile/06053388976073396278noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6601695512816089518.post-11523240049432966572023-02-12T10:40:00.006+01:002023-02-12T11:01:23.818+01:00LAS POSADAS DE JOVELLANOS<p><span style="font-family: Arial; text-align: justify; white-space: pre-wrap;"></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><span style="font-family: Arial; text-align: justify; white-space: pre-wrap;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgOWgwPFfF1-zdMZ8L93NNwIHw5N0iPKKhWYK_VW1NOtWwYjTwHnFOVsAoolgEzN9ccHuU3u3rLwt3VWOy5-Hv8Xvl1F4BHizjDN-iVLI0OvqmielQhtRV1O6_KFSGk6Mvmy7VRE-2o7LWmnUhqUSr9R4xgWXLE--PzUBvIIu8xFEfoBgQMsbxxmF3B0Q/s1780/LOS_LADRONES_EN_UNA_VENTA_LES_VOLEURS_DANS_UNE_AUBERGE_Material_gr%C3%A1fico__1%20(1).jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1780" data-original-width="1385" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgOWgwPFfF1-zdMZ8L93NNwIHw5N0iPKKhWYK_VW1NOtWwYjTwHnFOVsAoolgEzN9ccHuU3u3rLwt3VWOy5-Hv8Xvl1F4BHizjDN-iVLI0OvqmielQhtRV1O6_KFSGk6Mvmy7VRE-2o7LWmnUhqUSr9R4xgWXLE--PzUBvIIu8xFEfoBgQMsbxxmF3B0Q/w498-h640/LOS_LADRONES_EN_UNA_VENTA_LES_VOLEURS_DANS_UNE_AUBERGE_Material_gr%C3%A1fico__1%20(1).jpg" width="498" /></a></span></div><span style="font-family: Arial; text-align: justify; white-space: pre-wrap;"><br /><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><span style="color: #606060; font-family: Roboto; font-size: 16px; letter-spacing: 0.48px; text-align: start; white-space: normal;">(Imágenes procedentes de los fondos de la Biblioteca Nacional de España.)</span></div><br /><span style="font-size: medium;"><br /></span></span><p></p><p><span style="font-family: Arial; text-align: justify; white-space: pre-wrap;"><span style="font-size: medium;">Madrugar entre el vocerío de los arrieros y el estruendo del vidriado, bajar con tiento por escalones mellados, dar los buenos días a la concurrencia entre aguardientes del alba y ruido de trébedes y así esperar la llamada de cocheros y mozos de mulas. Eso era ponerse en danza para una jornada de viaje. </span></span></p><p><span style="font-family: Arial; text-align: justify; white-space: pre-wrap;"><span style="font-size: medium;">No carecían de mérito los que, desasosegados por los males de España, renunciaban a todas las comodidades posibles en el incómodo Antiguo Régimen y se lanzaban a los caminos. Así ha sido siempre entre ilustrados, regeneracionistas y noventayochistas. Concebían el viaje como vía ascética para meditar sobre el pasado, el presente y el porvenir de esta vieja, gloriosa y desventurada nación. Letrados y caballeros particulares recorrían la anchura de España para observar, describir, contar, medir, trazar croquis, dibujar retablos, copiar lápidas, recoger minerales, probar las aguas, reflexionar sobre si prosperarían o no las moreras en éste u otro lugar, analizar la decadencia de la producción de paños y sedas en tal pueblo, lamentarse ante los eriales, atacar sin piedad al gótico, reírse del barroco y sacudir la cabeza ante las piernas de cera, las muletas y las escopetas reventadas que, como exvotos, colgaban en los santuarios.</span></span></p><p><span style="font-family: Arial; text-align: justify; white-space: pre-wrap;"><span style="font-size: medium;">Dormían donde podían. Lo más sensato era alojarse en alguna casa particular, entre personas instruidas y cambiar impresiones, junto a la lumbre, con hidalgos de más cuarteles que dinero, labradores de muchos años, curas y escribanos. No siempre era posible esto y lo más frecuente era hacer noche entre los muros, nada acogedores, de posadas, ventas y ventorrillos. La disposición de estos establecimientos era muy sencilla. A finales del siglo XVIII, la Venta de Cárdenas, cerca de Despeñaperros, sólo era un caserón de tres naves destinadas respectivamente a los pasajeros, a las caballerizas y a los carruajes, carros y arrieros. A no mucha distancia, cerca de Santa Elena y de las Navas de Tolosa estaba la Venta Nueva que, a mediados del mismo siglo contaba con diez varas de frente por dieciocho de fondo y con un descargadero, una cocina, dos aposentos, cuatro cuadras, caballerizas y unas cámaras. La Venta de Arquillos, donde capturaron a don Rafael de Riego que tan triste final tuvo, una vez pasado Despeñaperros, era un poco más reducida y tenía un portal que servía de descargadero, dos cuartos, dos cuadras caballerizas y dos cámaras para la paja. La competencia por los cuartos o aposentos era feroz y todo viajero podía dar por seguro que, tarde o temprano, tendría que dormir junto a arrieros, caballerías, albardas y demás aparejos. Esta simplicidad era mayor todavía en el caso de los ventorrillos. Los mesones, dentro de las poblaciones, solían ser de dos plantas. Por lo general, la baja estaba reservada a las cuadras y establos, a veces con un patio central, y las estancias altas se reservaban para los dormitorios. </span></span></p><p><span style="font-family: Arial; text-align: justify; white-space: pre-wrap;"><span style="font-size: medium;">Todo viajero bien concertado debía contar en sus expediciones con un equipo adecuado: fiambreras, cantimploras, vituallas, manteles, armas y, si era posible, una cama de camino. Las ventas y posadas no siempre disponían de víveres y éstos, cuando los había, eran de poca variedad y caros a pesar de las prohibiciones y aranceles que se mostraban al público en una tabla. No eran mesas para gustos delicados, así Leandro Fernández de Moratín avisará a su amigo Juan Antonio Melón: “guárdate de los hartazgos de callos, huevos duros, tarángana, sardina frita, chiles, pimientos en vinagre, queso y vinarra, que tanto apeteces por esos ventorrillos, rodeados de moscas y mendigos y perros muertos”. Mejor era resolver la papeleta con los propios recursos que depender de la despensa de venteros y mesoneros. La disponibilidad de un colchón decente era asimismo capital pues estaba fuera de toda discusión que una persona de mediana crianza no podía ni debía dormir en cama de galgos, entre chinches, pulgas, lienzos hediondos o lana mal lavada. En la correspondencia de la duquesa de Montemar, en unas cuentas de 1783 que leí hace un tiempo, se mencionan los gastos de viaje de una joven llamada doña María Francisca, que debía de ser de la familia, en los que se incluyeron la compra de dieciséis varas y media de tela de cuadros y dos arrobas de lana para colchones y almohadas. Se pagó una peseta al colchonero por su labor. Contar con una cama plegable con somier metálico, como la que Napoleón llevaba en campaña, sería un lujo inalcanzable para la mayoría.</span></span></p><p><span style="font-size: medium;"><span style="font-family: Arial; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; text-align: justify; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">Era inevitable que los viajeros ilustrados comparasen las posadas españolas con las del extranjero. Leandro Fernández de Moratín, ya citado, escribió en su viaje de Inglaterra: "de las posadas sólo diré que en lugarcillos de treinta y cuarenta vecinos las encontré tales que ¡ojalá pudieran compararse con ellas nuestras fondas de Madrid!". Y hay que recordar que las fondas ocupaban el lugar más alto dentro de los establecimientos hosteleros de la época. Los viajeros extranjeros también expresaron duros juicios contra los hospedajes españoles. En el prólogo del </span><span style="font-family: Arial; font-style: italic; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; text-align: justify; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">Viage fuera de España, </span><span style="font-family: Arial; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; text-align: justify; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">Antonio Ponz, muy airado, acusó recibo de estas críticas. Respecto a lo escrito por Edward Clarke, dijo: “blasfeme quanto quiera de nuestras posadas y de los más de nuestros caminos que confesándole a boca llena las ventajas que en esto nos lleva Inglaterra, le acordaré también, que un siglo hace y mucho menos, dichos ramos de policía se hallaban tanto o más descuidados que en España” y le advirtió que no presumiese tanto ni se diese tantos aires pues había oído decir a los propios ingleses que, años antes, para viajar de Edimburgo a Londres “se solía hacer testamento antes de iniciar el camino”. Ya de paso, nuestro Antonio Ponz sostenía que el relato del viajero inglés estaba plagado de mentirones, desprecios e insolencias y que serían necesarias “tres esponjas, y aún seis [...] para purgarla de los desatinos que contiene”. Con todo, reconocía que las ventas y posadas sólo mejorarían cuando estuviesen bien surtidas de provisiones, contasen con camas aseadas y cuando los posaderos no fuesen los más pobres y despreciados vecinos de los pueblos sino individuos respetados y con posibilidades de labrarse un caudal. En el mismo sentido, Ricardo Wall, otro caballero sensato e ilustrado, afirmaba que difícilmente podían mejorar unas ventas y posadas ubicadas en caminos y pueblos por donde no pasaba nadie. Estas carencias se atribuían también a que estos establecimientos solían ser de propiedad concejil, eclesiástica o señorial y no particular. Pocas razones tenían los posaderos y venteros para invertir en lo que no era suyo. No debemos olvidar, sin embargo, que había alojamientos bien dispuestos y mejor servidos como el que conoció en Valdepeñas, en La Mancha, nada menos que Guillermo de Humboldt. Nadie habría imaginado, en nuestros siglos XVIII y XIX, el lustre y esplendor de la actual hostelería española que bien puede contarse, con toda justicia, entre las mejores del mundo</span></span></p><p><span style="font-family: Arial; text-align: justify; white-space: pre-wrap;"><span style="font-size: medium;">Los diarios de Jovellanos, editados por José Miguel Caso González, nos muestran con absoluta claridad el mal humor y el desabrimiento de un viajero del siglo XVIII. Los ilustrados, hay que reconocerlo aunque los admiremos, nunca fueron simpáticos y desenfadados pero el tono de Jovellanos, seco e incluso ingrato en ocasiones, se justifica cuando se conocen sus padecimientos. El sueño, la intemperie, el mal sustento y el quebranto de las coyunturas tras cabalgar jornadas enteras en mulas resabiadas no inducían a la euforia. Seamos comprensivos. Las apreciaciones de Jovellanos son tan escuetas como implacables, entre constantes alusiones a las pulgas, al humo, a las ventanas que no cierran y se tienen que calafatear, al calor insufrible, a las rendijas por las que entra el frío, a las malas camas, a las mantas de caballo por sábanas, a los candiles pestilentes, a la purificación con vinagre de aires enrarecidos , al agua ruin, a la falta de azucarillos, a la fetidez de la paja y a los chinches y pulgas que se emplearon a fondo para acribillarlo y atenazarlo como dogos. Jovellanos estuvo, además, en una posada en la que, por si fuera poco y para mayor tormento, "toda la sala está pintada por un tonto del país, que sacó esta habilidad y manchó con ella las casas hórreos y habitaciones de toda la comarca". En otra ocasión, un conde espabilado ocupó un cuarto que Jovellanos pensaba tomar y, resignado, buscó un rincón, intentó dormir y los chinches se lo impidieron “y éstos me llamaron a tomar la pluma.” Su experiencia viajera, en cuanto a alojamientos, se resume en esta apreciación: “posada particular, mala, pésima, pulgas, humo”. Era lo habitual en cualquier parte de España. Ni camino del destierro, en marzo de 1801, se libró de los malos alojamientos, así en El Burgo escribió: “ruin posada y no limpia; ninguna comodidad para hacer noche, y poco para comer. Buen pan, agua de pozo y turbia, pero de lo nuestro comimos bien.” Menos mal.</span></span></p><span id="docs-internal-guid-b8194982-7fff-cd3a-3db3-44781abf004b"><div><span style="font-family: Arial; font-size: 11pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><br /></span></div></span>Retablo de la Vida Antiguahttp://www.blogger.com/profile/06053388976073396278noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6601695512816089518.post-40904607798162775202023-01-22T11:01:00.001+01:002023-01-22T11:01:13.511+01:00LAS HORAS GRISES<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjUNOAZb4wkKlxgzYYl4ySoN5mOTN1gJZx-v5d-nwG1b8s-nATqx2gP7SSBwyYN9gUvHxmfLR3NfJ35diZhOv8Q_62rzFhAwLeWJz1D7mBG2IZT9XTWsiJQQExpjgKA8FtPOdBatXx4ZvCC3YQQPnv1fBqNY_ihC8zYCCe6u6yPO97dJ5GjwiNdMrEaRw/s2949/20230122_104901.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1539" data-original-width="2949" height="208" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjUNOAZb4wkKlxgzYYl4ySoN5mOTN1gJZx-v5d-nwG1b8s-nATqx2gP7SSBwyYN9gUvHxmfLR3NfJ35diZhOv8Q_62rzFhAwLeWJz1D7mBG2IZT9XTWsiJQQExpjgKA8FtPOdBatXx4ZvCC3YQQPnv1fBqNY_ihC8zYCCe6u6yPO97dJ5GjwiNdMrEaRw/w474-h208/20230122_104901.jpg" width="474" /></a></div><br /><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><br /><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: large;">Oscilar de abedules, conspiraciones de acacias, los grises avellanos y los manzanos en flor; las flores de espino y las zarzas como rosarios del campo; fiesta de lavandas, y enebros azules, las jaras de los caminos "y el sol último de la tarde / contra las ramas de un laurel". La leyenda del fuego en el rastrojo, la oración de los zarzales y el pastor fulminado por el rayo. El olor de la leña en la ciudad, el paso antiguo de las estaciones, los anocheceres "con el fuego débil / resistiendo entre carbones. Tañidos/ de campanas y una podredumbre de nardos en el cesto". Hayedos y silencio, el hielo en el estanque y, siempre, las hojas: las de las arboledas doradas entre el cielo y las vías, las que "son tus compañeras. Las hojas amarillas / las hojas secas" que revolotean, desbordan las aceras, te recuerdan tu mortalidad y "que vencidas tras de ti / se pudren". Todo esto lo ha visto y lo ha escrito Luis Bravo. Todas estas palabras -serias, misteriosas y oraculares- son suyas y a nosotros sólo nos corresponde la dicha de leerlas, pensarlas y callar.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;"><b>(Luis Bravo, <i>Las horas grises, </i>La Veleta, 2022, Granada.)</b></span></div><p></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;"><br /></span></p>Retablo de la Vida Antiguahttp://www.blogger.com/profile/06053388976073396278noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-6601695512816089518.post-63798611542143920272023-01-01T13:44:00.003+01:002023-01-03T12:07:43.574+01:00LAS MULAS O LA GLORIA DE VENTAS Y BESANAS<p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span style="background-color: transparent; font-family: Arial; font-size: 12pt; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">Llevaron con galanura a prelados, embajadores y altas damas, fueron la gloria de las </span><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">besanas y el orgullo de los yunteros, tiraron con brío de los coches de los Grandes, </span><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">transportaron trenes artilleros y alegraron el trasiego de las ventas y posadas de España.Tenían nombres entrañables y recios como Capitana, Valerosa, Generala o Peregrina. Las mulas dieron lugar a leyes reales, libros, memoriales y provocaron toda suerte de polémicas sobre su crianza. Sus defensores y detractores citaban las Sagradas Escrituras y recurrían a la autoridad de griegos y romanos. Para algunos era más conveniente y rentable la utilización de bueyes en el laboreo agrícola y el transporte. El ganado boyal, decían, hacía surcos más profundos, forrajear con pasto y no con cebada y además producía carne, cueros finos, astas y leche. La fobia hacia las