domingo, 30 de noviembre de 2014

PAN DE CONVENTO

La España del siglo XVI no sabía de refinamientos gastronómicos. Carnero y vaca, despojos, bacalao, cecial, una panilla de aceite, sardinas, pan y poco más. Más pobre todavía era la escudilla de los conventos reformados por santa Teresa. En sus cartas, avisos y admoniciones dio cuenta de algunas cuestiones relativas a alimentos, refectorios y cocina. Causa admiración que con condumios tan pobres se reformaran órdenes religiosas y se ganaran imperios. Sobre esto escribo en https://neupic.com/articles/la-cocina-de-santa-teresa

10 comentarios:

  1. Pezuñas de vaca, criadillas y huesos para el puchero. Para muchos eran aunténticas delicatessen.
    Un saludo.

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  2. Parecía darle santa Teresa la importancia debida al buen yantar...
    Saludos,

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  3. Pues no me parece tan mala la dieta, legumbres, pescado, poca carne...dieta mediterránea.El tema, seguramente,era la cantidad que debía ser pequeña para lo que en aquellos años se acostumbraba a comer(ignoro cuantas lentejas caben en una escudilla)pero, en cualquier caso parece que los que así se alimentaban gozaban de mejor salud que los nobles, bien alimentados pero sufriendo enfermedades como la gota.

    Saludos

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  4. Pan, y poco, porque según leí aquí mismo, su precio andaba por las nubes también.
    Éramos una país pobre, aunque no todas las regiones en el mismo grado.
    Un saludo.

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  5. La miseria hace al hombre fuerte y recio, pensarían entonces, y la necesidad llevó a marcharse a muchos al Nuevo Mundo por muchos monstruos que acechasen en el trayecto marítimo. El fulgor del oro se vislumbraba desde aquí.
    Un saludo

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  6. Esos eran los géneros que aparecen en las relaciones de precios impuestas por el Concejo de Jaén en los siglos XVII y XVIII, es evidente que otros cortes más selectos quedaban fuera del alcance del pueblo llano.
    Gracias por su comentario, Cayetano y perdone usted la tardanza de mi respuesta.

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  7. Es admirable como compaginaba, la Santa, lo místico y lo terrenal. Sus cartas son una espléndida fuente para conocer la vida diaria del siglo XVI.

    Saludos, doña Carmen, y ruego perdone el retraso en mi respuesta.

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  8. Tiene usted toda la razón, doña Ambar, y bien lo sabe usted con su probada autoridad científica. Yo creo que las raciones eran bien modestas e inseguras. Todo dependía, también en esto, de la Providencia.

    Mis saludos y perdone usted la tardanza en mi respuesta.

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  9. Creo yo que la pobreza era lo normal. Tiene usted toda la razón. El pan caro e inseguro. Los abastecimientos inciertos. La variedad en la dieta muy limitada.

    Muchas gracias, señor DLT, y perdone la tardanza en mi comentario.

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  10. Alucinados estarían, cuando les contaran lo que había en las Indias. Entre la realidad y la fantasía.

    Gracias, doña Carmen, y perdone la tardanza en mi respuesta.

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