jueves, 29 de enero de 2015

ENTRE EL CLAUSTRO Y EL CORSO

Don Pedro Fernández de Bobadilla nació en Jaén en 1486. Era hijo del marqués de Moya. Fue recibido en la Orden de Santiago y, después, tomó los hábitos de dominico. No se acostumbró al orden claustral ni a la vida de estudio. El tirón de la vida heroica era muy fuerte en el XVI español. La vocación ancestral por la vida militar sería para don Pedro una fuente de sequedades y desasosiegos. Un día, sin poder más, dijo adiós al convento y acabó, tras unirse a unos aventureros, en el mar. Dios nos crió a unos para una cosas y a otros para otras. Hizo el dominico la guerra como corsario, corrió mil peligros y trabajos, de los que padecen y afrontan los marinos de todos los tiempos. Su condición clerical, sin embargo, estaba ahí y no era presentable un fraile dedicado a tales ocupaciones. Trataron de meterlo en cintura y, a manera de solución de compromiso, mandó las galeras de Julio II y de León X. Después sentó plaza por Carlos V a cuyo servicio naufragó y, al parecer, murió frente a las costas de Bretaña.

* Tengo noticia de este personaje gracias a Alfredo Cazabán, ilustre polígrafo giennense de hace muchos años.

8 comentarios:

  1. Son esas mezclas genuinas de un tiempo y una mentalidad, un dominico al que le atraen más las armas que los latines, como la monja alférez,salvando las distancias.
    Un saludo.

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    1. Es que lo suyo era lo que era. Las aventuras, el riesgo y las emociones fuertes. Con todo, si hubiese querido encontrarlas sin colgar los hábitos, podría haberse ido a las Indias como tantos frailes de su orden.

      Saludos y gracias, don Cayetano.

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  2. Lo importante es estar en donde eres útil, afortunadamente que eligió lo que le dictaba su carácter.
    Un abrazo.

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  3. Imagino que el marqués de Moya le pondría los hábitos a su hijo, le gustaran o no. Era lo que se esperaba de quien, siendo de buena cuna, no habría de heredar. Después, pasado el tiempo, D. Pedro colgó los hábitos y se dedicó a vivir de la manera que más le gustaba.

    Saludos

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  4. La cabra siempre tira al monte, y los españoles del XVI, y más aún los de noble linaje, estaban demasiado llamados a las aventuras y a las armas.

    Un saludo

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  5. Estoy de acuerdo con usted, doña Mari Pi-R. Dios no pide imposibles.

    Saludos y gracias.

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  6. Era la salida para los segundones Iglesia, mar o Casa Real. Lo que le gustaba a nuestro personaje era el riesgo, los grandes espacios, la aventura. Creo yo que languidecía en la vida conventual y pasó lo que tuvo que pasar.

    Saludos y gracias. doña Ambar.

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  7. Tiene usted toda la razón, Carolus Rex. Además sabemos, gracias a sus escritos, que esta vocación militar se mantuvo hasta el reinado que tan bien usted conoce.

    Saludos y gracias.

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