mulas alcanzó rasgos obsesivos en autores como José Castellanos que, en 1787, las culpó de estimular la holgazanería de los labradores y de toda suerte de miserias. En 1790 Miguel de Maurueza, espantado ante los 300.000 pares de mulas que -según sus cálculos- había en España, las calificó, con notoria injusticia, de animales monstruosos y las acusó de causar la ruina de la Monarquía. Defendía, muy exaltado, desaforadamente y descompuesto, la aplicación de la pena capital para aquéllos que las criasen. En contra, los defensores de las mulas escribían apasionados memoriales y opúsculos a su favor. En 1789, don Francisco Calvo y Cavero afirmó que “ninguno de todos los demás animales es tan útil, al hombre, como la mula” pues, además de alegrar el ojo del labrador, servía “para labrar, trillar, tirar todo género de carruajes, trajinar, llevar a caballo con comodidad, y diligencia”. Destacaba don Francisco la primacía indiscutible de los mulos criados en España que eran famosos por su astucia, viveza, fogosidad, espíritu, fuerza y diligencia. José Antonio Muñoz Rojas, ya en nuestro tiempo, elogió sus ojos inteligentes, su paciente fortaleza y su seriedad. “Cómo conocéis la voz, la ocasión del esfuerzo, el lugar del descanso, la hora del pienso!”, escribió en</span><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-style: italic; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"> Las cosas del campo</span><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">. Las leyes reales prohibieron la crianza de mulas o, al menos, restringieron su uso. En determinadas disposiciones se autorizaba a viajar en mulas, jacas o cuartagos,de manera excepcional, a mujeres, clérigos, embajadores, médicos, cirujanos y letrados. Son muchas las referencias literarias que mencionan a los médicos montados en sus mulas. Entre los clérigos, recordemos al cardenal Cisneros a la grupa de una mula en la expedición a Orán. Con estas trabas se pretendía aumentar la cría de caballos, necesaria para la guerra, y fomentar la práctica de la equitación entre la nobleza, cada vez más aficionada a trasladarse, por calles y caminos, <a href="https://retablodelavidaantigua.blogspot.com/2016/08/mas-sobre-coches-de-caballos_65.html">en coches tirados por mulas</a>. Lope de Deza en su muy leído </span><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-style: italic; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">Gobierno Político de Agricultura </span><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">(1618), recomendaba que ningún labrador pudiese tener más de un par de mulas para sus labores “y si mas pares huviere de tener sean de bueyes”. Los labradores castellanos soportaron con fastidio tantas prohibiciones. Descontentos, escribieron razonados y razonables memoriales a los reyes de España. Un ejemplo es el enviado por los vecinos de Mora, a mediados del XVI, en el que manifestaron los inconvenientes causados por la falta de mulas pues muchas tierras se quedaban sin labrar en perjuicio de la república. Los de Santa Cruz de la Zarza alegaron razones similares y declararon que, respecto a los caballejos que criaban, “no ha salido ninguno que aprobeche para ello ni aun para arar porque, demás de ser flojos, ordinariamente salen traydores”. </span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;">_________________</p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><b>*Aviso al lector: este artículo lo publiqué hará algo menos de diez años en un medio digital que ya no existe. Aparece en Retablo de la Vida Antigua para que no quede en el más absoluto olvido y por si es de utilidad.</b></p>Retablo de la Vida Antiguahttp://www.blogger.com/profile/06053388976073396278noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6601695512816089518.post-46332656269068636412022-12-26T10:48:00.001+01:002022-12-26T10:57:58.138+01:00YO PENSABA EN ESPAÑA<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjGLW2EuOA3jOnsoamDxua61YwJZ7tEpbFB7OP1fzSihQUqWvzvN29FcAzbrhfl4jxHcONPkLMIjem4jXXNiG0k6DCv-k8bzD9ehC2a25PNVyJrj6Q9WnWQFkeHRSMG-sRxqRLfj86AWLPQ/s1600/1672048376212592-0.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;">
<img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjGLW2EuOA3jOnsoamDxua61YwJZ7tEpbFB7OP1fzSihQUqWvzvN29FcAzbrhfl4jxHcONPkLMIjem4jXXNiG0k6DCv-k8bzD9ehC2a25PNVyJrj6Q9WnWQFkeHRSMG-sRxqRLfj86AWLPQ/s1600/1672048376212592-0.png" width="400">
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</div>Escribió Azorín: "Yo pensaba en España. Veía nuestros santuarios, nuestras ermitas; veía los calvarios plantados de cipreses rígidos veía nuestros humilladeros puestos a la entrada de los pueblos." (<i>España</i>, 'Epílogo en los Pirineos', 1909)Retablo de la Vida Antiguahttp://www.blogger.com/profile/06053388976073396278noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6601695512816089518.post-1454238034147455822022-12-05T09:52:00.002+01:002022-12-05T10:01:29.730+01:00MANTOS POR LA NAVIDAD<div><span style="font-family: Arial; font-size: 11pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><br /></span></div><div><span style="font-family: Arial; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span style="font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline;"><span style="font-size: medium;">En 1588, el año de la Invencible, Juan Pérez de Aranda fundó un patronato en la Santa Capilla de San Andrés de Jaén. Dejó a la Institución un molino de aceite, unas tiendas y unas casas en la calle San Clemente y otras más cerca de la sacristía de la Iglesia Mayor. Con el remanente de lo que pudiesen rentar y una vez pagados los gastos inexcusables, se debían comprar tantos mantos como fuese posible para viudas, doncellas de hábito honesto y, desde 1632, parientas del fundador que cumpliesen tales condiciones. La tarea de seleccionar y escrutar a las opositoras o posibles beneficiarias correspondía a la Junta de Gobierno de la Santa Capilla que debía llevar adelante tal misión con discreción y “sin nota de escándalo”. Después se efectuaba el correspondiente sorteo -cada año en una parroquia distinta- del que estaban exentas las emparentadas con el fundador del patronato. Los mantos se otorgaban y distribuían entre san Andrés y Pascua de Navidad. El proceso de elección y sorteo, no exento de cierta complejidad, está descrito con todo detalle en el libro de los Estatutos de la Santa Capilla, editado en 1882, y al que remito al lector.</span></span></p><span style="font-size: medium;"><br /></span><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span style="font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline;"><span style="font-size: medium;">En el testamento de Pérez de Aranda se especificaba que los mantos fuesen de anascote que era un tejido de lana, asargado por ambos lados y parecido al de ciertos hábitos frailescos y con el que también se confeccionaban, aunque en menor medida, trajes, fardeles, jubones, sayas, sotanillas y ferreruelos. Según Marta Pérez Toral, en España se comenzó a utilizar este término, el de anascote, en el siglo XVI y se difundió en el XVII. Procedía, como el de tantos otros paños e hilaturas, de Flandes, en particular de la ciudad de Hondschoote. La vara de anascote de Flandes costaba en Jaén, en el primer tercio del seiscientos, siete reales aunque es probable que los mantos entregados por la Santa Capilla estuviesen confeccionados con paños de la tierra ya que en Jaén, Baeza, Torredelcampo, Torredonjimeno, Martos, Andújar, Mancha Real, Cambil o Huelma, se elaboraban buenos veinticuatrenos, dieciochenos y catorcenos pardos y frailescos. Además, también se vendían en la ciudad paños labrados en Ávila, Segovia, Soria, La Rioja, Albarracín, Córdoba, Toledo y en otros lugares. El precio de un manto variaba según la calidad y el corte pero, en la década de 1620 era de unos