martes, 10 de septiembre de 2013

APUNTES DEL SUBURBIO

Madrid y septiembre de 1889, paseaban, por las inmediaciones de la Estación de Delicias, Valentín Heredia y Galo Rojo, alias El Jairaque. Debía de ser un día de temperaturas sofocantes. Al pasar por la charca de Pico Pañuelo,decidieron darse un baño. El primero en lanzarse al agua fue Galo Rojo. Tuvo tan mala fortuna que se quedó en el fondo, atrapado por el cieno. Hizo intentos denodados por salvarse pero no pudo. Su compañero no dudó en acudir en su auxilio y también murió ahogado.

Cuando las autoridades tuvieron noticia del suceso, iniciaron las tareas de búsqueda de los cadáveres. Fue muy penosa la faena por la profundidad.  Se llegó a pedir al Ministerio de Marina una barca que llegó tarde y no se pudo utilizar. Llamaron a los operarios de alcantarillas, con sus cuerdas y ganchos.  A las nueve de la noche sacaron al pobre Heredia y a las una de la madrugada a Rojo. Nada se veía ya. La gente, alrededor y sin perder detalle, alumbrada por faroles y carburos.

Durante los trabajos "se llevaron a cabo actos de heroísmo por muchachos que nadaban muy bien, y que, poniendo en peligro sus vidas, arrojaron al agua". Eran las proezas de la irregular caballería de las calles, destellos de nobleza -y majeza- de la golfería. El Gobernador Civil prohibió que se jugasen la vida. Muertos estaban ya los dos desgraciados.

El relato de los hechos viene recogido en La Iberia del 15 de septiembre de 1889.

12 comentarios:

  1. Loable la intención de esos muchachos pero no por ello en vano.
    ¿Qué edificios cubrirán ahora la charca de Pico Pañuelo?.

    Un saludo.

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  2. Las charcas y lagos y sus peligrosos fondos...aún hoy abundan este tipo de sucesos.

    Un abrazo

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  3. Supongo que forma parte de la sabiduría popular los peligros que entrañan dichas charcas.

    Es una lástima que ambos perecieran de esa manera.

    Un saludo.

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  4. No tengo la menor idea, amigo Eduardo. Quizás algún conocedor del Madrid antiguo nos lo podría decir.

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  5. Y en los solares y afueras de las grandes ciudades, debían ser especialmente siniestros.

    Saludos, Carolus

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  6. Desde luego. Después, creo que escaseaba la gente que sabía nadar en tiempos pasados.

    Saludos, señores Anónimos

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  7. Agas enfangadas y desconocidas son pèligrosas. El relato recuerda en parte a las desgracias que ocurren durante el verano.
    Un saludo

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  8. Desgraciados hechos. El ánimo de ayudar al prójimo no es exclusivo de la vida antigua.No es ni será la última vez en la que un salvador perece sin lograr su fin.
    Un saludo.

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  9. Ese tipo de desgracias son penosas y siguen habiendo, pero siempre hay la buena parte de un buen samaritano que se lanza a salvar la vida sin pensar que él también la va a perder.
    Saludos.

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  10. Sí y es bien triste que así ocurra. Historias de pena, trágicas.

    Saludos, doña Carmen.

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  11. La valentía ha existido siempre. Estos actos de nobleza sostienen el mundo.

    Mis saludos, doña Mari-Pi-R

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  12. Estoy completamente de acuerdo con usted, amigo DLT. También me ha impresionado del suceso el ambiente, solanesco, también propio de algunas novelas de Baroja.

    Saludos.

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