miércoles, 5 de febrero de 2014

CICLOGÉNESIS BARROCA

En febrero de 1635 murió un guarda de la Alameda de Capuchinos de Jaén. Según las actas del Cabildo municipal "con los grandes vientos y continuas aguas se arrancaron dos álamos y lo lastimaron de manera que se juzga esta para morirse". Estaba el pobre hombre dedicado a sus tareas cuando ocurrió el mal suceso. Fue aquél un invierno de "recios ayres y aguas", según consta en la citada documentación. No había persona sensata que saliera a la calle y a los campos. Se encargaron rogativas para que aplacasen los temporales. La gente estaba desquiciada y los pecados públicos, se decía, traían estos desastres. No vendrían mal unas rogativas , casi cuatrocientos años después, en estos tiempos tan desapacibles. Tendrían que ser, eso sí, dentro de los templos  pues el temporal desluciría mucho la solemnidad propia de tales demostraciones. También podrían subir los clérigos a los campanarios, como antaño, a conjurar los vientos.

15 comentarios:

  1. El tiempo extremo siempre ha sido motivo de situaciones dramáticas e imagino que en la época de la que hablas la superstición y el irracionalismo eran las únicas formas de explicar tales fenómenos.¿Es cierta la historia de la Semana Santa y la escasez de lluvias en Andalucía como motivo de las procesiones o es solo una leyenda?Un abrazo.Miguel Ángel.

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    1. Las rogarías eran una práctica frecuente para la petición de lluvias y también para evitar, o pedir que amainasen, todo tipo de desastres reales o potenciales. Aunque ya no son tan frecuentes todavía de realizan en circunstancias especialmente malas.

      Un cordial saludo, Miguel Ángel, y muchas gracias por tu escrito.

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    2. Rogativas no rogarías. Es culpa del iPod que va por delante de lo que uno escribe.

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  2. Mejor que los clérigos no suban a los campanarios. Corren el riesgo de salir volando.
    Un saludo.

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    1. Y de aterrizar a varias leguas de distancia.

      Un saludo y gracias, son Cayetano.

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  3. Pues sí, porque llevamos unos meses de agárrese usted al campanario más cercano.

    Un saludo

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    1. Lo dicho, Don Carolus, lo dicho. Un buen conjurador de vientos es lo que hace falta.

      Saludos y gracias.

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  4. La verdad es que creemos que el tiempo está loco, pero es porque nos falta la perspectiva -o registro-histórico. El clina es cambiante como pluma la viento, de hecho la historia del planeta es un continuo de sustos y cataclismos.

    Buenas tardes y saludos

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    1. Estoy completamente de acuerdo. Las fuentes documentales nos hablan de unos enormes contrastes en el tiempo. No tienen razón los que dicen que los días desapacibles que estamos viviendo no son normales. Esto ha pasado siempre.

      Saludos y quedo agradecido por su escrito, doña Amaltea.

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  5. En Béjar también hubo una especie de ciclogénesis explosiva en el siglo XVIII de la cual dí cuenta en el blog en su momento. Seguro que lo recordarás. http://ccasconm.blogspot.com.es/2013/05/la-borrasca-del-fin-del-mundo.html
    Un saludo

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  6. Muy oportunamente trae usted esta entrada y la necesidad de rogativas, que aplaquen los soplidos de Eolo y el mal genio de Neptuno. Un saludo.

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    1. Me alegra que usted, señor DLT, considere pertinente tal entrada. Los del XVII no habrían concebido que no pusiésemos ya remedios espirituales a estos malos tragos.

      Mis saludos y mi agradecimiento.

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  7. Recuerdo su escrito y paso a leerlo otra vez. Ya sabe usted lo aficionados que somos los estudiosos de la Historia Moderna a recoger estos datos sobre temporales y otros sucesos particulares.

    Gracias y mis saludos, doña Carmen.

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  8. De "recios ayres y aguas" nos estamos haciendo los gallegos unos grandes expertos, aunque de vieja tradición ya nos viene...
    Un saludo,

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  9. De gallegos desciendo yo, del Pazo de San Martiño, en Santa María de Cutián, no lejos de Betanzos. Y en la memoria de lo no vivido tengo esas aguas y esos vendavales.

    Mis saludos y mi agradecimiento, doña Carmen.

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