lunes, 21 de julio de 2014

AGUA DE SELTZ

La pasión por las bebidas con gas es muy siglo XIX. En un libro de cocina de 1871, ya citado en la anterior entrada, se afirma lo siguiente: "El agua de Seltz es bastante común en los grandes centros de población, gracias a los numerosos establecimientos que la fabrican pero en los campos y pueblos pequeños es más difícil procurársela, y se recurre entonces al gasógeno"*. Aquí se representa el artilugio -de elemental diseño y dudosa eficacia- propuesto para su obtención. Por el pitorro de la izquierda debía de salir el agua carbonatada.


Continúa el autor: "con el ácido tartárico y el bicarbonato de sosa, que con agua se pone en este aparato se obtiene una buena agua gaseosa". En fin, mejor sería la servida en cafés, colmados y botillerías sobre veladores de mármol. En cualquier caso, este verano, los nostálgicos del siglo XIX, deberíamos abstenernos de solicitar agua con gas, en locales hosteleros y comercios, y pedir en cambio agua de Seltz. Nos hermanaremos, aunque sólo sea en esto, con el Capitán Nemo, Kitchener y el doctor Watson.

*El libro citado es Cocina moderna, Librería de Anlló y Rodríguez, Madrid 1875.

4 comentarios:

  1. En casa de mis padres y en la mía siempre hemos sido de sifón, no de gaseosas. Ahora nos hemos reconvertido al agua con gas.
    Un saludo.

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  2. Es una afición que, entonces, comparto con usted.
    Saludos, don Cayetano.

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  3. de esa afición dan buena cuenta la cantidad de fábricas que había por esta zona de agua carbonatada a principios del siglo XX, unas diez si mi memoria no me falla, de las cuales aún sobrevive una.
    Un saludo

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    1. Es muy interesante su apreciación, doña Carmen, las fábricas de gaseosas eran muy frecuentes y así se puede comprobar en la publicidad de la prensa de antaño. Era un invento, puro progreso.

      Saludos cordiales.

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