viernes, 2 de enero de 2015

GODOY O EL ARTE DE ANDAR BIEN

Después de Fernando VII, nadie más desprestigiado que Godoy. Reconozcamos, a pesar de todo, una cualidad en el valido: su arte de andar bien. Álvaro Cunqueiro, en 1957, recoge el dato del estudio de Hans Roger Madol, Godoy, el primer dictador de nuestro tiempo. Refiere una escena de la que fue testigo el caballero Hauser, agente austriaco en Roma. Carlos IV, Doña María Luisa y Godoy estaban ya en el exilio. Éste se vestía de gran gala, de capitán general con toda suerte de placas y bandas, hacía reverencias a la borgoñona y caminaba ante los reyes con cortesana apostura. Creo yo que lo hacía por atenuar sus compartidas tristezas e improbables remordimientos.

El dato en: Álvaro Cunqueiro, "Sobre el arte de andar", 1957, recogido Viajes imaginarios y reales, edición de César Antonio Molina, 1986

6 comentarios:

  1. Seguramente es cierto que las tristezas eran compartidas. En cuanto a los remordimientos opino como tu, que eran más bien improbables. Pero algo de atractivo debía tener el porte de Godoy ¿ no crees?, es posible que fuera ese andar regio.

    Saludos

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  2. Tenía muchos defectos don Manuel, pero no era uno de ellos su saber estar y su porte noble. Un buen ejemplo de aquella fanfarronería española de la que tanta gala hacían nuestros antiguos compatriotas, y no iba a ser menos aquel que lo había sido todo en la España del cambio de régimen.

    Un saludo y feliz 2015

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  3. Y más listo que el hambre. El verdadero rey, porque el pobre de Carlos IV muchas luces para gobernar no tenía.
    Un saludo.

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  4. Debía su ascenso fulgurante, sin duda, a su capacidad de seducción. El caso es que en los retratos que recuerdo aparece con un aspecto pesado y tosco. De Carlos IV y consorte: qué podemos decir?. Triste y lamentable en cualquier caso.

    Gracias, doña Ambar y mis saludos.

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  5. La majeza era un rasgo muy alabado a finales del XVIII, cuando aparece el valido. Mala e insuficiente cualidad para tiempos tan difíciles.

    Gracias y saludos, Carolus II.

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  6. Era bobalicón Carlos IV. Compárese a Napoleón y, a pesar de haber pasado doscientos años, sigue uno pasando un mal rato.

    Saludos y gracias, don Cayetano.

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