domingo, 21 de diciembre de 2014

UN REINO DE PASTORES

Obligado era que los españoles de siglos pasados comprendiesen y viviesen con unción el misterio del Nacimiento de Nuestro Señor. Era España reino de pastores y hermanarían a los zagalejos que acudieron a agasajar a Cristo en su pesebre, entre hielos y rigores, con  los que cuidaban puntas y hatos de ganado en ejidos y dehesas de los concejos. Sobre esta idea hago unas reflexiones en mi último artículo en Neupic. Espero que sea del interés de los selectos e ilustrados lectores de Retablo de la Vida Antigua.

6 comentarios:

  1. Un belén sin pastores no es un belén.
    Bonito escrito y a la vez interesante la historia de los pastores.
    Te dejo mis mejores deseos de felicidad en estas fiestas tan entrañables llenas de amor.

    FELIZ NAVIDAD Y AÑO NUEVO 2015.!

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  2. Interesante el artículo, con sus pastores, sus zagales, sus rabadanes y sus rapaces. Palabras seguramente de procedencia lejana, árabe o hebrea, pues en la historia antigua tuvimos buenos ejemplos de pueblos de pastores. Y no en balde, el tío de Boabdil se llamaba así, El Zagal.
    Un saludo y felices fiestas.

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  3. La vida de los pastores era muy dura, frío, lluvia, nieve y tan sólo un chozo donde guarecerse.Desconocía esos villancicos, tan testimoniales, de los siglos XVII y XVIII que usted nos trae. Me he quedado con las ganas de conocer los que se cantaban en la Real Capilla de la Encarnación de Madrid, esos que hablaban de migas con torreznos. Será porque es un plato que siempre me gustó.

    Le deseo unas felices fiestas D. Angel

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  4. Muchas gracias, doña Mari-Pi-R, lo del pastoreo siempre me ha atraído y, además, ellos aparecen en una de las páginas más emocionantes de la Vida de Nuestro Señor.

    Mis saludos más cordiales y Felices Pascuas.

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  5. El Zagal, es verdad, tan trabajoso y activo como aparece en las crónicas. La terminología relacionada con el pastoreo es, además, muy añeja.

    Saludos y Felices pascuas, amigo don Cayetano.

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  6. Ya le daré, cuando tenga ocasión, alguna referencia más concreta de esos villancicos. Las migas son, por supuesto, una plato excelso.

    Cordiales saludos, doña Ambar, y que pase usted unas felicísimas Pascuas.

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