cincuenta reales o más. No era poca cosa si se compara con los jornales de tres o cuatro reales que eran corrientes en la época. </span></span></p><span style="font-size: medium;"><br /></span><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span style="font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline;"><span style="font-size: medium;">Era asunto de capital importancia disponer de un buen manto para recorrer con decoro calles, plazas y cantones y, sobre todo, para ir a la iglesia como era debido, en especial en aquellos días de hielo y viento de los largos y terribles inviernos de los siglos XVI y XVII. Más todavía en un tiempo en el que todo era escaso y caro y muchas pobres vergonzantes se veían en serios apuros para ir vestidas de acuerdo con su calidad y honrado nacimiento. Siempre era una buena acción vestir a los desvalidos y el patronato que nos ocupa no es el único que, dentro de la Santa Capilla, daba fe de esto y cumplía con tal obligación. Bien nos lo recuerda la pintura conservada en la iglesia de San Andrés, en la que aparece san Martín a caballo y partiendo su capa con un mendigo muy maltrecho, derrotado y cubierto de harapos. Este imperativo justificaba la fundación de patronatos como el de Juan Pérez de Aranda y otros más de la Institución; también explica que en los testamentos se incluyesen mandas en las que se legaban prendas de vestir. Así fue la voluntad del jurado Luis Martínez de Quesada que, en 1618, mandó entregar un manto de anascote a una viuda llamada María de Ortega o, la disposición del veinticuatro Alonso de Valenzuela que, en 1632, donó otro a Teresa Gutiérrez además de sendas capas, ropillas y calzones de paño pardo a dos de sus criados o dependientes. </span></span></p><div style="font-size: large;"><span style="font-family: Arial; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-size: medium;"><br /></span></span></div><b>(Ángel Aponte Marín, Publicado en <i>Siempre, </i>Boletín de la Santa Capilla de San Andrés, Jaén, diciembre de 2022)</b><span style="font-size: medium;"><br /></span><span style="font-size: 11pt;"><br /></span></span></div>Retablo de la Vida Antiguahttp://www.blogger.com/profile/06053388976073396278noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-6601695512816089518.post-15447315658386913962022-11-28T11:11:00.008+01:002022-11-28T11:17:13.129+01:00EL LEGIONARIO Y LA NINFA<p style="text-align: justify;"> <span style="font-size: medium;"><span style="font-family: Arial; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">José María Blázquez en su imprescindible y poco conocido </span><span style="font-family: Arial; font-style: italic; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">Diccionario de las Religiones Prerromanas en España </span><span style="font-family: Arial; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">(1975) recoge la devoción existente en España hacia Conuentina o Couentina. <span style="color: red;"><b><a href="https://theobjective.com/elsubjetivo/zibaldone/2022-03-26/agua-rios-misterios/">Era una ninfa que pasaba sus días en una fuente cercana al Vallum Hadriani</a>,</b> </span>en Britania y que tenía habilidades proféticas. Al parecer, se ganó el fervor de un legionario de la Legio VII Gemina Antoniniana Pia Felix que estuvo destinado allí y, de vuelta en Hispania, difundió su culto por Galicia y León donde estaba acuartelado con sus conmilitones. No es que este hombre duro se dedicase al apostolado pero, por la razón que fuese, creo yo que estaría agradecido por algunos favores o por prodigiosos avisos. Después, las creencias se hacían más o menos generales y así se extendían y arraigaban en los lugares para, después, ser olvidadas con el tiempo -que puede con todo o casi todo- o ser cristianizadas. Los soldados de la Legio VII Hispana, como también era conocida, estuvieron también en tierras de Hungría y Austria, recorrieron los Balcanes y contemplaron las aguas del Danubio y del Rhin; además, los que sirvieron bajo sus estandartes tuvieron que ver en la caída de Nerón. Trajano condujo a esta legión, con toda premura, desde el noroeste de España a Austria y causa admiración saber que estos legionarios, alimentados con pan, aceite de oliva y vino, recorrían el Imperio a paso de marcha y de la manera más natural. </span></span></p>Retablo de la Vida Antiguahttp://www.blogger.com/profile/06053388976073396278noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6601695512816089518.post-47742614727296854242022-11-18T12:39:00.002+01:002022-11-18T13:36:52.058+01:00BRASEROS NAZARÍES<p style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;">Leopoldo Torres Balbás escribió en 1934 sobre los braseros de la Alhambra. Nos explica, con pocas y precisas palabras, los medios utilizados en dicho lugar para combatir las bajas temperaturas del invierno granadino. Es inevitable, al visitar la Alhambra, sobre todo entre noviembre y abril, pensar que en aquellos patios, salones y palacios debía de hacer un frío considerable. Torres Balbás nos recuerda, sin embargo, que cuando la Alhambra estaba habitada, las estancias contaban con puertas, celosías y vidrieras, los suelos y muros se cubrían con alfombras y tapices y que, probablemente, se utilizaban los espacios más pequeños y, sobre todo, orientados al sur. Además, añadía, es posible que, en las habitaciones de mayor fuste, se utilizase un sistema de calefacción similar al diseñado por los romanos, con cámaras de aire caliente bajo el pavimento. No parece imposible que consiguiesen, en algunos espacios y con estos recursos, un ambiente lo suficientemente caldeado e incluso confortable. Otro medio para no quedarse como un carámbano era <a href="https://theobjective.com/elsubjetivo/zibaldone/2022-01-22/frio-quitar-maldad/"><b><span style="color: #38761d;">el uso de braseros</span>.</b></a> Aparecieron algunos en las excavaciones y demás trabajos de restauración del monumento <span style="color: #38761d;"><b><a href="https://www.alhambra-patronato.es/braseros-museo-alhambra">y se conservan en el Museo de la Alhambra</a>. </b></span>Eran de piedra y mármol, de factura sencilla, cuadrados y circulares, con pies y salientes para trasladarlos de un lugar a otro sin necesidad de abrasarse por el calor de los tizones. No eran de gran tamaño, apenas unos hornillos, y estaban decorados con líneas e incisiones de inspiración popular y que, según el mencionado estudioso, recuerdan a las ornamentaciones bereberes. </span></p>Retablo de la Vida Antiguahttp://www.blogger.com/profile/06053388976073396278noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-6601695512816089518.post-62913377164378623352022-11-11T10:05:00.001+01:002022-11-11T10:20:59.203+01:00EL NACIMIENTO DE ALFONSO VIII<p style="text-align: justify;"> <span style="font-size: medium;">Nació el once de noviembre de 1155. Era viernes y quizás fue una jornada soleada, de hojas en el suelo y membrillos en las huertas, como corresponde al veranillo de San Martín. Era hijo de Sancho III y de Doña Blanca Garcés y también tataranieto del Cid por linaje de madre. A los tres años quedó huérfano de padre y madre aunque no solo en el mundo. De su prodigiosa parentela <a href="https://retablodelavidaantigua.blogspot.com/2018/12/la-parentela-de-alfonso-viii.html">ya escribí alguna cosilla </a>hace un tiempo. Leo en <a href="https://www.edhasa.es/libros/1187/las-navas-de-tolosa-rustica">el gran estudio de Carlos Vara</a>, dedicado a Las Navas de Tolosa, un documentado análisis del personaje. En esa grave y victoriosa y jornada estuvo al frente de los ejércitos cristianos y demostró una vez más su valor y empuje. Cita el mencionado estudioso al cronista Núñez de Castro que hace una descripción de Don Alfonso y así sabemos que fue "de estatura más que mediana, de rostro hermoso, en quien sobresalió lo encendido; la frente sin desproporción, abultada, el cabello de color de la barba, tibiamente negro, los ojos garzos, la nariz inclinada a grande, sin desmesura que ocasionara fealdad". Fue un hombre tan del siglo XIII que, según la tradición, conoció a san Francisco de Asís en Burgos. Nació en otoño y en otoño murió en Garci Muñoz, el seis de octubre de 1214, cerca ya de los sesenta años. El año anterior fue de muchas muertes, hambres y calamidades en Castilla.</span></p>Retablo de la Vida Antiguahttp://www.blogger.com/profile/06053388976073396278noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6601695512816089518.post-81211527147803978502022-11-06T11:21:00.002+01:002022-11-09T09:11:37.808+01:00DEL TIEMPO EN QUE NACIÓ LA CORTESÍA.<div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjlEJl8K7nyDkaUI3bVAPtoa9Asc7OPeOW3vZc2KLQLssc0b2yBSmmejIaDqqy3aIPJRDGZdIn46aujMtMTIRWalUdIzQic51F0-txzPL7jfNiHxrAAOuAqtikgQ52GbJ-gFgvAmgxyub82/s1600/1667729889332656-0.png" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;">
