jueves, 12 de junio de 2014

RITUALES REGIOS

No desdeñemos lo simbólico en la Monarquía. Lo recordaba Julián Marías en La España Real (1976-1981): "Cuando se dice que el Rey es un símbolo, si se sabe lo que se está diciendo, se le está concediendo grandísima importancia, porque un símbolo es una cosa muy seria". Es verdad y no es fácil de entender. Las monarquías tienen sus arcanos, desvelados -en parte- por lo simbólico. "Un hombre es sus gestos" decía Ortega y éstos, en las instituciones centenarias, se expresan por medio de la liturgia y del ritual. Esta obligación no exige grandes dispendios ni desmesuras. En la tradición española los rituales de coronación han sido, a lo largo de la Historia, muy austeros. Según Luis Díez del Corral,  los reinados se han sucedido, durante siglos, sin grandes ceremonias de coronación o unción. Las insignias reales españolas, estudiadas por  Percy E. Schramm, eran pocas, de gran sencillez y rara vez ostentadas por los reyes. No eran dados a ir por los pasillos de Palacio con corona, armiño y cetro. La austeridad, sin embargo, estaba revestida de solemnidad, correctamente ritualizada. La sencillez y la gravedad imponían más que la pompa cuando se manifestaban de la manera debida. No hay mejor magisterio, al respecto, que el de los Austrias españoles Todo para mayor grandeza de la Monarquía.


10 comentarios:

  1. El boato exagerado es mejor recibido en otros lugares que aquí. Y mejor que así sea para evitar un mayor grado de desafección entre la gente.
    Un saludo.

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    1. Nunca han sido exagerados los ceremoniales relacionados con la Monarquía española. Lo que tampoco debe hacerse es ocultar un hecho tan serio como el inicio de un nuevo reinado. No es lógico que la celebraciòn de un campeonato de fütbol tenga más relevancia püblica que una coronación.

      Saludos, don Cayetano.

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  2. La ritualización y el ceremonial,sea la coronación monárquica o la investidura de presidente, ha de respetar ciertos límites. En los tiempos que vivimos, la ostentación y la pompa, cuanto menos mejor.
    Saludos

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  3. Lo justo, doña Amaltea, lo justo. Ni el exceso ni la cicatería. La Monarquía tiene un componente estético y simbólico que no se debe ocultar sin perjuicio del propio sentido de la Institución.

    Saludos.

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  4. Un símbolo lo es de facto sin necesidad de ostentaciones y un buen ejemplo lo tenemos en la monarquía española, que no gusta de oropeles ni teatros. Y no por ello deja de ser símbolo, al igual que lo es el extremo opuesto, la británica.
    Un saludo

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    1. Pero, por austeras que sean las formas, lo simbólico tiene que manifestarse y representarse. De lo contrario la Monarquía se convierte, como mucho, en una abstracción. Una coronaciónt tiene que ser celebrada como es debido. Respecto a lo británicos, es indudable que la Monarquía constituye para ellos un factor de cohesión envidiable. La ostentación de sus ceremoniales son percibidos como un patrimonio heredado.
      Saludos, doña Carmen.

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  5. Un tema bien actual, del que, sin querer entrar en polémicas, me atrevería a decir que el exceso de austeridad no hace más que devaluar el acto. También lo hacen determinadas actitudes de los protagonistas que más que ensalzar quitan lustre merecido con su incomprensible ausencia.
    Un saludo.

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  7. Un ritual justo, solemne, para mayor gloria del Rey y del Reino. Es lo que yo querría.

    Saludos, señor DLT.

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