martes, 23 de diciembre de 2014

POR LAS CALLES TRAS LA MISA DEL GALLO

A diferencia de los alemanes, ingleses y escandinavos, los españoles hemos dado a los días navideños un tono más expansivo y ruidoso que hogareño. Mesonero Romanos, con su agudeza probada, consideraba "agitadas y borrascosas" las noches de Navidad en Madrid. El 24 de diciembre de 1830 bajo el despotismo, nada ilustrado, de Fernando VII se anunció, en el Diario de avisos de Madrid, que "a fin de contener los desórdenes que puedan acontecer en la noche de este día, en que con motivo de la  concurrencia a la misa del gallo giran por las calles a deshoras de ella muchas gentes, se encarga a los comandantes de patrullas el mejor desempeño en su encargo, a los puestos de guardia de la plaza y de prevención la mayor vigilancia, teniendo pronto sus cuartos para tomar las armas a cualquier evento, y destacando patrullas que recorran sus recintos, a cuyo fin serán reforzadas las últimas.".  Debía de ser una maravilla ver a legiones de madrileños noctámbulos, entre cantos y alborotos, en un continuo girar por las calles para fastidio de los serviles. No faltaban las fiestas familiares, como a la que asistió Mesonero Romanos -mencionada en Memorias de un setentón, natural y vecino de Madrid- el 26 de diciembre de 1817. En esa ocasión, "a la media noche, y en lo más animado de la fiesta", apareció un alcalde de Casa y Corte  con casaca, bastón y sombrero, acompañado por la ronda y alumbrado con una linterna. Tras cuadrarse, en medio de la sala, dijo: "señores, es preciso que inmediatamente cese esta reunión. La Reina nuestra señora (y se quitó reverentemente el sombrero) acaba de expirar al dar a luz una infanta, que ha resultado muerta también". Eso era ser solemne.

Felices Pascuas para todos los lectores de  Retablo de la Vida Antigua.

14 comentarios:

  1. Imagino a los madrileños hartos de vino y una vez escuchada la misa del gallo -como Dios manda- deambulando por las calles de Madrid, entre villancicos, risas, algún que otro improperio y algún que otro golpe. Las fiestas familiares quedaban para otras gentes.

    Gracias por su felicitación y reciba también la mía

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    1. El genio alegre, popular y expansivo ha sido muy propio de estas fechas. Los españoles siempre se han divertido en la calle. Bien lo percibe usted según su espléndido comentario.
      Felices Pascuas y gracias, doña Ambar.

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  2. El clima debe tener mucha culpa de que este país nuestro sea tan callejero y bullicioso; si bien es cierto que las noches de invierno suelen ser muy frías y no invitan a pasear, salvo que el estómago vaya caliente y contento ya de casa.
    Felices fiestas.

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    1. Es muy acertada su apreciación, don Cayetano. La bota, los turrones y demás gollerías han sido muy eficaces para aguantar las noches heladas.
      Felices Pascuas y gracias por sus palabras.

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  3. En al España de Fernando VII, intransigente y cohartadora de libertades, se consideraba una desafección al estado y a la monarquía hasta reunirse por las calles para festejar la Navidad. ¡Qué horror!
    Como por suerte esos tiempos ya pasaron, le deseo que pueda salir a la calle o festajarlas sin cortapisas y con la alegría de disfrutarlas en buena compañía con toda la felicidad del mundo.
    Un abrazo

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    1. Nunca fue del gusto de los tiranos el genio alegre y popular. Tenga usted, doña Carmen, unas felices Navidades. Béjar debe de ser como un belén en estos días.

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  4. Pues el bullido si sigue en las calles de España no creo que es debido actualmente a la misa del Gallo.
    Feliz Navidad a ti y los tuyos y que la luz de la paz ilumine al mundo.
    Un abrazo.

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    1. En esto, doña Mari-Pi-R, parece que los tiempos han cambiado. Sin embargo todavía queda el rescoldo de un Misterio muy antiguo en mucha gente. Reciba usted también mis más sinceras felicitaciones.

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  5. Sea en casa con los suyos o fuera de ella, tranquilas o bulliciosas, reciba señor del Retablo, mi mas sinceros deseos de paz y alegría en estas fechas tan importantes por lo que de verdad significan.

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    1. Reciba usted, señor de la Ventana, las mismas consideraciones por mi parte. Es un privilegio ser su lector.

      Un cordial saludo y Felices Navidades.

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    1. Igualmente, don José Miguel. Ya sabe lo que me honran sus palabras.

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  7. Feliz año, pero te escribía para agradecerte que me mantengas en tu blog a pesar, muchas veces, de tener poco que ver con el tuyo. En la diversidad está, espero, algo de sabiduría.

    Un abrazo

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  8. Feliz año también para ti, José Luis. Y es un honor poder enlazar con tu blog a través del mío. Tus fotografías son obras de arte.

    Un abrazo.

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