jueves, 11 de abril de 2013

EL BOXEO COMO ESCUELA DE CABALLEROS


No fueron fáciles los inicios del boxeo en España. La comparación -siempre polémica- con la tauromaquia venía de antiguo. Al parecer, el combate Rhodes-Hoche en el Price, celebrado en Madrid en 1917, fue decisivo en la difusión del manly-art en España. Surgió la idea, incluso, de crear un club de boxeo -el  Boxing Club- donde impartirían sus clases reputados púgiles. También se organizaría un festival en el Hotel Palace. Entre sus patrocinadores se contaban numerosos aristócratas jóvenes. Quizás por anglofilia. La relación del boxeo con la ética aristocrática, en el sentido más amplio, era notoria para los partidarios de este deporte. En este aspecto, como en otros, las semejanzas entre boxeadores y toreros resultaba obvia. Un boxeador caído en la Gran Guerra, Bernard, afirmaba: "Aparte el desarrollo físico,el boxeo constituye una escuela de valor, de paciencia y de sangre fría. En los boxeadores se hallan la garantía del valor y la tranquilidad que constituyen el privilegio de todo individuo consciente de su saber y su fuerza". Afirma el autor del artículo publicado en Gran Vida -1 de mayo de 1925- haber conocido boxeadores procedentes de las más bajas capas sociales "y que hoy día, después de un par de años consagrados al pugilismo, pasa por modelo de caballeros; prueba inequívoca de la gran escuela de educación que significa este vilipendiado arte". Aparte de otras virtudes alaba el anónimo autor la utilidad del boxeo en la vida diaria: "pues nadie hasta el hombre más tranquilo, está libre de un ataque o agresión, ya que la humanidad no es perfecta, y como no es recomendable el empleo de la navaja o del revolver ni llevar la espada al cinto, colígese la utilidad de saber aplicar un swing o un enérgico directo al mentón o al estómago del intemperante que injustamente nos ataque, dejándole fuera de conocimiento o por lo menos grogy". Eran tiempos duros.

El boxeador de la fotografía es José Martínez Valero, El Tigre de Alfara.  

8 comentarios:

  1. Buenas tardes:

    Nunca hubiera imaginado la comparación entre el boxeo y el toreo, aunque el término inglés para definir a lo segundo ciertamente es "bullfighting".

    Por otra parte, hace pocos meses escuche hablar a un boxeador argentino en la radio y me llamó mucho la atención que hacía hincapié que su deporte no trataba de ver quién pegaba más o más fuerte, sino de quién recibía menos.

    Nos ha encantado la entrada. Disfruta del día. Un saludo.

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  2. La verdad es que nunca me gusto el boxeo, pienso que es porque no conozco "las reglas del juego" y me resulta en exceso violento. Tu entrada es muy buena y has hecho que lo mire con otra perspectiva.
    Saludos

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  3. Como el comentarista anterior nunca me ha gustado el boxeo y, cuando me hablan de él, me vienen a la cabeza las imágenes de Franco en El Pardo disfrutando con una lucha entre púgiles, su deporte favorito a parte del fútbol y la caza.
    Un saludo

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  4. Bajo mi modesto criterio sí existen ciertas similitudes entre boxeo y toreo. El riesgo, creo que menor en el boxeo que en la lidia, la entereza frente al dolor físico y el obligado respeto a ciertos códigos,tanto en toreros como en boxeadores.

    Muchas gracias por su escrito.

    Mis saludos.

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  5. Yo tampoco soy aficionado al boxeo, aunque creo que tiene un trasfondo más hondo de lo que parece.

    Mis saludos doña Ambar. Y gracias por su escrito.

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  6. No sabía yo lo de Franco, lo de la caza y el fútbol sí, pero no lo del boxeo. En cualquier caso, el que le pudiese gustar a Franco no desacredita el boxeo. Ni la pintura, a la que era muy aficionado.

    Saludos, doña Carmen, y gracias por su valiosa aportación a este modesto cuaderno.

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  7. A mí me atrae muchísimo el boxeo, me parece más literario que la botánica, por ejemplo,-) Posiblemente sea un arte más noble que otros excesivamente ennoblecidos...
    Decir "me gusta" quizá no sea muy acertado, no es eso. Pero lo que sí me ha gustado ha sido la entrada.
    Saludos de su lectora.

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  8. No entiendo de boxeo pero es algo de lo que podría, con toda la modestia del mundo, entender. No puedo decir lo mismo de la natación sincronizada o de las carreras de galgos, por ejemplo. El boxeo. como la tauromaquia, es un mundo aparte.Quizás en fatal proceso de extinción. Lo que está sujeto a reglas y códigos basados en el juego limpio siempre tiene un fondo noble.

    Muchas gracias por sus palabras, doña Olga.

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