lunes, 20 de abril de 2015

DE TAUROMAQUIA DEL XVII Y DEL DESVANECIMIENTO DE UN DANÉS

El tres de noviembre de 1640 hubo fiesta de toros en el Buen Retiro para agasajar a los embajadores de Dinamarca. No saldrían de su sereno y escandinavo asombro. La efusión de sangre ocasionó, de hecho, el desvanecimiento de un danés. Tal suceso debió de provocar la estupefacción y la incomprensión de un público tan acostumbrado a estos lances y gajes. En cualquier caso, fue un festejo accidentado. Según los cronistas, quedó maltrecho un caballero en plaza apellidado Gallo. Creo que puede tratarse de don Alonso Gallo Gutiérrez, señor de Fuente Pelayo y natural de Burgos, autor de unas Advertencias para torear (1654), citadas por José María de Cossío, dedicadas al duque de Medina Sidonia. Desconozco si el suceso de don Alonso Gallo fue porrazo, costalada o cornada. Tenía que ser muy bizarro y apenas le daría mayor importancia al percance. Tengo lo dicho por cosa segura, como si yo hubiese estado allí, en los andamiajes del coso. El conde de Cantillana -famoso en las lides taurómacas de su tiempo y de probada eficacia en el manejo del garrochón- después de rejonear sufrió también un derribo muy aparatoso**.
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*La Lidia, 1 de junio de 1883.

** Cantillana, recordemos, fue muy elogiado en su tiempo por ingenios como Vicente Espinel, Quevedo, Gabriel Bocángel y Luis Vélez de Guevara. Todos estudiados por José María de Cossío en Los toros en la poesía castellana, 1931

15 comentarios:

  1. Esas cosas impresionan si uno no está acostumbrado. Lo que para unos es arte, para otros es otra cosa muy distinta. Lo que no sé es qué hacía allí aquel caballero. Lo suyo es que asistan gentes aficionadas al toreo.
    Un saludo.

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    1. Los antitaurinos de la época, que los había, se lo habrían aconsejado: "no vaya vuesa merced, no vaya!".

      Saludos, don Cayetano.

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  2. Era la tauromaquia de aquel entonces distinta a la de hoy, una especie de ejercicio bélico en el que los nobles señores se enfrentaban a la bestia, eso sí, con el mismo valor y arrojo que los toreros de hoy. Parece que los daneses, como también los europeos de hoy, no entendían esta costumbre milenaria que tiene sus orígenes en tiempos fenicios. Recuerdo que en 1701, en el viaje de Versalles a Madrid del nuevo Rey Felipe V se celebraron en Bayona unas corridas de toros que parece que encantaron a Rey y a los lugareños y que quizás sea el origen de las corridas que hoy se celebran en suelo galo.

    Un saludo

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    1. Era una lidia evidentemente distinta y mucho más cruenta. Nada más que la ausencia de peto en los caballos, por no citar otras diferencias obvias, hacia de los ejercicios taurómacos algo muy duro. Sin embargo, el rigor de la vida de antaño era general. Es muy interesante el dato que usted aporta de los festejos en el sur de Francia.
      Saludos, Carolus Rex.

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  3. Desde luego hay que ser muy bizarro para aguantar un percance de esa índole y no darle importancia. Entra dentro de lo normal que se desvaneciera el danés ante el sangriento espectáculo.
    Saludos

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    1. Son emociones muy fuertes y, a corta distancia, imagino que pueden provocar desfallecimientos y alferecías.

      Saludos, doña Ambar.

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  4. El espectáculo taurino de la época, a caballo por las nobleza y de pie a tierra por los mozos, sin las reglas actuales ni mucho menos, debió de resultar un impacto enorme para aquellos invitados venidos del norte.
    Un saludo

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    1. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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    2. "Pero esto qué demonios es?", dirían aquellos ilustres daneses. Y el señorío metido en faena con los toros, quizás de Tarifa o del Jarama.

      Saludos, doña Carmen.

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  5. Precisamnente leía ayer una vieja entrevista a Jardiel Poncela, en la que decía en los años treinta que España era un país montañoso y extraño. Extraño porque la gente vivía pendiente del torero antes que de los avances que mejoraban la vida de los españoles.
    No me gusta la violencia, por más arte que se le eche, ni en personas ni en animales. Yo también me habría mareado.
    Saludos

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    1. La opinión del gran Jardiel es heredera del regeneracionismo español, muchas veces antitaurino. Es una apreciación que ahora podría aplicarse al fútbol. Los moralistad ingleses podrían decir lo mismo de sus compatriotas tan aficionados a las apuestas, y los ejemplos podrían aplicarse a otros pueblos.

      Saludos, doña Amaltea.

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  6. Pues, a fe que a mí también me hubiera gustado estar entre los andamiajes del coso. Debió ser digno de ver.
    Un saludo.

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  7. Habría estado bien. Señor de la Terraza. Y después habríamos ido a una taberna a bebernos un azumbre de vino.

    Saludo.

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  8. Ha sido un placer conocer su blog.
    Enhorabuena

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    1. Muchas gracias, doña Ana María. He podido constatar que usted es autora de un excelente blog sobre Gaudí que, si tiene usted a bien, enlazaré con el mío. Cuenta usted con un nuevo lector.

      Ángel Aponte.

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