miércoles, 14 de noviembre de 2012

MÁS SOBRE EL ATAVÍO DE LA GENTE DE COLETA




El Padre Coloma conocía bien el mundo taurino. No siempre lo trataba con  benevolencia aunque no deja de percibirse en su obra el rescoldo de una vieja afición. En su obra Pilatillo aparece Frasquito Muñoz, conocido como Desperdicios. Un personaje de ficción que no debe confundirse con el torero Manuel Domínguez, célebre por su desgarro y entereza. Coloma, con pocos paños calientes, describe a Desperdicios, al de la novela no al de verdad, insisto, como "parte infinitesimal de un Paquiro o de un Redondo, que muy bien podía ser un pillo de playa, un pelón del matadero, o un recluta de presidio". No está mal el plantel de posibilidades. Los pelones de matadero debían de ser tipos de cuidado, de incierta y aperreada vida -sería asunto de interés escribir sobre ellos- pero no nos detengamos y volvamos al Desperdicios de Coloma "preso en unos calzones negros tan ajustados que parecían de punto, con faja de lana encarnada, chaquetita corta gris con trencillas negras, sombrero hongo de alas anchas y tendidas con un palito de dientes sujeto en la cinta: traía la cara afeitada, enormes chuletas en ambas sienes y la coleta hecha trenza que ocultaba bajo el sombrero. En el ángulo izquierdo de la boca sostenía siempre una colilla, y escupía sin cesar por el derecho, con cierto chasquido propio que producía la saliva al pasar por entre sus dientes ralos y sucios". Presentar una cara rasurada era hábito propio de los toreros del XIX en contraposición a la costumbre, predominante en el resto de los varones de la época, de lucir barbas y bigotes. En Ángel Guerra, de Galdós, encontramos a un tipo, de desaconsejable trato también, que se hacía pasar por torero o por hombre de ambientes taurinos, que es identificado como tal por su rostro afeitado. Las chuletas eran las patillas largas. Como las que con desenvoltura, cabalmente y como es debido, luce el señor de la ilustración.

4 comentarios:

  1. Y curiosamente parte de esa imagen característica de los siglos pasados se sigue conservando entre los toreros actuales: poses chulescas, vestimenta apretada, largas patillas y cara limpia. ¿Has conocido a algún torero con bigote o barba?
    Saludos

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  2. Interesantes curiosidades de la vida antigua de los toreros y pertinentes observaciones de Carmen sobre los actuales diestros.
    Un saludo.

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  3. No lo veo yo así en todo. El gesto de desplante en el ruedo no se da en la calle, en la vida cotidiana del torero. Precisamente esa exageración en las poses, en el aspecto,descrita con sentido crítico por Galdós y Coloma, vendría a ser la caricatura del torero que, además,es pura desmesura en el caso de los dos impostores o sospechosos de tener poco de toreros. Recuerdo a algunos que han sido ejemplos de compostura, de saber estar, de conducirse como es debido en los gestos y el porte, desde Ricardo Torres Bombita a El Juli.

    Muchas gracias por su comentario doña Carmen y mis saludos.

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  4. Desde luego es un buen punto de partida para conversar. Y doña Carmen siempre aporta cuestiones interesantes.

    Saludos señor DLT

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