sábado, 16 de mayo de 2015

CONJUROS CONTRA LA LANGOSTA EN 1708

Ermita del Calvario según una fotografía centenaria
Mal año 1708 cuando se sufrieron diluvios, barrizales, guerra y malas cosechas. No faltó ni la langosta. La plaga, que no daba cuartel, devoraba los trigos y no había manera humana de aplacarla. El Cabildo de la Catedral de Jaén decidió recurrir a los obligados remedios espirituales. Dispuso que "el día de la aparición de san Miguel", siete de mayo, se conjurase después de nona. No pudo ser ese día por estar "mui metido en aguas" y se aplazaron estas ceremonias y oficios al 22 de dicho mes.

Llegado dicho día, se ofició una misa en la iglesia de San Ildefonso, entre cuatro y cinco de la madrugada "y acavada [se mandó] digan los tres primeros conjuros que se siguen conforme está en el Quaderno impreso"*.

Después, en procesión y recitando letanías, los asistentes se dirigieron a la ermita del Calvario, desde la que se divisa buena parte de las tierras de labor que circundan la ciudad. A estas solemnidades acudieron los dos cabildos -eclesiástico y municipal- los notables locales y todo el vecindario. Para que las personas de lustre y campanillas estuviesen con cierto decoro, se levantó un tablado o palco con su correspondiente toldo. En el interior de la ermita apenas cabían unas decenas de personas y el calor era ya considerable. El cansancio también debía de ser general. Estaban en danza desde antes de las cuatro de la madrugada. El paseo hasta la ermita, extramuros y en una loma, no es gran cosa pero también pesaría.

Allí, en El Calvario, se ofició una misa dedicada a san Gregorio Ostiense, probado defensor y escudo contra las plagas de langosta, "con las conmemoraciones de la Santísima Trinidad y Nuestra Señora". Acabado el oficio se lanzaron tres conjuros más y, a continuación, se erigió una cruz, sobre un pino grande que allí había, de cara a los campos.

Hacia el mediodía los fieles de todo estado y condición -un tanto estragados y con el sol sobre sus cabezas- volvieron a la  ciudad, otra vez en procesión y con rumor de letanías.


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Debe de tratarse del libro editado en la imprenta de Tomás Copado y del que se hicieron cincuenta ejemplares, se cita en:  Juan Antonio López Cordero y Ángel Aponte Marín, Un terror sobre Jaén: las plagas de langosta (siglos XVI-XX), Jaén 1993.

12 comentarios:

  1. En una España agrícola tradicional como era aquella, que dependía casi exclusivamente de la producción local, las plagas eran una auténtica maldición. Y las gentes encontraban consuelo en el rezo, una manera de no desesperarse ante los reveses de la vida. Comprensible.
    Un saludo.

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  2. Leyéndolo me parece estar en Béjar, por la misma época e idéntico mal. Sin duda las estrategias religiosas eran comunes a todo el territorio.
    Un saludo

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  3. Consideraban la plaga como un castigo divino. Ya lo sabe usted, este hecho suponía la correspondiente realización de rogativas y expiaciones.
    Saludos, don Cayetano.

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  4. Totalmente de acuerdo, doña Carmen. ¿Hubo, entonces, plaga en Béjar por aquellos años..

    Saludos cordiales.

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  5. En Aragón existen los conjuraderos, me parece que era ese su nombre, y que servían para alejar el pedrizo y otras pestes que acababan con las cosechas.

    Saludos

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  6. Los años 1708-1709 fueron duros para el bando borbónico en la Guerra de Sucesión: malas cosechas en España y, sobre todo, Francia; suerte adversa en las armas y Luis XIV que, presionado por los Aliados, abandonó a su nieto Felipe V en España. Sin emabrgo, pronto llegaría la recuperación y el arrebato final que daría finalmente el trono de Madrid a Felipe de Borbón, muy amado por su pueblo castellano que mayoritariamente se proclamó a su favor y contra Carlos de Austria.

    Un saludo

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  7. La plaga de langosta debió ser terrible a tenor del gran sacrificio que requirieron los conjuros dispuestos por parte de la gente principal. Toda una noche andando en procesión y la vuelta a casa con los calores del mediodía...
    Saludos

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  8. Los conjuraderos serán algo parecido a los saludadores, creo yo. ¿Cuánto valoro estas referencias!.

    Saludos, doña Amaltea.

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  9. Y el año de 1707 fue también de antología, Carolus Rex. La capacidad de resistencia de España causaba, y causa, asombro.

    Saludos.

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  10. Volverían derrengados, para entregar el alma. Da la impresión de que eran de otra pasta y que su sentido del tiempo era también distinto.

    Saludos, doña Ambar.

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  11. Eso de aplazar el conjuro por estar el día ”mui metido en aguas” es tan evocador como su propia cosecha de “lustre y campanillas”. Si da con los tres conjuros, por favor, delos a conocer. Saludos

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  12. Sepa usted, doña Ana María, que le daré cuenta de los conjuros contra la langosta en cuanto los encuentre.

    Reciba usted mis saludos.

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