domingo, 14 de octubre de 2012

FERNANDO VII O EL DISIMULO SIN GRANDEZA



Fue el monarca más nefasto de la Historia de España. Conformes. Sin embargo su personalidad suele describirse con unos rasgos tan toscos como su expresión y sus facciones. No seremos sospechosos de pertenecer al partido fernandino si reconocemos que tras su aparente garrulería, velada por el humazo de cigarros bastos y la falsa franqueza de sus palmadas en la espalda había algo más. Una suerte de sagacidad maliciosa, decantada por la experiencia y lo mucho que había visto. Quintana, liberal español, en sus cartas a Lord Holland, escribe al respecto: "Consideradle desde niño, mal querido de sus padres, eclipsado y desairado por el arrogante visir [Godoy], alejado de todo influjo y representación, contrariado casi siempre en sus gustos y aficiones, observado en su conducta, rodeado de espías y amagado muchas veces, según se decía en aquel tiempo, de perder alevosamente la vida para que perdiese la corona". La Corte siempre fue un lugar peligroso. En los tiempos de Antonio Pérez y en los de Calomarde. Después, sigue Quintana, aparece Napoleón "que pérfidamente le cautiva y le despoja". Por si fuera poco "añadid las sugestiones viciosas de las pasiones e intereses que han estado sin cesar combatiéndose alrededor suyo, los consejos contradictorios, las delaciones continuas, las perfidias e inconsecuencias que de cuando en cuando ha experimentado en sus mismos favoritos". Lo expuesto explicaba, según Quintana, su actitud recelosa, sus prejuicios hacia los liberales, el afán por el mando absoluto y esa falta de confianza advertida de manera constante en su persona. Con todo lo anterior, Fernando VII podría haber cultivado cierta grandeza trágica pero su naturaleza y su voluntad sólo le condujeron a un nihilismo castizo.

14 comentarios:

  1. Leyendo el capítulo que Pedro Gargantilla dedica en su obra "Las enfermedades de los borbones" al rey felón, se alcanza a comprender algo la conducta de Fernando VII; por supuestos, sin llegar a justificarlo.

    Realmente, leyendo ese libro, una llega a la concluisón de que es casi un milagro que la dinastía borbónica haya llegado hasta nuestros días.

    Saludos.

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  2. El rey de las tres efes: fofo, feo y felón. Una tragedia para España.
    Un saludo.

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  3. Las letras de Quintana le explican pero no le justifican aunque si hay mucha culpabilidad en la mala educación que le dieron. Un rey nefasto para España.

    Saludos.

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  4. Tendré muy en cuenta su referencia , Ars Vitae , pues no deja de interesarme la personalidad de ese déspota.

    Saludos y muchas gracias.

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  5. Ya conocía por sus escritos su opinión sobre Fernando VII. Es justo lo peor que le pudo pasar a España después de derrotar a Napoleón.

    Mis saludos don Cayetano.

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  6. Detestable. Así es. Y astuto, conocedor de la situación que le convenía a corto plazo y no exento de cierta popularidad en su tiempo. Por increíble que parezca.

    Mis saludos señor de Dissortat.

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  7. No tuvo buenos ejemplos que seguir en su niñez y juventud. Con un padre débil y una madre que a saber si lo era, sólo le faltó tener un preceptor corrupto e inmoral, intrigante e hipócrita, Escoiquiz, capaz de escribir un libro de urbanidad, y buenas costumbres morales: "Tratado de las Obligaciones del Hombre", y hacer justo lo contrario. Con esos mimbres no se podía hacer un buen cesto.
    Un saludo.

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  8. Bien lo explica usted señor DLT. Su naturaleza no era inclinada a lo noble, su educación mal encaminada y, después, lo visto y vivido hicieron el resto. En cualquier caso, incluso teniendo mala condición, podría haber hecho algo bueno. Pero por mucho que se busque no hay nada.

    Saludos.

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  9. Vamos, que era un rey modelo. ¡Pobre España! Sólo hay que advertir sus rasgos taimados, sus francachelas y vicios a través del sagaz pincel de Goya, quien no mejoraba al modelo sino que le retrataba tal y como era, con vicios incluidos.
    Un saludo

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  10. Quintana fue un liberal perseguido por Fernando VII y en ningún momento, en sus cartas,
    se atisba justificación acerca del comportamiento de éste. Por otra parte el biógrafo tiene que conocer la vida del personaje estudiado desde sus orígenes.Es un recurso obligado desde cualquier metodología rigurosa como usted, historiadora, bien sabe. El pasado no condiciona la vida de las personas pero no es un factor desdeñable para explicar, en su justa medida, ciertas trayectorias.Creo, por tanto, que Quintana hace un juicio muy lúcido al respecto.

    Mis saludos doña Carmen. Y por mí que no quede: viva la Nación y el espíritu de 1812.

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  11. Entiendo sus actitudes y que desconfiase de todos, que ejerciese el poder de forma absoluta y se moviese siempre en mantener la corona a toda costa, pero eso no le hace mejor rey.
    Una entrada muy interesante.
    Un saludo.

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  12. Desde luego señor de Valverde. Ni las calamidades sufridas justifican las malas acciones de cada uno. Pero es una reflexión, la de Quintana, que no consta en los libros que despachan a Fernando VII, con unas merecidas descalificaciones,sin profundizar en estos aspectos.

    Saludos.

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