<img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjlEJl8K7nyDkaUI3bVAPtoa9Asc7OPeOW3vZc2KLQLssc0b2yBSmmejIaDqqy3aIPJRDGZdIn46aujMtMTIRWalUdIzQic51F0-txzPL7jfNiHxrAAOuAqtikgQ52GbJ-gFgvAmgxyub82/s1600/1667729889332656-0.png" width="400" />
</a>
</div><br /></div><span style="font-size: medium;"><div style="text-align: justify;">Vivieron cuando el recuerdo de Las Navas era cosa reciente, en el tiempo en que la cortesía vino al mundo. Fueron reinas, infantas, abadesas y mujeres de valor, capaces de defender un castillo y de gobernar estados y señoríos. Vivieron en estos reinos españoles y hubo entre ellas algunas inglesas, portuguesas y francesas. Se llamaron así: Blanca, Mencía, Leonor, Elvira, Eva, Mayor, María, Constanza, Petra, Elo, Berenguela, Estefanía, Beatriz, Urraca, Toda, Sancha, Matilde, Teresa y Aldonza. Estos nombres son, sin más, un poema del siglo XIII.</div></span>Retablo de la Vida Antiguahttp://www.blogger.com/profile/06053388976073396278noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6601695512816089518.post-54459011293611468072022-10-27T17:00:00.013+02:002022-10-27T17:00:00.172+02:00EL CHOCOLATE DE LOS ABSOLUTISTAS.<div style="text-align: justify;"><span style="font-size: large;">Hubo un tiempo, en el siglo XIX, en el que los partidarios del </span><a href="https://retablodelavidaantigua.blogspot.com/search?q=chocolate" style="font-size: large;">chocolate</a><span style="font-size: large;"> se batieron con los del café y el té. Lo explica muy bien Antonio Bonet Correa en </span><i style="font-size: large;"><a href="https://www.catedra.com/libro/arte-grandes-temas/los-cafes-historicos-antonio-bonet-correa-9788437633411/">Los cafés históricos</a>, </i><span style="font-size: large;">un interesante libro publicado en 2012. Según este autor, el chocolate representaba la España tradicional y castiza; el café y el té, en cambio, a los modernos y a los liberales. Cita al costumbrista Antonio Flores que consideraba al chocolate como "un brebaje absolutista, enemigo de las luces y de la civilización" que, ya con el liberalismo triunfante, tenía sus últimos reductos</span><a href="https://retablodelavidaantigua.blogspot.com/2011/12/el-chocolate-de-la-tia-monja-del-conde.html" style="font-size: large;"> en los conventos</a><span style="font-size: large;"> las casas de los carlistas. <a href="https://retablodelavidaantigua.blogspot.com/2013/09/vestir-como-un-reaccionario.html">Cosa de reaccionarios.</a> El té, como algo moderno y como muestra de cierta anglofilia, fue muy del gusto de los de la Institución Libre de Enseñanza, Así consta en el estudio realizado por </span><a href="https://www.josemariamarco.com/" style="font-size: large;">José María Marco</a><span style="font-size: large;"> sobre Francisco Giner de los Ríos, donde aparece el té como bebida permitida y bien considerada en la Residencia de Estudiantes.</span></div>Retablo de la Vida Antiguahttp://www.blogger.com/profile/06053388976073396278noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-6601695512816089518.post-17766437023313045322022-10-20T17:00:00.001+02:002022-10-20T17:00:00.161+02:00EL PERRO DE POPE<p style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;"> <span style="font-family: Arial; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; text-align: justify; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">“El poeta inglés Pope fue preservado de morir asesinado por un criado. El animal había descubierto sus designios por el desasosiego que reparaba en él, y avisó a su señor con mil demostraciones extrañas, llenas de solicitud y previsión, tanto que en el momento de ir a consumar su criminal intento, conociendo el perro lo había adivinado, soltó el puñal homicida y se puso en fuga precipitada”. El caso de este perro leal, inteligente y con buen ojo para calar asesinos, se cita en </span><span style="font-family: Arial; font-style: italic; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; text-align: justify; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">De los animales de salón y de jardín, </span><span style="font-family: Arial; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; text-align: justify; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">obra arreglada por D.D. de la Vega y Ortiz, Madrid, 1862 y está recogido en el capítulo dedicado a los perros de barbas, caniches, de aguas y de lanas.</span></span></p><div><span style="font-family: Arial; font-size: 11pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; text-align: justify; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><br /></span></div>Retablo de la Vida Antiguahttp://www.blogger.com/profile/06053388976073396278noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6601695512816089518.post-63749003122000232392022-10-14T18:00:00.001+02:002022-10-14T18:00:00.161+02:00HOTELES ISABELINOS<p style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;"> <span style="font-family: "Helvetica Neue", sans-serif; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; text-align: justify; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">En la </span><span style="font-family: "Helvetica Neue", sans-serif; font-style: italic; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; text-align: justify; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">Guía oficial de los viajeros en los caminos de hierro, vapores y diligencias </span><span style="font-family: "Helvetica Neue", sans-serif; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; text-align: justify; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">(Imprenta de La Iberia, Madrid, 1865), se incluyen varios anuncios de establecimientos hosteleros de España y del extranjero. Creo que son interesantes algunos detalles al respecto. </span><span style="font-family: "Helvetica Neue", sans-serif; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; text-align: justify; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">Comencemos con el </span><span style="font-family: "Helvetica Neue", sans-serif; font-style: italic; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; text-align: justify; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">Hotel de Francia</span><span style="font-family: "Helvetica Neue", sans-serif; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; text-align: justify; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">, ubicado en la calle del Carmen y a cargo de Bautista Landarreche. En el anuncio se destacaba su céntrica posición, cercana a la Puerta del Sol. Se indica que "la cocina está dirijida a la francesa y a la inglesa", con mesa redonda a las seis de la tarde y restaurante en la planta baja. La mesa redonda consistía en un servicio de comedor en el que los clientes, distribuidos en diferentes mesas, comían juntos y