domingo, 20 de enero de 2013

EL FÚTBOL COMO VÍA CABALLERESCA



Eran los primeros tiempos del fútbol en España. Existían, en aquellos años, ciertas dudas sobre si era conveniente su práctica entre personas de buena crianza. Las carreras detrás de una pelota, los balonazos en la cabeza, el rodar por los suelos, en fin, todo lo que implicaba dicho ejercicio, era contemplado con evidente estupefacción por los fieles a los modales y a la compostura del siglo XIX.  Aquel siglo en el que los tipos bien educados jamás corrían. Ni en la guerra. El debate estaba abierto, una vez más, entre reaccionarios y modernos.

En el semanario Gran Vida, 1º de marzo de 1904, un autor - firmaba V.de C.- consideraba al fútbol como una disciplina varonil y educativa. Una práctica higiénica y saludable entre jóvenes bien educados, siempre que se practicase con prudencia, gallardía y empuje, lejos de toda animosidad y rencor: "con sinceridad os lo dice un gran entusiasta y defensor del foot-ball: si separáis al jugador del hombre bien educado, no queda mas que un asno dando coces a diestro y siniestro." Los amateurs debían evitar siempre las conductas deplorables "dando ejemplo de corrección y de finura en el juego" y "separando enérgicamente y sin contemplación de vuestros clubs a los jugadores que no observen igual conducta".

Años después, ya en los años veinte y en la misma publicación -primero de enero de 1923- se advertía: "Las defensas deben ser particularmente caballerosas, ya que en sus entradas siempre suele haber cierta ventaja, y en una palabra, la caballerosidad, en más o menos grados, debe ser norma en todos los jugadores. Con ella se da un gran paso para que resplandezca el verdadero arte, siendo como el marco en que se produzcan superabundante y libremente las sabias combinaciones y las más bellas jugadas."

Se trataba de adaptar la mentalidad y los usos caballerescos al nuevo deporte sin recurrir, todavía, a los valores vanguardistas, centrados en la acción, el clamor de los estadios y la velocidad.



8 comentarios:

  1. ¡Qué tiempos aquellos! Imagino que del tenis se diría lo mismo, aunque este deporte se adaptaba más al ideal caballeresco, ¿no? Sin embargo, la moda imponía que los hombres fueran en cierto sentido sportman, actitud traída de la sabia y educada Inglaterra.
    Un saludo

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  2. Sin duda alguna, doña Carmen. El fútbol era otra cosa. De aquí estas reservas sobre su práctica.

    Saludos.

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  3. No me gusta ese deporte, pero a mi poco entender no queda mucha caballerosidad en el fútbol actualmente.

    Saludos.

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  4. La bisabuela de mi mujer decía que estaban locos porque jugaban al balón con el pie.
    Un saludo.

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  5. Yo de fútbol no entiendo pero con que haya, sencillamente, juego limpio es más que suficiente. Estoy seguro, a pesar de todo, de que no faltaran ejemplos de caballerosidad entre los jugadores actuales.

    Saludos señor de Dissortat.

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  6. Los comentarios de la señora que usted refiere, don Cayetano, habrían sido perfectamente comprendidos por los reacios a este nuevo deporte, hace ya más de cien añós.

    Saludos.

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  7. No soy muy aficionada pero cuento en casa con fieles seguidores del balompié y reconozco emocionarme con mundiales y eurocopas (al menos por el breve tiempo del partido). Me hace sonreír cómo, a pesar de "chocar" con la mentalidad antigua, se ve ya en esos comentarios una seducción (que, evidentemente, fue creciendo). Incluso en la manera de expresar las reticencias se observa que el fútbol llegaba para quedarse. Muy curioso texto.
    Saludos.

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  8. Es lo más interesante de las opiniones expresadas en la revista deportiva. La idea de lo nuevo que traía consigo el fútbol y la necesidad de armonizarlo con los valores clásicos. Tampoco yo, doña Olga, tengo conocimientos de fútbol pero algo grande debe residir en este deporte cuando tanta gente, sensata e inteligente, se apasiona por él.

    Reciba mis saludos.

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