miércoles, 28 de agosto de 2013

COCINA PARA CAMINANTES

Moratín no tenía buena opinión de la cocina popular. Menos todavía de la que se dispensaba en las ventas. Advertía a Juan Antonio Melón, en 1825:

"Guárdate de los hartazgos de callos, huevos duros, tarángana, sardina frita, chiles, pimientos en vinagre, queso y vinarra, que tanto apeteces por esos ventorrillos, rodeados de moscas y mendigos y perros muertos".

Buena pitanza, sin duda, para levantar una partida. Da lo mismo  la facción, obediencia o bandera. O para conducir, con buen ánimo, una yunta. Es más, sería todo un festín en aquellos años. Dieta inapropiada, lo debemos admitir, para paladares refinados y digestiones achacosas.

A Moratín, afrancesado y doliente, no le podía gustar tal minuta. Tampoco se dejó llevar por la nostalgia, en materia culinaria, durante su mal llevado exilio en Burdeos. Su rechazo a los huevos duros y a las sardinas aparece en alguna carta más.

2 comentarios:

  1. No se podía andar muy remilgado por esas ventas y quedarte sin comer nada. Que comería Moratin, ¿fruta?, tampoco le veo a base de tazones de leche.
    Un saludo.

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  2. Trato de responderte con una entrada.

    Saludos, Eduardo.

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