en buena compañía sin que, en principio, tuviesen relación alguna. El restaurante, o</span><span style="font-family: "Helvetica Neue", sans-serif; font-style: italic; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; text-align: justify; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"> restaurant, e</span><span style="font-family: "Helvetica Neue", sans-serif; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; text-align: justify; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">ra de más empaque y pretensiones y disponía de menús y carta. Las diferencias con los figones o casas de comidas eran notorias. En el </span><span style="font-family: "Helvetica Neue", sans-serif; font-style: italic; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; text-align: justify; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">Hotel de Francia</span><span style="font-family: "Helvetica Neue", sans-serif; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; text-align: justify; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">, los huéspedes contaban, además, con un servicio de coches que les permitía acceder con toda facilidad a las estaciones de ferrocarril. </span></span></p><span id="docs-internal-guid-6b106bdd-7fff-ba9c-da5f-42523474e7be"><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: large;"><br /></span></div><p dir="ltr" style="line-height: 1.2; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: medium;"><span style="font-family: "Helvetica Neue", sans-serif; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">Otro establecimiento fue el </span><span style="font-family: "Helvetica Neue", sans-serif; font-style: italic; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">Gran Hotel-Restaurant de Embajadores</span><span style="font-family: "Helvetica Neue", sans-serif; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"> situado en la calle de la Victoria 1 y en la casa de la célebre</span><span style="font-family: "Helvetica Neue", sans-serif; font-style: italic; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"> Fontana de Oro.</span><span style="font-family: "Helvetica Neue", sans-serif; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"> En su anuncio se destacaban sus "grandes y elegantes habitaciones para familias" con vistas a la Carrera de San Jerónimo y a la Puerta del Sol. Se ofrecían, además, habitaciones para una o dos personas "adornadas con lujo" y otras interiores, más austeras, para clientela más ahorrativa. A las seis de la tarde había mesa redonda a veinte reales el cubierto. No era un lugar barato. En el anuncio se indicaba que, en ese momento, se hacían reformas para ponerlo a la altura de los mejores de Europa "hermanando el buen servicio con economía con la comodidad, economía y lujo". </span></span></p><span style="font-size: medium;"><div style="text-align: justify;"><br /></div></span><p dir="ltr" style="line-height: 1.2; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: "Helvetica Neue", sans-serif; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-size: medium;">Más modesta, al menos en apariencia, era la casa de huéspedes de doña Eusebia de Costa. Estaba en la calle de Peligros, número 3, pisos segundo y tercero. Se había fundado hacia 1835 y era un establecimiento "frecuentado por familias distinguidas de España y del estranjero". Los alojados podían asomarse desde sus habitaciones, muy bien amuebladas, a las calles de Alcalá, Aduanas y Peligros y entretenerse con el natural bullicio de los viandantes. Esta acreditada casa de huéspedes, decía el anuncio, "cuenta con criados inteligentes", lo que siempre aliviaba pues es de todos sabido que nada hay más peligroso, ni más malo, que un necio. Bajo el techo de doña Eusebia no se toleraba la chabacanería y se destacaba que "el trato es esmerado, poniendo su dueña especial cuidado en complacer a sus favorecedores", todo ello, por supuesto, en el sentido más decente. Esta casa de huéspedes tenía servicio de lavandería y repaso de la ropa, además de la ya descrita mesa redonda, todo a unos precios no ya razonables sino "extremadamente moderados". </span></span></p><span style="font-size: medium;"><div style="text-align: justify;"><br /></div></span><p dir="ltr" style="line-height: 1.2; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: medium;"><span style="font-family: "Helvetica Neue", sans-serif; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">El </span><span style="font-family: "Helvetica Neue", sans-serif; font-style: italic; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">Hotel de las Cuatro Naciones</span><span style="font-family: "Helvetica Neue", sans-serif; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">, en la calle del Arenal, 19 y 21, destacaba por su cocina francesa, con un restaurante en la planta baja. Era propiedad de Simón y Compañía. El </span><span style="font-family: "Helvetica Neue", sans-serif; font-style: italic; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">Hotel Villa de Madrid</span><span style="font-family: "Helvetica Neue", sans-serif; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">, calle de Juan de Andas, 12, en la Casa Grande de las Columnas, disponía de alimentos bien condimentados "con primor y aseo" y un servicio con "agrado y esmero". Era regentado con todo celo por su dueña, doña Carmen Galán. Por último, la Fonda de Bossio estaba situada en la calle Duque de Zaragoza, con fachadas al Paseo de la Reina y a Alicante, destacada por "su elegancia y buen trato”.</span></span></p><span style="font-size: medium;"><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><br /></div></span><div style="text-align: justify;"><br /></div></span>Retablo de la Vida Antiguahttp://www.blogger.com/profile/06053388976073396278noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6601695512816089518.post-28310524047315857752022-10-02T11:22:00.002+02:002022-10-04T09:51:33.708+02:00ESTRAGAR AL REINO.<div style="text-align: justify;"><span style="font-size: large;">Todo, o casi todo, lo pensaron ya nuestros ilustrados, los grandes ministros de la Monarquía de España en nuestro siglo XVIII. A continuación, cito lo que pensaba Campomanes de cierta política fiscal. Es evidente su vigencia. Parece escrito para hoy:</span></div><p dir="ltr" style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;">“Una multitud de impuestos no es fuente segura de una multitud de riquezas; lo que sí es una devastación de un reino, un seguro embrollo en las cuentas y un segurísimo aguijón del malcotento de los vasallos. La libertad es amable hasta a las bestias. No mortifica tanto al contribuyente lo que paga, como el modo de exigirlo”.</span></p>Retablo de la Vida Antiguahttp://www.blogger.com/profile/06053388976073396278noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6601695512816089518.post-75098061048756901292022-09-27T15:30:00.001+02:002022-09-27T15:30:00.166+02:00EL CONSERVADURISMO DE JOVELLANOS<p style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;">En Jovellanos encontramos muchos de los rasgos del conservadurismo moderno y una evidente coincidencia con el pensamiento de Edmund Burke. Jovellanos leyó sus <i>Reflexiones sobre la Revolución en Francia </i>poco tiempo después de su publicación, probablemente, en una traducción francesa por ser la primera disponible en España *. No deja de provocar cierta estupefacción que los ministros de Carlos IV prohibiesen su edición y que, además, no fuesen capaces de calibrar la fuerza del alegato de Burke frente a los principios revolucionarios. ¿Es quizás una muestra temprana de la desorientación del pensamiento conservador en España?.