domingo, 27 de enero de 2013

ARRIEROS, VARAS Y AMULETOS



Moreno Castelló en sus recuerdos de cazador, durante los años de la Restauración, describe a dos arrieros que formaban parte de una expedición cinegética en Sierra Morena, en el término de Andújar: "atendían a todos y llevaban unas veces en la mano y otras sujetas entre el cinto de cuero y la faja, sendas varas, con las que de vez en cuando castigaban al burro descuidado". El arriero, que llevaba los equipajes del autor, puso sobre la albarda un par de mantas - la eterna manta de los españoles antiguos- y una zalea, ciñendo todo el aparejo con un cordelillo.  La caballería iba sin jáquima, con un cordel ajustado al cuello del que colgaban "unos cuernecillos y diges, que he visto mucho en las arrierías y que supongo que usan como higas, amuletos ó medios de preservar a los animales que los llevan, de todo mal". Así es. Estos amuletos los ha visto también el que esto escribe, en los mulos, burros y demás ganado asnal del término de Jaén. Hasta bien entrados los años setenta del siglo pasado y todavía después. Ya en el coto- sigue el autor- los burros eran sustituidos por mulos, por su mayor fortaleza para cargar las reses abatidas.

José Moreno Castelló, Mi cuarto a espadas, sobre asuntos de caza. Apuntes, recuerdos y narraciones de un aficionado. Jaén 1898.

6 comentarios:

  1. No estaba de más preservarse de los malos encuentros en esos caminos de mala muerte y sin dios, en los que en cualquier recoveco, bosquecillo o estrechamiento podían acechar los bandoleros y atracadores del más variado pelaje.
    Un saludo

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  2. Desde luego,doña Carmen. La vida de antaño no era ni tan pacífica ni tan sosegada como creen algunos.

    Saludos y muchas gracias por su comentario.

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  3. Dura debía ser la vida de los arrieros cuando necesitaban de amuletos para preservarse de todo mal. Quizá de ahí venga la amenazante frase "arrieros somos y en el camino nos encontraremos"

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  4. No debía de ser asunto de poca monta encontrarse, en un camino de herradura, con un arriero rencoroso. La arriería era todo un mundo.

    Mis saludos doña Ambar y quedo agradecido por su comentario. Paso, además, a enlazar sus escritos sobre la medicina y Corte en el Retablo.


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  5. La manta de los arrieros antiguos debía ser de Grazalema, en aquellos años era de las mayores zonas de fabricación de paños y mantas del país...

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  6. Pues puede ser. Nada más propio. Que el camino hacia Ronda y el Campo de Gibraltar era muy frecuentado por arrieros de todos estos pagos.

    Saludos y muchas gracias por su comentario.

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