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;"><span>Burke y Jovellanos tenían notorias coincidencias: el rechazo a las abstracciones aplicadas a los asuntos políticos, la defensa de las viejas instituciones -aunque sujetas a reformas si era necesario- el reconocimiento del pasado en la evolución de las naciones así como la desconfianza hacia los remedios universales. Los planteamientos burkeanos no eran nuevos para don Melchor Gaspar de Jovellanos ni para ciertos ilustrados españoles. En </span><span>1809 escribió a Lord Holland:</span></span></p><p style="text-align: justify;"><i><span style="font-size: medium;">Nadie más inclinado a restaurar, y afirmar, y mejorar, nadie más tímido en alterar y renovar. Acaso éste es ya un achaque de mi vejez. Desconfío mucho de las teorías políticas, y más de las abstractas. Creo que cada nación tiene su carácter; que éste es el resultado de sus antiguas instituciones; que si con ellas se altera, con ellas se reparan; que otros tiempos no piden precisamente otras instituciones, sino una modificación de las antiguas [...] En conclusión, una nación nada necesita, sino el derecho de juntarse y hablar. Si es instruida, su libertad puede ganar siempre, perder nunca **.</span></i></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;"><i>_______________________________</i></span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-size: x-small;"><b><i>*</i>Así lo afirma Demetrio Castro Alfín en "Jovellanos lector de Burke y Godwin", en <i>Cuadernos jovellanistas</i>, 12, 2018. </b></span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-size: x-small;"><b>**Jovellanos, <i>Memoria del Castillo de Bellver - Discursos-Cartas</i>, edición de Ángel del Río, Clásicos Castellanos, Espasa, 1969)</b></span></p>Retablo de la Vida Antiguahttp://www.blogger.com/profile/06053388976073396278noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6601695512816089518.post-65623330804505904212022-09-20T15:30:00.028+02:002022-09-20T15:45:12.441+02:00UNA REGLA SEGURA DE PRUDENCIA <div style="text-align: justify;"><span style="font-size: large;">Nunca tuvo la Monarquía de España tan buenos ministros como en nuestro siglo XVIII. Eran secos y de poca gracia pero habían estudiado mucho, tenían gran capacidad de observación, decían las verdades a palo seco y, por lo general, erraban poco. Fueron, por lo general, hombres rectos y de vida sencilla. Campomanes es un buen ejemplo de lo dicho y lo que pensaba sobre el gasto desmedido y descontrolado sirve, antaño y hogaño, para las naciones y para las familias:</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><i><span style="font-size: medium;">Es una regla segura de prudencia que ninguno debe gastar más de lo que puede sin empeñarse y principalmente en los soberanos es indispensable, so pena de aniquilar a sus vasallos, que son todas sus riquezas, y hallarse sin recurso en la mejor ocasión. La falta de esta máxima es lo que ha acabado con los más poderosos imperios y tiene destruidas las grandes monarquías de la Europa; y a mi ver, más destruyeron a España los dos brillantes reinados de Carlos V y Felipe II que los oscuros de Juan II y Carlos II."</span></i></div><div style="text-align: justify;"><i><span style="font-size: medium;"><br /></span></i></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;"><i> (Cartas político-económicas al conde de Llerena, </i>Edición de Antonio Rodríguez Villa, 1878).</span></div><div style="text-align: justify;"><i><br /></i></div>Retablo de la Vida Antiguahttp://www.blogger.com/profile/06053388976073396278noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6601695512816089518.post-69285421208561970782022-02-13T10:53:00.001+01:002022-02-13T10:55:02.503+01:00HACIA EL ESCORIAL<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEgezk5-ko1ocMUjkv95lgwjjwX4zRuWMZ6-HcBNV6jl1M3lCFwJV9pyttMPIkiaEtbtE9Ii5dgIQR2o72eQa96HsKmg49LFpQvUWGeFLA_j-B19pnYFRkQhdikJ_3UImPXhMBN-DRF1xRcVmvZKaChM5ek33VeXUqNvAdxyNU9hZFu_LvqAnmd-FF5m3A=s571" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="571" data-original-width="390" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEgezk5-ko1ocMUjkv95lgwjjwX4zRuWMZ6-HcBNV6jl1M3lCFwJV9pyttMPIkiaEtbtE9Ii5dgIQR2o72eQa96HsKmg49LFpQvUWGeFLA_j-B19pnYFRkQhdikJ_3UImPXhMBN-DRF1xRcVmvZKaChM5ek33VeXUqNvAdxyNU9hZFu_LvqAnmd-FF5m3A=w274-h400" width="274" /></a></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><span style="font-size: medium;"><div style="text-align: justify;">Los reyes iniciaban su último viaje con la caída del Sol. Entre las ocho y las diez de la noche abandonaban Palacio y los portaban en andas, entre lutos, cera, música triste y campanas que doblaban a muerto. Así, legua a legua, se acercaban a El Escorial entre resplandores de hachas y tinieblas. Rumores de Clero, Órdenes, Grandes, mayordomos, gentileshombres de la boca y de la cámara y monteros de Espinosa. Salían a los caminos a verlos pasar y, a veces, paraban en los pueblos. Al amanecer, entre las seis y las siete, llegaban al Real Sitio. Retornaba el Sol, padre y espejo de reyes, y asistía al ceremonial por tragaluces y ventanales. Se depositaba el cuerpo al mediodía. Y ahí terminaba todo, ni más ni menos.</div></span><p></p>Retablo de la Vida Antiguahttp://www.blogger.com/profile/06053388976073396278noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6601695512816089518.post-17224534656246007462021-12-08T10:39:00.002+01:002021-12-10T09:55:12.950+01:00VÍTORES POR LA INMACULADA<span style="font-size: large;">España cerraba la Edad Media, abría el gran siglo XVI y la defensa de la
Inmaculada Concepción movilizaba espíritus y devociones. Fue en aquellos años
cuando se fundó la Santa Capilla por don Gutierre González Doncel. De su fe
inmaculista y de su intención dan fe los estatutos de la Institución en los que
hace constar que “la Santa Capilla fue fundada y edificada por mí dentro de la
Iglesia Parroquial de Santo Andrés de la ciudad de Jaén, a mis propias expensas
y gastos, y me pareció tuviese invocación de la Concepción de Nuestra Señora
Santa María”. Los estudios de doña Soledad Lázaro Damas aportan sobradas pruebas
del temprano culto a la Inmaculada en Jaén, impulsado por obispos como don
Alonso Suárez, en cuyo tiempo se instituyó la Santa Capilla, o por el obispo don
Pedro Pacheco al que Carlos V mandó acudir a Trento, donde se decidió la gran
estrategia para frenar a los protestantes y reformar lo que fuese necesario para
mayor gloria de la Iglesia Católica, Apostólica y Romana. Fue don Pedro, según
fuentes italianas, citadas por la Real Academia de la Historia, un hombre
pequeño, de poca barba, sagaz y limosnero, afectuoso y con gran afición a las
conversaciones cultas y <i>capo qua nel concilio della natione spagnola e
dell`imperiali del regno di Napoli</i>. Tras esta apariencia inerme se ocultaba un
hombre de una pieza, aristocrático de linaje y temperamento, puntal seguro de la
causa imperial, irreductible frente al partido francés y de dureza demostrada en
las difíciles controversias del Concilio. Allí, bien aconsejado por teólogos
franciscanos que estaban a sus órdenes, se batió con energía por la devoción
inmaculista pues fue el primero que abordó su defensa el 28 de mayo de 1546 y
consiguió que, en el decreto dedicado al pecado original, se dejase claro que la
Virgen María estaba libre de éste. Que Dios bendiga su memoria pues sirvió como
los buenos. Durante el XVII la causa de la Inmaculada fue sostenida en Jaén con
igual o mayor ímpetu, si cabe, que en el siglo anterior. Se pronunciaron
innumerables sermones, se llenaron las calles con procesiones generales y se
fundó, bajo la advocación de la Inmaculada, el Convento de las Bernardas por el
obispo de Troya, don Melchor de Soria Vera. Además, según don Manuel Caballero
Venzalá, se publicaron en Jaén, sólo en 1651, cuatro tratados a favor de la
causa inmaculista. Mucho se esforzaron por la Inmaculada los dos cabildos, el
catedralicio y el municipal, y los vecinos de Jaén de todo estado y condición.
Cada vez que en Roma se ganaban posiciones a favor de la Inmaculada, la ciudad
se alborozaba en jornadas de luminarias y repiques. Un día grande fue el 17 de
noviembre de 1617 cuando el Cabildo Eclesiástico tuvo noticia del decreto
Sanctissimus Dominus noster, ganado en Roma gracias a los desvelos de la
Monarquía de España, y que permitía la opinión libre y a favor de la Inmaculada
Concepción de María. Para celebrarlo se organizó, para el siete de diciembre,
una procesión general en la que la Virgen de la Capilla fue trasladada a la
Santa Capilla de San Andrés. Cuatro años después, recién nacido el reinado de
Felipe IV, el Cabildo municipal ordenó a sus procuradores de Cortes, don Martín
Cerón de Benavides y don Juan Palomino Hurtado de Mendoza, que , en todo momento
y bajo cualquier circunstancia, amparasen la causa inmaculista. Asimismo, en el
Jaén de 1640, hubo actos de desagravio a la Inmaculada, ante la noticia de unos
pasquines ofensivos que habían puesto en Granada. La llegada del obispo Moscoso
y Sandoval también supuso un sólido impulso a esta devoción. El 8 de diciembre
de 1645, ordenó “a todos los que entraren en esta Santa Iglesia” defender, bajo
juramento, la Inmaculada Concepción de María, En 1650 y 1659, leemos en don Luis
Coronas Tejada, el Cabildo municipal se pronunció una vez más a favor de dicho
misterio y, en 1656, con motivo de la autorización de Alejandro VIII del
patronazgo de la Inmaculada para España, hubo en Jaén procesiones y fiestas, al
igual que en 1661, por la publicación de la constitución Sollicitudo omnium
Ecclesiarum de Alejandro VII, que establecía el ocho de diciembre como día de la
Inmaculada Concepción. En la Santa Capilla la devoción a la Inmaculada
Concepción de María ha tenido continuidad a través de los siglos. En la fe de
las viejas y modernas generaciones, en las mandas piadosas de patronatos y
testamentos, en la sagrada luz de las velas y en las salves de los sábados
cuando se tañía “con tiempo, antes que todos los días”. Entonces se cantaba la
antífona solemne:
<i>In Conceptione Tua Virgo inmaculata fuisti.</i> </span><div><span style="font-size: large;"> <b>Ángel Aponte Marín.</b></span></div><div><b><span style="font-size: medium;"><i i="">Publicado</i> en <i>Siempre</i>, Santa Capilla de San Andrés, Jaén, diciembre de 2021.</span></b><br /></div>Retablo de la Vida Antiguahttp://www.blogger.com/profile/06053388976073396278noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6601695512816089518.post-85053159892956899572021-10-10T11:50:00.004+02:002021-12-10T09:55:32.556+01:00EN DÍAS CERCANOS AL CORDONAZO DE SAN FRANCISCO<span style="font-size: large;">En las caserías antiguas de mi tierra giennense es fácil encontrar, junto a las
fachadas y puertas, altos y viejos laureles que, en los atardeceres de estos
días, tienen un aire solemne, de ruina antigua. Quizás los plantaban ahí por
herencia de los romanos que atribuían a esta planta un carácter protector contra
los rayos. Hay plantas u objetos que atraen o rechazan el rayo. José María
Castroviejo mencionó en <i>La montaña herida</i> cierto tipo de cardos que protegían de
estos fenómenos naturales y su amigo Álvaro Cunqueiro decía, por haberlo oído de
toda la vida, que los rayos se sentían asimismo, según ciertas circunstancias,
atraídos o rechazados por los tesoros. También el hierro, fuente de muchas
prevenciones entre los antiguos, se usaba como amuleto contra estos poderes
fulgurales. En muchos pueblos estaba extendida la costumbre de poner tijeras
abiertas dentro de las casas, en forma de cruz, cuando había tormentas y también
para evitar otros males. Junto a estas creencias, la tradición cristiana contaba
con devociones, campanas, oraciones y conjuros para salvaguardar a las gentes de
centellas, rayos y exhalaciones. Sobre este asunto escribí hace unos días un
artículo que, si ustedes quieren, pueden leer en<b> <a href="https://theobjective.com/elsubjetivo/sobre-rayos-tempestades-y-conjuros">The Objective</a>. </b>Creo que puede
ser una buena idea en estos días, todavía cercanos al cordonazo de san
Francisco, tiempo de truenos y lluvias.
</span>Retablo de la Vida Antiguahttp://www.blogger.com/profile/06053388976073396278noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-6601695512816089518.post-4752565397484360752021-08-02T11:09:00.002+02:002021-12-10T09:55:58.507+01:00SOBRE LOS BAÑOS DE MAR<span style="font-size: large;">En estas tardes de verano paso el rato con antiguos tratados y guías para bañistas. En todos se mencionan mil prevenciones y advertencias. Don Ventura de Bustos y Angulo, médico y dentista de Madrid, cuyo lema era «en el bañar no conviene prevaricar», estimaba en sus Baños de río, caseros y de mar (1816), que los chapuzones estivales eran útiles para templar los ardores del sol, «que tanto vician y alteran los humores». Otros tratadistas aseguraban que servían para aplacar los espíritus fuliginosos o de la naturaleza del hollín, propios de la estación.
SEGUIR EN <a href="https://theobjective.com/elsubjetivo/banos-de-mar">THE OBJECTIVE</a></span>Retablo de la Vida Antiguahttp://www.blogger.com/profile/06053388976073396278noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6601695512816089518.post-56091589654334534522021-07-30T18:45:00.004+02:002021-12-10T09:56:16.903+01:00DEVOCIONES Y ROGATIVAS PARA LOS MALOS TIEMPOS<span style="font-size: large;">En tiempos antiguos los remedios sanitarios eran pocos y de escasa eficacia. Había médicos, cirujanos, algebristas y barberos sangradores -aprobados o no por el Real Protomedicato- abnegados y heroicos, pero sus sangrías, sanguijuelas, parches, eméticos y refrigerantes poco podían hacer ante contagios que acababan con pueblos enteros. En tales circunstancias, o ante la eventualidad de llegar a éstas, era obligado volver la vista hacia los altares y recurrir a los remedios espirituales.
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Retablo de la Vida Antiguahttp://www.blogger.com/profile/06053388976073396278noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6601695512816089518.post-85765615639345220592021-02-21T10:21:00.003+01:002021-12-10T09:56:48.271+01:00TAMBIÉN LOS ANIMALES SE ACOGÍAN A SAGRADO<span style="font-size: large;">Los cementerios y las cercas de los templos, hasta treinta pasos alrededor, concedían inmunidad a los perseguidos. El presbítero don Antonio de Lobera y Abío, a mediados del siglo XVIII, trató el asunto que, entonces, era fuente de enconadas polémicas y diferencias entre los regalistas y los partidarios de que se respetase la inmunidad de los lugares sagrados. Menciona el presbítero el caso de un jabalí que, perseguido por "El Rey Don Sancho El Mayor de Navarra, y Castilla, gran cazador", se refugió en las ruinas de un templo que estaba bajo la advocación de san Antonio Mártir. Se amparó la criatura junto al lugar donde estuvo el altar mayor y eso le salvó la vida pues cuando se dispuso el Rey a lanzarle un venablo, su real brazo “quedó de tal fuerte entorpecido que no lo pudo menear”. Todo estaba bien claro: el jabalí estaba acogido a sagrado y gozaba de la protección divina que, al fin y al cabo, todos somos hijos de Dios. Después - tras apuros, rezos y ruegos- recuperó Don Sancho el gobierno del brazo pero también recibió la lección de “quanta reverencia se debe a los lugares; pues aunque estén arruinados, no quiere Dios, que ni aún un animal sea en ellos ofendido”.
( El suceso en: Lobera y Abío, Antonio, <i>El porqué de todas las ceremonias de la Iglesia y sus misterios<i>, <i>1758)</i></i></i></span>Retablo de la Vida Antiguahttp://www.blogger.com/profile/06053388976073396278noreply@blogger.com4